miércoles, 8 de junio de 2011

REGRESO A GUINEA ECUATORIAL DE TODOS LOS EXILIADOS: ¡YÁ ¡¡¡¡



El destierro de más de la mitad de los habitantes de Guinea Ecuatorial, seguramente los más preparados técnica y humanamente, es a todas luces, la mayor catástrofe de la historia de este país. Hay que recordar que no se encuentran, precisamente de vacaciones, son excluidos, expulsados políticos, hombres y mujeres que un día no quisieron doblegarse al régimen dictatorial y asesino que ha impuesto Teodoro Obiang Nguema. 
Cada exiliado lleva tras de sí su personal historia, una historia no precisamente fácil. Cuando decidieron  huir,  habían llegado ya al límite de su resistencia,  ya no podían aguantar más. Algunos acababan de salir de la cárcel y no querían volver a dar con los huesos en los calabozos de Obiang; otros habían sido advertidos de que iban a por ellos; a otros quizás el asesinato de un familiar. Este último es el caso de mi querido y joven amigo refugiado en una ciudad del sur de España, que se negó a engrosar las filas de las juventudes de ese partido único nazi, llamado PDGE. Ese talentoso y prometedor joven  del PP, no quiso doblegarse ante ellos y  prefirió  las torturas (su hermano murió envenenado) y la cárcel antes de traicionar a D. Severo y a su partido.

Ninguna persona que manifieste públicamente su pertenencia al Partido del Progreso puede montar ningún negocio en Guinea, ni trabajar en la Administración, quedando cercenado de toda actividad pública. Hasta aquellos que llevan el nombre de Severo tienen que soslayarlo, si no quieren tener problemas con los gobernantes, porque ese nombre se ha convertido en impronunciable; sencillamente, les irrita.

La dictadura no quiere permitir el retorno de esta gran marea de exiliados, saben que desde ese momento se acabaría todo. Ese mismo temor tienen los partidos que se llaman oposición interior, también saben que cuando lleguen los exiliados todo se acabará para ellos. Mientras tanto viven de las prebendas de Obiang: se pasean con sus lujosos coches, construyen grandes mansiones y reciben su buena paga ( 300 millones de Francos CFA) por partido político, cada vez que se presentan a esas elecciones amañadas. El diputado único de la  Asamblea ilegítima, no puede abandonar el escaño que le regaló Obiang, es su cobertura internacional (la de Obiang, claro) y debe cumplir su trato.

Estos comportamientos no vienen solos, vienen de la mano de unos expertos maniobradores de la propia España, esos mismos que tienen maniatado al Sr. Moto y no dejan respirar a sus seguidores. La situación de privilegio de estos dóciles opositores en Guinea Ecuatorial, y la de marginación y penurias  del Partido del Progreso aquí en España, son herederas del mismo diseño.

Tanto la opinión pública española, los propios guineanos, como  las cancillerías de las potencias con intereses en la zona, ya no se creen esa pantomima. Esta anómala situación ha quedado expuesta a la luz pública. Por eso el temor del régimen y de sus adláteres al regreso de los exiliados , piensan  que cuando esto ocurra, se les acabará el  gran choyo . Y así  que, Obiang trabaja contra reloj para intentar lavar la cara al régimen con anunciadas reformas que nadie cree, y la "oposición" (interior)  representa su papel y manifiesta no creer en estas reformas.

Para que se acabe con la dictadura en Guinea, para que exista auténtica reconciliación nacional y se llegue a la democracia, es imprescindible la presencia de todos los exiliados;  ese caudal humano, lleno de conocimientos y vivencias democráticas, será la salvación de nuestro país.  Por eso posponer este retorno, es perpetuar la desgracia sobre el pueblo guineano y retrasar su ansiada libertad.