LIBIA Y GUINEA ECUATORIAL.
Por Ramiro GRAU MORANCHO.
Estamos muy preocupados por defender a la población de Libia, pero nos trae al pairo que la mitad de la población de Guinea Ecuatorial esté en el exilio, para evitar ser asesinada por el dictador Obiang, que el resto, otro medio millón de personas, tenga que subsistir con el equivalente a un dólar diario. Mientras tanto, el país produce 600.000 barriles diarios de petróleo, uno por habitante…
Y lo triste del caso es que esta producción está limitada temporalmente, y se calcula que en unos diez a quine años, como mucho, habrán terminado de explotarse los yacimientos. Consiguientemente, volverá la ruina económica a Guinea Ecuatorial, país que actualmente tiene una renta per cápita de 50.000 euros –superior a la española-, pero que no se integran en el presupuesto nacional, sino que desaparecen misteriosamente, rumbo a bancos suizos de USA, islas Caimán, etc., a las cuentas personales de la familia Obiang.
¿Es lógica esta situación? España, potencia descolonizadora en 1968, hace más de cuarenta años, permanece impávida ante semejante agresión a los derechos civiles de la población de la ex colonia, que para más inri es saqueada, maltratada y privada de todos los derechos políticos por el “clan de Mongomo”, grupo de dirigentes del país procedentes de la localidad natal del dictador Obiang.
Me resulta sorprendente que nos preocupemos por los derechos y el bienestar de la población libia, pero que, en cambio, nos resulta indiferente la situación de Guinea Ecuatorial, que es similar a la de Libia, con la riqueza esquilmada por la familia gobernante, constituida de falto en una “monarquía” sin corona, pero hereditaria. ¡Qué cinismo, por favor!
Francia, al menos, ha tenido la gallardía de encabezar la lucha armada contra Gadafi, aunque solo sea por recuperar parte de su antigua grandeza, y por un deber histórico para con su antigua colonia. Pero España ni está ni se le espera en Guinea Ecuatorial…
No solo eso, sino que en su día el desgobierno tuvo “el detalle” de retirar el estatuto de refugiado político a don Severo Moto, presidente del gobierno de guinea ecuatorial en el exilio, y líder del PP guineano –partido del progreso-, hasta que el Tribunal Supremo corrigió dicha barbaridad y le reintegró su derecho a ser tratado como un exiliado político, que es lo que es, y cuya vida corría peligro en Guinea Ecuatorial.
¿Dónde está el interés del desgobierno por los pobres sajarahuís, dejados de la mano de Dios, o por los cubanos, victimas también de otra dictadura sanguinaria?
Cuanto cinismo e hipocresía, para evitar que se hable de los auténticos problemas nacionales –paro, terrorismo, peligros para la integridad territorial, necesidad de poner coto a las autonomías, etc.-, y distraer a la población con asuntos que son ajenos a España, y de los que no vamos a sacar más que la enemistad del mundo árabe, y posibles atentados terroristas en nuestro país.
Pero no podemos pedir peras al olmo. Zapatero es así: es incapaz de solucionar ningún problema, ya que su política es crear problemas donde no los hay, enfrentando a los ciudadanos entre sí, gobernando a golpe de ocurrencias, y así nos va.
Ramiro GRAU MORANCHO,
Jurista y escritor.
