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martes, 14 de septiembre de 2010
¿Se muere Obiang?
El líder de la oposición ecuatoguineana en el exilio, Severo Moto, ha asegurado recientemente que el presidente del país, Teodoro Obiang, se está muriendo y que es un momento muy peligroso para la antigua colonia española. El político se refiere, en una entrevista concedida al periódico digital Guinguinbali.com, a los episodios de desmayos frecuentes y de debilidad que aquejan al dictador como los signos que presagian su fin próximo. Moto afirma también que el supuesto enfermo va a morir matando, en atención al fusilamiento de los cuatro presos condenados a la pena capital el mes pasado en Malabo.
Precisamente, al hilo de esa ejecución, el mismo Obiang la ha justificado en Bata diciendo que la pena de muerte aún no está abolida y que la seguirá aplicando para salvaguardar los principios que sostienen el Estado soberano, al tiempo que se aferra a que el juicio fue legal, transparente e imparcial y que los cargos fueron promovidos por delitos contra él mismo y representantes del Gobierno por traición y terrorismo, aunque apostilla cínicamente que la inmediatez del fusilamiento se debió al inminente peligro que suponían los encarcelados para él y su familia. Lo cierto es que los reos fueron ajusticiados tan sólo media hora después de dictada la sentencia, lo que hizo imposible interponer cualquier recurso en contra.
El origen de la condena de José Abeso Nsue, Manuel Ndong Aseme, Jacinto Micha Obiang y Alipio Ndong Asumu viene dado por el supuesto golpe de estado que los acusados perpetraron el día 17 de febrero de 2009, con el asalto al Palacio Presidencial en Malabo cuando Obiang no se encontraba en su interior, y después de haber sido apresados en circunstancias aún no aclaradas en la vecina Nigeria.
En todo caso, de ser verdad que el dictador se apaga, un escenario de incertidumbre se abre en el horizonte del país, porque Guinea Ecuatorial no está preparada para asumir de pronto una transición pacífica hacia un régimen democrático, sino que es de esperar que los diferentes clanes que componen el entorno presidencial lucharán encarnizadamente por alzarse con el poder, y porque tampoco está claro que las distintas familias estén conformes con que sea el hijo de Obiang, Teodorín -“un perfecto inútil”, según el lider opositor-, su sucesor, tal como el padre pretende.
Por lo pronto, Severo Moto pide a la comunidad internacional que esté atenta porque el pueblo no puede resolver solo la situación, una sociedad formada por apenas un millón de habitantes, que proceden de distintas etnias, con cuentas pendientes que tampoco se sabe cómo se van a saldar de producirse un conflicto que traspase las paredes de la residencia del dictador.
Mire como se mire, el futuro de Guinea Ecuatorial pasa por expectativas inquietantes, amplificadas por la rapiña de las riquezas que procuran las extracciones petrolíferas del país -uno de los principales exportadores del continente-, un botín tradicionalmente manejado por unas pocas manos, que hará que aquellos que esperaban en la sombra una mínima oportunidad en el férreo régimen de Obiang para hacerse con la llave de la caja registradora estén afilando los sables.
Mientras tanto, España no debería descuidar su cercanía histórica con su ex provincia y recuperar el tiempo perdido en la defensa de los derechos humanos y de unas relaciones políticas y económicas que nunca ha sabido gestionar de la mejor manera ni en Guinea Ecuatorial ni en cualquier otro estado africano.
Fuente: http://lacomunidad.elpais.com/ahorafrica/2010/9/13/-se-muere-obiang-