miércoles, 15 de septiembre de 2010

¡¡¡CONFIANZA!!!


¡¡¡CONFIANZA!!! SEVERO M. MOTO NSA Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

Tan pronto como abandoné, en libertad provisional, el penal de Navalcarnero, (18 de Agosto de 2008) a donde el Gobierno español, tras detenerme frente a mi casa, me redujo, acusándome de haber intentado introducir un alijo de armas para matar al Presidente Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial (acusación rechazada y despreciada por La Audiencia Nacional); se produjo lo que nosotros (Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio y Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial) llegamos a creer que se trataba de un inicio de contactos y de acercamiento entre nuestras dos instituciones políticas, y el poder español. Relaciones y contactos ausentes, conjurados y prohibidos, desde Marzo de 2004, por orden directa del régimen de Obiang Nguema Mbasogo a España.

Se produjeron dos encuentros entre destacados miembros del Partido del Progreso y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial, presididos por mí, y una destacada y relevante personalidad política española, Senador, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en el entorno de una Institución laica, muy cercana al Vaticano.

Recuerdo que desde los inicios más prístinos de estas conversaciones, ambas partes adoptamos como lema imprescindible y “conditio sine qua non”, la CONFIANZA mutua.

Tras dos reuniones que estaban encaminándose hacia eso que aquí en España se conoce como “en la buena dirección”; estábamos preparando la tercera reunión (posiblemente la decisiva para la recomposición de la normalidad en nuestras relaciones, cuando, de pronto, cayó sobre dichos encuentros, como un fulminante rayo mortal, al puro estilo de lo que en Guinea Ecuatorial se conoce como “¡Por orden de la superioridad…!” (Frase que siempre se usa cuando se pretende cubrir la autoría del propio Obiang Nguema o de algún Ministerio implicado…) ¡Y…Se acabó la confianza!

Con este breve comentario, creo contestar a tantas voces que me llegan de la España civil y sencilla que tantas veces me pregunta: “¿Pero, nunca has recibido ninguna llamada de alguna autoridad española, para hablar contigo?” La respuesta podría ser perfectamente esa de: SÍ; pero NO…


MI PROFESOR DE “FORMACIÓN DEL ESPÍRITU NACIONAL”

Yo caminaba hacia mis 21 años de edad, cuando abandoné mis estudios sacerdotales, en el verano de 1964, e inicié los de Magisterio en la “Escuela Normal” de Bata. Las clases las recibíamos tanto de los hermanos de la Salle, como de profesores seglares, profesionales de las diferentes materias. Reconozco sin engolamientos ni falso orgullos, que me propuse ser un alumno muy atento, y profundo asimilador de las enseñanzas y lecciones, no tanto de los libros, como de las charlas de los profesores españoles:

“Una sociedad, donde no haya confianza entre unos y otros, está condenada al fracaso y a la perdición” – nos repetía el Profesor de FORMACION DEL ESPIRITU NACIONAL, Don Manuel Ferrero. Y se prodigaba en múltiples ejemplos contundentes, como aquel de: “Si los guineanos empiezan por desconfiar de las latas de sardina que traen los españoles, ningún guineano querrá comer sardinas en lata, venidas de España…” Etc. etc.

Don Manuel Ferrero, nuestro prestigioso profesor, nos abrió (por lo menos “me” abrió) los ojos e inteligencia al conocimiento de numerosas realidades (todas embadurnadas por el hollín de la famosa “Ley de Materia Reservada” bajo la que el poder español tenía sepultado en Guinea Ecuatorial: El petróleo, el potencial económico global que escondían en Guinea Ecuatorial bajo lo que él llamaba “espionaje industrial”; Algunas frases rotundas de Franco sobre Guinea Ecuatorial; el famoso “Presupuesto Vitalicio” que Franco legó a Guinea Ecuatorial, en recompensa por la gran aportación en materias primas que nuestro país brindó al pueblo español durante los aciagos años de la post-guerra civil española.

¡¡¡Franco, ese hombre!!!

Sin la más mínima intención de ahondar en el resto de temas sobre las que tanta luz proyectó en nuestro conocimiento Don Manuel Ferrero, he querido recoger el de la CONFIANZA.

Un término y una realidad tan ausente como imprescindible en las relaciones sociales, políticas, humanas, económicas y de todo género entre los seres humanos.

En la clásica línea y estrategia del “divide y vencerás”, Obiang Nguema y sus resortes y apoyos externos, tienen atravesada a la sociedad guineana con la aguja letal y el hilo envenenado y frágil de la DESCONFIANZA mutua.

A su vez, Obiang Nguema y sus apoyos externos, asentados como inmóviles “Budas” en la mamandurria de la riqueza robada al país y acumulada en sus bancos y paraísos fiscales, construyen obscuros “canales-embudo” atrayéndose engañosa y traidoramente todas las CONFIANZA de todos los guineanos que puedan. Obiang Nguema Mbasogo, Presidente de Guinea Ecuatorial, es un redomado experto en sembrar, a golpe de Francos CFA, Dólares y Euros, la desconfianza entre sus rivales, enemigos y opositores débiles e inconsistentes; a la vez que con los mismos métodos conquista su confianza con silbidos de víbora.

Resulta ciertamente digna de consideración y de toma de conciencia la estrategia.

