domingo, 19 de septiembre de 2010

Black Beach, la cárcel de los horrores de Obiang



José Naranjo, periodista español, nos presenta un trabajo digno de atender sobre una de las “instituciones” más siniestras de Guinea Ecuatorial.

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Avanzamos parte del contenido de este trabajo de J. Naranjo en una de las publicaciones, en español, mejor documentadas y especializada en lo que acontece en el continente africano. Es una publicación de referencia. www.guinguinbali.com






"Decir Black Beach es decir muerte. Cuando un preso llega a esta cárcel, su familia comienza a preparar el ataúd". Así describe Severo Moto, la cabeza más visible de la oposición ecuatoguineana en el exilio, a uno de los presidios con peor fama del mundo. Lo conoce bien, pues pasó en él varios meses. Torturas, palizas, hambre y juegos macabros. Este es el día a día de Black Beach, la cárcel de los horrores de Teodoro Obiang.



Construida bajo dominio español en los años cuarenta, este edificio se encuentra situado en una zona costera de Malabo, capital del país, muy próximo a la playa llamada Black Beach. Según varias fuentes consultadas, el nombre hace referencia a las aguas negras que bajan por el río que desemboca en esta playa. "La playa está siempre sucia y llena de porquería", aseguran.

Durante la época española, allí eran recluidos presos comunes. Sin embargo, tras la llegada de Francisco Macías Nguema al poder en 1968 como primer presidente de la Guinea Ecuatorial independiente, Black Beach comenzó a cimentar su mala fama. Sólo tres meses después de la independencia del país, el que fuera presidente del Gobierno autónomo de la provincia española y rival de Macías en las elecciones, Bonifacio Ondó Edu, fue encarcelado y asesinado en esta prisión.

No fue el único. Otros funcionarios y altos cargos, entre ellos el propio vicepresidente del gobierno de coalición que aupó a Macías a la Presidencia, Edmundo Bossio, fueron llevados a Black Beach. Muchos murieron o se suicidaron durante su estancia en la cárcel, tras haber sido torturados con una brutalidad extrema. Se calcula que bajo el régimen dictatorial de Macías fallecieron entre 20.000 y 50.000 personas, es decir, entre el 6 y el 15% de una población de 350.000 personas. Muchos pasaron por Black Beach.

En la época de Macías, el responsable de Black Beach era su sobrino, Teodoro Obiang Nguema. "No cabe duda, él era el jefe de todas las cárceles del país", asegura Moto. Durante una década, entre 1968 y 1979, decenas de miles de ecuatoguineanos fueron acusados de "descontento" o de "intento de golpe de estado". Ni siquiera hacían falta pruebas. Los supuestos desafectos al régimen eran llevados a Black Beach o a la cárcel modelo de Bata, torturados y ejecutados.

TRABAJOS FORZOSOS

Severo Moto conoció la prisión en 1976 tras haber participado en el Gobierno de Macías. "Fui encarcelado durante tres años, aunque pasé la mayor parte del tiempo trabajando en las fincas, terrenos agrícolas propiedad de Obiang y su gente a donde llevaban a los presos a hacer trabajos forzosos. Recuerdo que me pegaban una paliza por la mañana y otra por la noche sin que hubiera motivo para ello. Era terrible", asegura el hoy líder opositor.

El 3 de agosto de 1979, el propio Teodoro Obiang encabeza un golpe de estado contra su tío, que se refugia en la selva. Sin embargo, semanas después es capturado, juzgado y fusilado. Pero las cosas en Guinea Ecuatorial y en Black Beach no cambiaron mucho. "Obiang Nguema fue durante once años jefe de las cárceles del país, lo que le hizo creerse dueño absoluto de las vidas de los guineanos. Esta fe ciega perdura aún", asegura Severo Moto.

Uno de los rincones más temidos de Black Beach es el cuarto conocido como la Oficina. Tanto en la época de Macías como en la actual, allí se celebran simulacros de juicios por la noche dirigidos por el propio Obiang tras largos y durísimos interrogatorios que incluyen todo tipo de torturas. Las numerosas condenas a muerte se ejecutan en los bosques de los alrededores de Malabo o de maneras más macabras: "se organizan peleas entre los condenados para que se vayan eliminando entre ellos. El último superviviente es rematado".

