viernes, 5 de agosto de 2011

OBIANG NGUEMA, POR FIN... ¿SE DESPIDE?

"Álea jacta est"



 Por Severo-Matías Moto Nsa, periodista.

El, casi último, discurso de Obiang Nguema en público, el 3 de agosto de 2011 (32 aniversario de golpes de estado contra Guinea Ecuatorial...) al decir de todos los observadores, ha sido el no va más de despropósitos, con el que ha conseguido el dictador soliviantar hasta a los más amigos extranjeros.
Dicen que Obiang Nguema ha dicho en su discurso del tres de agosto, entre otras cosas, que está cansado de que le exijan democratizar Guinea Ecuatorial; pues tiene ya a toda la oposición en Guinea Ecuatorial y ya habla y trata con ellos. ¿Oposición?

Obiang Nguema ha advertido a  los Estados Unidos, a España, a Francia, a Inglaterra y “a la m.q.l. p.” que no pueden seguir presionándole para que democratice Guinea Ecuatorial; pues no está dispuesto a que el colonialismo y el imperialismo vuelvan a Guinea Ecuatorial. ¿Eso no es morder a la mano que te da de comer?

Obiang Nguema ha dejado ver claramente que la revolución iniciada en el Norte de África, puede llegar, en cualquier momento a su “ongó-eté”= dentro del cerco  (su palacio). Todos los comentarios de los observadores hablan de que se trata de un discurso del 32º aniversario de su golpe de estado, absolutamente descabellado, medio suicida y, desde luego con claro olor a despedida.

Uno que le conoce bastante bien y de cerca, y que lo ha sufrido en sus carnes, solo puedo decir que ese discurso del 3 de agosto de 2011, no es ni más ni menos que Obiang Nguema en su propio jugo. No pudo ser un discurso leído (elaborado por Alejandro Evuna, Miguel Oyono, o Ricardo Mangue... o quizás algún extranjero destartalado) Los discursos públicos, no leídos, de Obiang Nguema, son su más inevitable revelación, como persona, y presidente africano.

TRAS LOS ÚLTIMOS PASOS DE MACÍAS NGUEMA CON DIFERENCIAS...

En cuanto Macías Nguema tomó el poder en Guinea Ecuatorial, el día 12 de octubre de 1.968, dejó ver que era un hombre consecuente con sus creencias políticas. Su eterno odio a los españoles, que todo el mundo conocía antes de ser presidente, lo avivó tan pronto como tomó el poder en Guinea Ecuatorial. Macías no engañaba ni mentía. Al odio a los españoles, Macías añadió el odio y persecución a  todo aquel guineano que hubiera estudiado en España, hablara buen español o tuviera formas y costumbres españolas.

Obiang Nguema, al igual que Macías Nguema, guarda un odio profundo contra España y los españoles. Pero, a diferencia del "valiente" Macías Nguema, y como perfecto taimado y falso, Obiang Nguema ha venido disimulando ese odio y rechazo, mientras España y los españoles le sirvieron de protección y compañía a nivel internacional. Lo catapultaron al poder; han montado voraces lobbies en su entorno, lo han abierto paso a los paraísos fiscales; lo han protegido y liberado del acoso y derribo de la oposición recluida en el exilio... Todo centrado en un binomio sencillo: Tú me pagas bien, yo te cubro y cubro tus miserias ante el mundo. (“Constatamos avances democráticos...”  repiten siempre sus protectores) 

Macías nunca se anduvo con añagazas en el trato a los españoles, y los extranjeros occidentales. Macías Mandó, durante 11 años, en Guinea Ecuatorial. Hasta que lo traicionó su propio sobrino, Obiang Nguema. (Con la ayuda, evidente, de los españoles) Esos mismos que Obiang Nguema  acaba de denigrar en su discurso del 3 de agosto...

“Unos, (Teodoro Obiang Nguema) cardaron la lana”; “otros (Macías Nguema) se  llevaron la fama”. Macías Nguema se mojó de la fama de ser un dictador “loco”. En ningún momento disimuló su carácter vehemente, agresivo y anti-occidental. Si esto era cierto, no es menos cierto que Obiang Nguema, el taimado y traidor por excelencia, fue el terrible látigo militar que organizó las matanzas en las cárceles de Guinea Ecuatorial; bien seguro de que Macías Nguema era el Presidente y sobre él recaerían todas las responsabilidades. La fidelidad de Macías Nguema  a la promesa de no apuntar con el dedo a su sobrino Obiang Nguema en el juicio final,  como “factotum” de la tragedia de Guinea Ecuatorial, le mereció la traición de Obiang Nguema, su sobrino, que lo condenó a muerte y ejecutó a traición.

