martes, 21 de septiembre de 2010

Reino Unido, Chile y Argelia humillan a Zapatero


“No hay prueba más concluyente sobre la capacidad de un hombre para guiar a otros que aquello que hace día a día para guiarse a sí mismo”.

Thomas J. Watson


Convendrán conmigo en que la cita de Thomas J. Watson es tan acertada como demoledora. Espero que, en vista de los acontecimientos de los últimos años, convendrán también conmigo en que las acciones diarias de nuestro desnortado Presidente del Gobierno son la mejor prueba a la hora de mostrar su clara incapacidad para guiar a nuestro país, y más aun en la coyuntura actual.
Zapatero y sus acólitos “de reconocido prestigio” nos regalan a diario episodios, citas, y actuaciones dignas de análisis. En el campo de la Política Exterior, por desgracia para nuestra maltratada España, los numeritos circenses de nuestros gobernantes son asimismo la más absoluta muestra de su incompetencia e incapacidad de liderazgo; especialmente porque quien no alcanza a orientar su propio rumbo en multitud de escenarios, difícilmente puede aspirar a guiar a una Nación como la nuestra, tan desesperadamente necesitada hoy de líderes diestros con la brújula.

Nuestros gloriosos gobernantes pseudo-progresistas no dudan en hundirse (y hundirnos) hasta las cejas en esperpénticos ridículos internacionales, inconcebibles en cualquier nación respetable de nuestro entorno. Así, la semana pasada, mientras Leire Pajín y Elena Valenciano se paseaban tan felices por los despachos de la dictadura castrista en La Habana sin que se les cayese la cara de vergüenza ni nadie en el PSOE se preguntase si el “progresismo” es compatible con el apoyo a una de las peores dictaduras planetarias, Zapatero y su deslustrado ministro Moratinos no dudaban en reiterar públicamente que aun mantienen la esperanza de que la UE cambie pronto su política hacia Cuba. Moratinos ya nos había anunciado hace tiempo que a la dictadura castrista no había por qué pedirle reformas de ningún tipo, haciendo que su gestión al frente del Ministerio de Exteriores alcanzara cotas de absoluta vergüenza y dejando a España a la altura del betún, aunque para muchos esto no tuviese mayor importancia. Una prueba más del absoluto desvarío inoculado por nuestros gobernantes a la opinión pública española.

Igualmente la semana pasada, Zapatero consiguió hacer el mayor ejercicio de avestrucismo político de los últimos decenios. Así, frente al bloqueo de Melilla por parte de Marruecos y ante el recrudecimiento de la violenta represión ejercida por el régimen Alauita contra los manifestantes saharauis y españoles en el ocupado Sáhara Occidental, el glorioso gobierno Zapatero decidió no ver nada malo y alabar las “beneficiosas” relaciones entre Rabat y Madrid. Hace tiempo que sabíamos que lo de mirar para otro lado mientras Marruecos hace de las suyas es más fácil que defender los intereses del Estado, los de los españoles y los de los saharauis, pero lo de la semana pasada alcanzó tintes surrealistas cuando desde el Ministerio de Exteriores se recomendaba a los manifestantes españoles apaleados por la policía marroquí (que en el Sáhara va de paisano) que aceptasen la realidad de la ocupación de nuestra antigua colonia y que respetasen la “legalidad vigente”: esa que Rabat sigue imponiendo ilegalmente sobre nuestro antiguo territorio, en violación del Derecho Internacional y de las resoluciones de la ONU. ¿Cómo puede nuestro gobierno respaldar semejante “legalidad”?

Conviene recordar que mientras los voceros de Zapatero hablaban de las magnificas relaciones existentes entre Madrid y el régimen feudal marroquí, las noticias sobre la situación de los presos políticos saharauis en cárceles marroquíes y de los activistas civiles heridos tras las últimas muestras de barbarie policial en El Aiún se empecinaban en oscurecer la idílica visión que el gobierno español intenta vender a la opinión pública sobre las relaciones con nuestro vecino norteafricano. Los acontecimientos, aunque parcialmente silenciados en nuestro país por los intereses obvios de los que apoyan la política de sumisión a Rabat, no dejan ya lugar para los juegos dialécticos monclovitas y Zapatero debe empezar a pagar la factura de su nefasta política de hacer negocios a cualquier precio bajo la cobertura de ese “buenismo patológico” característico de nuestro ínclito gobernante.

La situación que la “realidad real” (no la que habitan los líderes del PSOE) nos muestra es una muy preocupante en la que la posición de España en el norte de África es cada día más débil frente al incansable desafío marroquí a nuestra integridad territorial y frente a la violación de los derechos del pueblo saharaui. La gota que debería colmar el vaso es la reciente decisión de los partidos políticos nacionalistas en Marruecos (incluido el gubernamental Istiqlal) para unirse en la exigencia de ruptura de los lazos entre Rabat y (agárrense) el PP español. Los que alegan que “sus sagradas reivindicaciones sobre Canarias, Ceuta y Melilla son incontestables” anuncian a los cuatro vientos que su enemigo real en la consecución de su agenda no es el Gobierno del Reino de España, sino el PP. Zapatero ya debería haber salido públicamente a denunciar que este posicionamiento de Rabat es del todo inaceptable para la democracia española, pero ya podemos seguir esperando, visto lo visto hasta ahora.