Uno de los crímenes más conocidos cometidos en esta prisión fue el llamado "baile de Moköm", en el que Teodoro Obiang, días antes de su golpe de estado, ajustició en el propio patio a un grupo de presos políticos que podían obstaculizar su ascenso al poder. Entre ellos se encontraban Buenaventura Ochaga, el sacerdote José Esono, José Alfonso Oyono, Pablo Nseng, y así hasta una quincena de personas.

Severo Moto, sin embargo, fue designado por Obiang para ser ministro de Información tras el golpe de estado de 1979. "Yo era de los pocos periodistas que podía hacer ese trabajo", asegura Moto. Ocupó el cargo durante tres años y en la década de los noventa decidió crear su propio partido político. En enero de 1995, Obiang lo volvió a encarcelar en Black Beach, donde pasó siete meses, entre enero y agosto. "Esta vez iba a la cárcel condenado a muerte, estaba convencido de que iba a morir. Sin embargo, hubo muchas presiones por parte de la Iglesia, el Gobierno español y la comunidad internacional y finalmente me liberaron el 3 de agosto. Yo me iba a presentar a la Alcaldía de Malabo, pero las elecciones eran el 17 de septiembre y ya no hubo tiempo de organizarlo todo", asegura Moto.

TORTURAS

El líder opositor recuerda su estancia en Black Beach como un auténtico suplicio. "Había torturas de todo tipo. Colgaban a los presos de los tobillos, les ataban en posiciones inverosímiles, les golpeaban sin previo aviso y a cada rato. Los guardias de Black Beach sólo tenían el cometido de pegar a los presos", asegura. Otro problema era la comida, muy escasa. Muchos encarcelados fallecían de inanición. "Y el olor. Las celdas, tan estrechas que no cabía una persona estirada y siempre en la oscuridad, desprenden un olor muy fuerte, insoportable. Muchas veces pensé suicidarme".

La realidad de Black Beach es conocida fuera de sus muros. Amnistía Internacional ha elaborado varios informes alertando de las pésimas condiciones de esta prisión y de la existencia de torturas y asesinatos en su interior, mientras que el Foreign Office la ha incluido en su lista de las peores cárceles del mundo y, desde luego, la que peor reputación tiene de toda África. En la actualidad, cientos de presos políticos ecuatoguineanos languidecen en esta cárcel, muchos sin asistencia médica y con escasa comida.

Hace un mes, cuatro personas que estaban en Black Beach fueron condenadas a muerte y ejecutadas en un camino rural de la capital ecuatoguineana por, presuntamente, haber participado en un intento de golpe de estado. Según la oposición en el exilio, fueron torturados salvajemente.

SIMON MANN Y NICK DU TOIT

Dos de los presos más conocidos recluidos en esta prisión fueron Simon Mann y Nick du Toit, dos mercenarios (británico y sudafricano) implicados en la organización de un golpe de estado contra Obiang en 2004 que pretendía derrocar al dictador y colocar en su lugar al propio Severo Moto. En dicho golpe de estado frustrado también estaba implicado el hijo de Margaret Thatcher, Mark Thatcher. Mann fue encarcelado en Zimbabwe hasta que en 2008 fue extraditado a Black Beach. Sin embargo, el 2 de noviembre de 2009 fue excarcelado gracias a un perdón presidencial por razones humanitarias. La imagen de Du Toit extremadamente flaco y con grilletes en su celda de Black Beach dio la vuelta al mundo. Uno de los supuestos golpistas, el alemán Gerhard Eugen Nershz, murió a los pocos días de ser ingresado en Black Beach. Las autoridades dijeron que por haber contraído malaria cerebral. Sin embargo, según la información de testigos presentaba severas heridas en manos y pies, causadas por la tortura.





Fuente: http://www.guinguinbali.com/index.php?lang=es&mod=news&task=view_news&cat=3&id=877