Igual que su tío Macías Nguema, Obiang Nguema ejerce la tiranía contra el pueblo guineano. Solo que, mientras el tío lo hacía “a calzón quitado”, a lo bruto y salvaje (Así acabó... con las botas del salvajismo puestas) sin embargo, el sobrino ha sabido hacer uso de su carácter taimado, traidor, rozando la perfidia, para haberse atraído a Occidente, hace 32 años, y, hoy demostrarle su verdadera cara-dura y su rostro-enemigo.

COMO LAS FRASES LAPIDARIAS DE SU TÍO MACÍAS NGUEMA

Macías Nguema inició sus andanzas políticas, dejando muy claro que no aguantaba a España, a los españoles, a los imperialistas, a los colonialistas, y a los descontentos guineanos que añoraban a los españoles:

  • Si encontráis al Rey Juan Carlos en el bosque ¿qué le vais a hacer? ¿¿¿Huuúmmm???Y las hordas nacionalistas y los milicianos respondían, a coro, diez mil barbaridades.
  • !!Si España invade Guinea, Guinea invade España!! !!!Huuummm!!!                                               Y los aplausos reventaban el cielo.
  • Cuando el imperialismo dice sí; nosotros decimos no!!!                                                                       Y las risotadas de la multitud se esparcían por la selva

Estos eran los soflamas, improperios y maldiciones con los que Macías Nguema condimentaba, sazonaba y daba picante a sus discursos públicos, al comienzo de sus andanzas políticas.
      - Aunque queden solo dos guineanos en el país, guinea siempre será un país grande!!!.                             Y un murmullo de tristeza, mezclado de los gritos de los nacionalistas matones, cubría al “valiente” Macias Nguema. 

Eso gritaba Macías Nguema, a medida que el agua del masivo éxodo de guineanos se vaciaba a sus pies. Los guineanos sumidos en la vorágine dictatorial, huían (siguen huyendo) de la muerte y del olor a putrefacción que los muertos sembraban por todo el país. Y Macías Nguema, igual que su sobrino Obiang Nguema, parecía sentir una extraña satisfacción; por que cuanta más gente huía del país, menos disidentes había que aguantar o matar.

Eran precisamente en los días finales de las andanzas políticas y de gobierno de Macías Nguema Biyogo.

Luego vino su sobrino Obiang Nguema por el sangriento puente de un golpe de estado contra su tío. Frente a la "valentía" inicial de Macías Nguema, Obiang Nguema adoptó la estrategia que mejor le indicaba su carácter taimado y falso. Una tramposa y vacía amistad con Occidente. Reclamo y añagaza facilona ante la que han venido cayendo multitud de occidentales. Ningún compromiso cumplido, ningún acuerdo comprometedor, ningún pacto digno con Occidente, ni con la comunidad internacional. “Ninguna mala palabra; ninguna buena acción”. A esta falta de valentía, a este miedo por el compromiso, Obiang Nguema ha tenido la tremebunda suerte de encontrarse con el abundante petróleo y otros minerales que fecundan el subsuelo del pueblo guineano. Lo que le ha permitido urdir una inmensa cadena de corrupción que le ha facilitado, por una parte, cubrir su congénita e irreparable cobardía ante los problemas, y cerrar la boca, con abultados fajos de dinero, a posibles críticos de dentro y fuera. Con el fino hilo de oro de su taima y bellaquería, reforzado por la maroma de las comprometidas ataduras de corrupción económica, Obiang Nguema lleva más de 32 años en el poder forjando y granjeándose amistades, a troche y moche, a cual más falsa y más peligrosa.

AL FINAL, COMO MACÍAS NGUEMA.

Cuarenta y tres años después, exactamente igual que Macías Nguema, Obiang Nguema mira al horizonte del África del Norte: Ve con terror, grima y pavor cómo se acerca su final; cómo otros árboles gigantescos de la nutrida selva de dictadores se derrumban; cómo a lo largo de este año se han visto las imágenes de Gbabo de Costa de Marfil y su esposa reducidos a la “nada”; cómo el dictado de Túnez ha tomado las de Villadiego; como el “faraón” de Egito Hosni Mubarak, aparece (al igual que el pueblo quería ver a Macías) en una jaula... Seguro que a Obiang le está fluyendo a la memoria la imagen de todo un “valiente” Macías Nguema tirado en una camilla; quizás Obiang Nguema está mirando igualmente como se revuelve, asediado por las revoluciones del Norte de África, su amigo Gadafi. Frente estas imágenes tétricas, Obiang Nguema, lanza en su discurso del día de su golpe de estado (3 de agosto de 2011) un último bufido contra los Estado Unidos, contra España, contra Francia, contra Inglaterra...
Si España ( Occidente) invade Guinea, Guinea invade España!!!!!!!
Por los grandes pasillos del Palacio del “Pueblo”, de “África”, y por los arrabales de la ciudad de Sipopo, parece resonar, como un chasquido de muerte, en los oídos de Obiang Nguema, la gran frase latina: Álea jacta est”“. (La suerte está echada). 
¿Se está despidiendo Obiang Nguema?