viernes, 12 de agosto de 2011

GUINEA ECUATORIAL: UNA OPORTUNIDAD PERDIDA.

                                                                                

Por Juan Cuevas

En los diferentes foros digitales sobre Guinea Ecuatorial, han aparecido una cascada de testimonios de guineanos que han retornado a su tierra. Y existe una opinión unánime: el drama es mucho mayor del que esperaban hallar. Han encontrado un país materialmente  deteriorado y una sociedad  completamente degradada, hundida moralmente. 

Los testimonios de los que, por motivos de trabajo visitan este país, no  son más esperanzadores. En este sentido un ingeniero amigo me comentaba que él esperaba encontrar una dictadura, según los moldes habituales y no fue así, se encontró con un pueblo exprimido, expoliado y dominado  por un clan de malhechores, cuyo jefe es Obinag Nguema. En este gigantesco campo de concentración en el que se ha convertido Guinea Ecuatorial, el partido gobernante (PDGE) representa su particular Gestapo y los mercenarios al servicio del régimen, se asemejan a las SS. Da pena contemplar el desolador panorama en el que se tienen que desenvolver diariamente los ecuatoguineanos, invadidos por el miedo , o  con la única preocupación, de la supervivencia: intentar que mañana no aparezcan muertos de hambre, asesinados por algún matón del régimen descontrolado o ser presa de alguna enfermedad.

No cabe duda que el  trabajo que les espera a aquellos líderes y partidos  políticos que tengan que reconvertir la sociedad guineana actual en una democrática, es ímprobo. Porque no es fácil hacer cambiar el chip a la gente, para  que abandonen los malos ejemplos que ha inculcado el régimen podrido de Obiang. Será necesario, por tanto, hacerles apreciar  de nuevo, aquellos principios que movieron y siguen moviendo a muchos guineanos. Y despojar  a la ciudadanía de esas malas prácticas: el enriquecimiento fácil, la corrupción, el enchufismo, el miedo y la degradación moral.

Si la situación social es difícil, la reconstrucción del país es otra de las arduas tareas que les esperan a los gobernantes democráticos. En este sentido, tendrán que llevar a cabo acciones de gran calado, como: la puesta en marcha de la red de agua potable en las principales poblaciones del país; el establecimiento de una red de alcantarillado, que evite la contaminación de los pozos fecales sobre el nivel freático de las aguas; establecimiento de una red de alta , media y baja tensión, que garantice el abastecimiento eléctrico, tanto  a las actividades industriales, como a  los hogares; la reordenación del territorio, catalogando los diferentes usos de los suelos y espacios;  las infraestructuras viarias, para unir los principales zonas del país; el sistema sanitario, tanto en sanidad primaria, como en salubridad pública; la educación......

Sin embargo, no todo está perdido, este pueblo cuenta con un acicate seguro: un conjunto de hombres y mujeres, de dentro y fuera del país, que poseen un importante acervo cultural, humano y cristiano. Gracias a Dios quedan muchos guineanos, de gran valía intelectual  y técnica, que han conocido y apreciado la libertad, dispuestos a llevar la democracia a su país, por todos los medios, aunque les vaya la vida en ello.

Estos son los valores que reivindicamos en el Partido del Progreso: creemos que la revitalización de la sociedad, solo es posible poniendo en práctica los grandes principios de: generosidad, trabajo, entrega, formación, buen ejemplo, honestidad en la administración de los bienes públicos, solidaridad, participación en la mejora de la vida social y económica pública y sentido de la trascendencia del ser humano.

Desde nuestro punto de vista, el análisis de los males que aquejan a la sociedad occidental actual, no son otros  que la pérdida de los valores en las familias, su irresponsabilidad y dejadez a la hora de formar a los hijos en valores, la pérdida del sentido del esfuerzo,  del trabajo bien hecho, del sacrificio....

Y estamos completamente convencidos que serán estos valores, los que vuelvan a llevar la esperanza al pueblo guineano, para cambiar una sociedad entera y transformar a los ciudadanos en agentes activos de su desarrollo democrático y económico, despojándose de su condición de súbditos, para convertirse en auténticos ciudadanos de derecho.