viernes, 14 de mayo de 2010

SE REPITE LA TRISTE HISTORIA DE GUINEA ECUATORIAL




Severo-Matías Moto Nsa


Los ciento cincuenta años de la colonización española en Guinea Ecuatorial, se desarrollaron con absoluta “normalidad”, mientras colonos españoles y guardias coloniales negros, como perros asesinos bien adiestrados en el odio a sus propios congéneres (véase el modelo Obiang Nguema) se cebaban sobre la población colonizada. Una sola estrategia: Mantener a la población endiabladamente alejada del conocimiento, la cultura y la enseñanza; anestesiada de todo sentimiento y capacidad de reacción, mientras guardias coloniales convertidos en látigos mordaces contra sus paisanos, abrían paso franco a los colonos, para saquear, devastar y expropiar a la población, de sus riquezas.

Ciento cincuenta años de ese modelo de colonización (por cierto, tan común a todos los colonizadores europeos) permitieron que, al final se estableciera en el nativo, como una segunda naturaleza humana el famoso STATU QUO colonial que situaba a los colonos y a los guardias coloniales en la cúspide del poder, para proteger la estructura. Tiempo más que suficiente (150 años) para que todos los derechos de defensa de las riquezas del país se quedaran en manos de los colonos, y la defensa de estos, en manos de los guardias coloniales.

Una de las más irrenunciables premisas para mantener el STATU QUO colonial, fue el aniquilamiento y desaparición de la sociedad civil y la conjura de todo resquicio de una sociedad intelectual negra, consciente, civilizada y capaz de la toma de conciencia y reacción.

Los albores de la independencia de Guinea Ecuatorial, finales de los 50, quedaron marcados por dos acontecimientos: Un inicio del proceso de descolonización que llegó con la apariencia de un propósito de acción organizada y bien intencionada: La conversión de las regiones de Río Muni y Fernando Poó en dos Provincias españolas de Ultramar; dos provincias que tres años después iban a convertirse en la primera Comunidad Autónoma española fuera de España. Pero también se produjo el inmediato signo del descontento y malquerencia con que llegaban los pasos hacia la independencia de la colonia, por parte de los colonos (Las desapariciones y muertes de eminentes personalidades políticas (sociedad civil): Acacio Mañe Ela, Enrique Nvó, Salvador Ndong Ekang etc. etc., con lo que los colonos dejaban muy claro que la independencia de Guinea (si querida y merecida por los guineanos) era muy mal encajada por los colonos. Un guardia colonial, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, se encargaría, 42 años después, ya en la independencia, de continuar con la labor de segar las vidas de numerosos otros prohombres y eminentes personalidades civiles y militares guineoecuatoriales y asentar definitivamente la cultura de la muerte, del pillaje, de la corrupción y del aniquilamiento de la sociedad civil, para seguir encumbrando al colono.

Hemos dejado en numerosas ocasiones, bien patente nuestra absoluta disconformidad, cuan do no descalificación y desprecio de todo el proceso de la llamada “descolonización” de Guinea Ecuatorial, por los colonos españoles. En el fondo se advirtió muy pronto y se constató la tremenda superficialidad y la endeblez de un proceso que al final venía a dejar a la clara luz, quién estaba preparado para la independencia (el pueblo de Guinea Ecuatorial, acostumbrado en 150, años a dejar hacer, confiado en la buena voluntad de…); y quién no estaba, en absoluto, preparado para la independencia (los colonos y los guardias coloniales). Dejo al margen los numerosos anatemas, maldiciones y conjuros con los que prominentes autoridades coloniales españolas de entonces acompañaron el proceso de descolonización de “La Guinea Española”.

En definitiva, el 12 de octubre de 1.968, más que un punto de inflexión, o un punto y aparte entre la colonización y la independencia de “La Guinea Española”, fue una inhumana burla. La prueba más contundente es que ni los colonos, ni los guardias coloniales, han dejado, desde ese día 12 de octubre de 1968, de matar, asesinar, amilanar a la población y reducirla a la anestesia para eterno provecho del “cui prodest” (el aprovechado). Dos mundos: el colono y el guardia colonial (General Obiang Nguema) conjurados para deshacer a la sociedad civil, intelectual, cultural y humana de Guinea Ecuatorial (metidos en el incómodo cajón de la “Ley de Materia Reservada”)

Cuarenta y dos años después del 12 de octubre de 1.968; en estos momentos en que el poder del “guardia colonial” se desmorona, deshecho en girones de corrupción y delincuencia; con el pueblo guineano abatido de dolor y herido de desprecios; en estos momentos en que Guinea Ecuatorial entera parece vivir los hervores de una nueva “independencia” librándose del yugo de colonos y de de guardias coloniales, se repite exactamente la mismísima historia.

Un guardia colonial elevado por los colonos a la categoría de General de Brigada, lleva esquilmando a la población guineana durante once años a la sombra de su tío Macías Nguema y otros 31 en solitario, a cuerpo descubierto y presumiendo de dictador. En su entorno de apoyo, protección, y siempre cumpliendo aquello de “cui prodest” (a quien aprovecha…) los de siempre. Es cierto que hoy, 150 años de colonización, más 42 años de continuidad, a los españoles, en Guinea Ecuatorial, se les ha unido una variopinta legión de chinos, americanos, rusos, marroquíes, israelitas, coreanos, afganos, paquistaníes, ucranianos, malienses, senegaleses, todos pegados al guardia colonial, Obiang Nguema para continuar con la colonización, de Guinea Ecuatorial con matices incluso más dañinos y definitivos contra nuestro pueblo. Seguimos igual en el diseño colonial. Colonos y guardias coloniales contra el pueblo de Guinea Ecuatorial.

Que España, para ese eterno diseño, se haya convertido hace -sobre todo- 6 años, en un gigantesco cementerio de disidentes guineoecuatorianos, (con claros incidentes de gran crueldad e indescriptible vileza), ¡solo para gran tranquilidad y protección de guardias coloniales, y de colonos viejos y nuevos, en Guinea Ecuatorial, no tiene calificación. Desde este infernal atolladero (exilio), solo cabe levantar las manos al Santo Cielo.

Que hoy, potencias mundiales de la importancia de los Estados Unidos de América, evidente primer beneficiario de una de las múltiples riquezas y materias primas de Guinea Ecuatorial… (Venimos invocando y apuntando a tres potencias occidentales: España, Francia, Estados Unidos, por obvias razones) hayan decidido desnudar en público, y casi, denunciar el inveterado STATU QUO colonial en el que se desangra nuestro país, pinzado entre colonos y guardias coloniales es razón más que suficiente para avivar nuestras esperanzas.

¿¡¡Quién se incomodará cuando el pueblo de Guinea Ecuatorial, atrapado en ese pudridero de buitres y carroñeros, decida acudir e invocar a un Gavilán, a un Águila; en lengua fang, a un OBAM’, para espantar y disolver a tanto guardia colonial, el “hombre fuerte” de tanto colono inconfeso!!?