El inocente e incauto pueblo guineano, en su admiración y apoyo a la oposición, exige la UNIDAD. La P.O.C. fue, después de algunos otros experimentos de “Unidad” pulverizados por el régimen y sus expertos apoyos exteriores, el paradigma de la respuesta a la exigencia de unidad que imponía Guinea Ecuatorial a la oposición política guineana. ASODEGUE (eminentísimo, casi virulento, apoyo de Obiang Nguema en el exterior) se encargó de pulverizar dicha unidad, sembrando tal DESCONFIANZA tan profundamente en el seno de la P.O.C. que todo un grupo político, ciertamente prometedor, C.P.D.S., ha quedado hundido, como un inservible “Titanic”, en las fauces profundas del servicio a Obiang Nguema.

Tras el desastroso fracaso del proceso de transición a la democracia, envenenado por Obiang Nguema con el título de “transición democrática a la equatorguineana”; es decir, hacer de la oposición un mundo de desconfianzas mutuas, al servicio del dinero corrupto del tirano; todos los esfuerzos, sinceros y falsos de unidad de la oposición son respondidos, desde dentro y desde fuera, por la DESCONFIANZA mutua entre la oposición.

Lo que acaba de suceder en el seno de la oposición contra Obiang Nguema (Sincera y real, o falsa e infiltrada) es el trágico paradigma (de momento) de la quiebra de confianza en el seno de la oposición guineana. Sonará a exageración; pero a partir de ahora, ninguna voz -por más prestigiosa que sea, dentro o fuera de la oposición guineana - tiene el peso de credibilidad suficiente para proponer la UNION de la oposición. ¡Se nos ha roto entre los dedos el delicado huevo de la CONFIANZA mutua!

Si todavía, a estas horas, sigo recibiendo mensajes confidenciales asegurándome que en el seno del Partido del Progreso y del Gobierno en el exilio, hay espías, chivatos, desertores y traidores, que -según nos cuentan- informan puntualmente a Obiang Nguema de la labor y pasos de estas dos instituciones; por cierto, anestesiadas, en España, por poderosas órdenes y corruptos pagos de Obiang Nguema, a sus protectores.

Ante la quiebra de confianza, es la hora de la depuración y de instituir fuerzas de oposición, quizás atomizadas, pero suficientemente sinceras y honestas consigo mismas y luchadoras por: El retorno en libertad a nuestro país; la liberación de los presos políticos; la celebración de unas elecciones libres y democráticas, en un post –Obiang donde la CONFIANZA vuelva a ser el vestido talar de nuestra acción política común.

Alguna planta fructífera de libertad, democracia y desarrollo debería brotar de la siembra de nuestros cuatro mártires recientemente asesinados por el monstruo que nos come, Obiang Nguema Mbasogo.

En el exilio, donde nuestras voces están apagadas a golpes del talonario ensangrentado y cruel de Obiang Nguema, ni siquiera el recurso a la justicia en el exilio acaba de ser suficientemente eficaz y viable, para llorar con resultados a nuestros muertos. Si solo Dios tiene en sus manos la venganza, nos toca la prudencia, cautela y cuidado para que lo que vayamos construyendo en CONFIANZA no acabe aguándose en el terrible mar de la traición.

El resumen, simple pero contundente, de la tragedia que acaba de causar Obiang Nguema en la sociedad guineana, con el asesinato de los cuatro ciudadanos, es este: “Un grupo de equatoguineanos exiliados o residentes en España, han traicionado, vendido y entregado a Obiang Nguema a cuatro guineo ecuatorianos (¿Culpables de qué…?) Este los ha mandado fusilar.

En los informes (¿rigurosos, falsos, infundados o documentados…?) sobre el origen de esta tragedia han aparecido una serie de nombres ligados a la oposición guineana. (¡¡Para la que todo el mundo pide unidad…!!) Lo más normal, en estos casos, sería que, a etas horas, hubieran aparecido estos nombres (todos juntos) suscribiendo un documento de denuncia ante un Juzgado de Guardia, por falsas acusaciones y lesión al honor, o difamación... El peor servicio que podemos ofrecer a los asesinados, es amorrase, como un avestruz, al ordenador y lanzar con las pezuñas polvo y arena a diestro y siniestro (como lo hace el llamado “Observador” de la página “guinea-ecuatorial.net” propinando todavía más ofensas “extra víam” (fuera de camino) a “Severo”, que ni siquiera es “mensajero” ni menos parte de la terrible traición, venta y entrega de los cuatro asesinados.

Si duele que Obiang Nguema sea un empedernido matón y asesino de vidas y devorador de cuerpos humanos, ¡¡¡cuánto más debería dolernos que haya (¡parece que sí…!) equatoguineanos capaces de proponer la unidad de la oposición, y colarse en ella con avieso propósito de servir en bandeja, a Obiang Nguema, no solo información; sino hasta vidas humanas, y cobrar!!!

Si vamos a por todas ¿Quién debería ir a los tribunales y denunciar: El que se siente ofendido por la información aparecida o el que informa?

“Primum”, Confianza; “deinde”, Unidad. (Primero, Confianza; después, Unidad)

No vaya a ser que tanta exigencia de “unidad” a la oposición sea simplemente una trampa mortal para que algunos infiltrados, (¿“El Observador”, quizás…?), sigan ofreciendo vidas, (y cobrando bien…) al asesino y buen pagador de traidores: Obiang Nguema Mbasogo.