La situación (que ya de por sí es chunga) sería infinitamente más fácil para Zapatero si todos fuésemos ciegos voluntarios y no quisiésemos darnos cuenta de lo que está pasando. Hemos de reconocer que hay millones de españoles dispuestos a hacerle este gran favor a nuestro pésimo gobierno, si no no se explica que se le deje hacer lo que hace. Sin embargo, como los trucos de prestidigitación de Zapatero no son infalibles en el exterior, Reino Unido, Chile y Argelia han decidido en los últimos días ejercer una política de coherencia y sentido común que supone una humillación total para la vergonzosa actuación exterior de Zapatero.

Y ¿qué es lo que han hecho y dicho británicos, chilenos y argelinos? La mayoría de los medios de comunicación españoles han preferido seguir con la ceguera voluntaria para no tener que informar a la opinión pública española de que Londres (a través de de su embajador en Argelia) dijo el pasado 3 de septiembre que apoya “una solución que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui a través de un referéndum justo y transparente y sin ninguna presión”. Toma ya (!). Una politica de coherencia con las resoluciones de la ONU que supone un bofetón mayúsculo para la política zapateríl enarbolada por Moratinos de abandono de las responsabilidades de España en el tema de la descolonización del Sahara Occidental. Se ve que el “buen rollito” es una cosa y lo de defender los derechos de los saharauis abandonados a su suerte por Madrid (aunque muchos aun conserven su antiguo DNI español) es otra.

Para ayudar a que nuestro Presidente del Gobierno se cubra aun más de gloria, el Parlamento chileno pidió formalmente ese mismo día al Presidente de Chile, Sebastián Piñera, que “por razones vinculadas a la historia y las instituciones de la nación chilena, se reconozca urgentemente a la República Árabe Saharaui Democrática y que se establezcan relaciones diplomáticas entre ambos países”. Sobran los comentarios, ¿verdad? Convendrán conmigo en que toca quitarse el sombrero ante nuestros hermanos chilenos, al tiempo que deberíamos aplicarnos el cuento y exigir de nuestros diputados que asuman sus obligaciones internacionales e históricas de manera decente.

Toca también descubrirse ante el sentido común de nuestros vecinos argelinos, que acaban de proponer formalmente a la Asamblea General de Naciones Unidas que apruebe esta semana una resolución contra la práctica de pagar rescate a grupos terroristas para liberar a rehenes, en clara alusión a las vergonzosas gestiones del Gobierno Zapatero para pagar millones de Euros a Al-Qaeda a cambio de la liberación de los dos españoles secuestrados en Mali. Resulta que los principales afectados cuando se paga rescate a los terroristas en el Magreb son los gobiernos de los países de dicha región, cuya lucha contra el terrorismo yihadista se ve seriamente dificultada de cara al futuro. “Pecata minuta” para el tándem Zapatero-Moratinos, descrédito para España internacionalmente, y exitazo de Al-Qaeda. Ya solo falta que Osama Bin Laden le conceda una medalla a Zapatero y declare que rompe relaciones con el PP español. Puede que en la sede del PSOE incluso hubiese quien se lo tomase como algo positivo. Ya me los veo venir: “fíjate, que buenos somos que nos hacen guiños hasta los ’separatistas’ de ETA, los nacionalistas marroquíes y los terroristas de Al-Qaeda. Todos los que quieren la paz. Seguro que arrasamos en las elecciones de 2012”.

La pena es que no solo lo estamos haciendo rematadamente mal con respecto a nuestros territorios amenazados por Marruecos, lo del Sahara Occidental y lo de hacer ricos a los terroristas de Al-Qaeda (a los que ya hemos ayudado a financiar con el rescate múltiples atentados, empezando por el del 25 de agosto en Mauritania contra un cuartel del ejército de este país en la ciudad de Nema, aunque luego decimos combatir junto a la OTAN a la misma Al-Qaeda en Afganistán), sino que también estamos hundiendo nuestra reputación internacional con respecto a nuestra otra ex-colonia en África. Sí, damas y caballeros, cuando la dictadura que dirige Teodoro Obiang en Guinea Ecuatorial ejecutó el pasado 21 de agosto a un civil y tres ex- militares condenados a la pena capital (media hora después de ser dictada su sentencia, sin esperar a una apelación, ni poder despedirse de sus familiares), el glorioso gobierno Zapatero decidió mirar para otro lado y no decir ni pío. ¿Para qué molestar al de los abrazos en las fotos con Moratinos? ¿Para qué protestar diplomáticamente ante semejante violación de los Derechos Humanos en nuestra ex-colonia? Silencio en Madrid durante toda una semana. Como recordaba Luis Ayllón el pasado 29 de agosto en su blog “Terminal cero” (del diario ABC), el silencio oficial en Madrid cuando se produjeron las ejecuciones fue “sorprendente, no sólo por los lazos con la antigua colonia, sino porque el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha presentado como el gran abanderado para lograr hasta 2015 una moratoria en la aplicación de la pena de muerte por los países que la tienen recogida en su legislación”.

Ya lo ven ustedes, todo pose y contradicciones. Menudo legado y liderazgo el de Zapatero. ¿Se acuerdan aun de la cita de Thomas J. Watson?



Fuente: http://www.elimparcial.es/mundo/reino-unido-chile-y-argelia-humillan-a-zapatero-70346.html