viernes, 28 de mayo de 2010

Guinea Ecuatorial & España





Guinea Ecuatorial & España


No hace tanto tiempo, antes de 1968, Guinea formaba parte de España. Todavía para muchos guineanos y españoles, que no han perdido la memoria histórica siguen teniendo importantes vínculos. Y bastantes hombres y mujeres guineanos no se consideran subsaharianos, son negros, guineanos, antiguos españoles y orgullosos de ello. Y también muchos españoles, miran con nostalgia y cariño a un pueblo alejado, casi en la mitad de África, que comparte muchas de nuestras costumbres, y gran parte de nuestra cultura, y que sólo les diferencia de nosotros el color de la piel.

Muchas veces las acciones de los gobiernos no siguen el mismo camino que los sentimientos de los pueblos. Y la antigua Metrópoli, para seguir manteniendo el statu quo en esos territorios, se va congraciando con el dictador de turno, bien por sentimiento de culpa, o por intereses económicos. Y por su parte, el Tirano va despojando al pueblo de su identidad cultural, para introducirlo en una oscura africanidad, que marque las diferencias con sus antiguos colonizadores.

He comprobado muchas veces que la realidad es otra, y que entre estos dos pueblos existe gran sintonía, más allá del hecho de compartir el mismo idioma, y que responde a la existencia entre ambos de un fondo de cultura común. Esto hecho lo comprobamos al entrar en contacto con algún guineano; pronto nos sorprende lo fácil que es conectar, quizás debido a la gran cantidad de cosas que tenemos en común; hasta los mismos refranes populares.

Existe un hecho llamativo, Cuba, otra de nuestras ex colonias: que habiéndose descolonizado setenta años antes que Guinea Ecuatorial, la relación entre los españoles y los habitantes de este país caribeño es mucho más intensa y existe más trasiego de población, entre la Península y la Isla , que el existente con Guinea Ecuatorial.

Creo que el Gobierno Español tendría que mirar a Guinea Ecuatorial como lo hacen los españoles, pensando en un pueblo hermano, más que en los intereses económicos y de otro tipo, a veces inconfesables. Entonces, sí que apostaría en serio por su democratización.

España debe ayudar a este pueblo hermano a conseguir lo que los españoles tenemos: un estado democrático. Para ello tiene que apoyar a aquellos partidos y líderes opositores con una trayectoria democrática y con fuerte arraigo entre la población.
En el discurso de Obama en Ghana, 12 Julio 2009, se marcan claramente las pautas de esta actuación: "la realidad esencial de la democracia está en que cada país determine su propio destino"; y "el control, añade, de ese destino común, tiene que tomarlo la población".

El líder del Partido del Progreso, Severo Moto, habla constantemente de la necesidad de poner en marcha una democracia en la que exista un Estado de Derecho, que prevalezca el Imperio de la Ley en igualdad y que se cuente con el pueblo, como actor imprescindible para desarrollar un marco de convivencia.

Imaginemos por un momento, cómo podrían ser las relaciones entre una Guinea Ecuatorial libre y democrática con España, máxime si la mayoría de sus líderes democráticos están exiliados en este País. Unas relaciones de tú a tú, sin prejuicios entre ambos países, pueden ser altamente beneficiosas para la población, tanto española, como guineana. Esto exige colaborar en la puesta en marcha de un proceso de reconciliación nacional, que permita la excarcelación de todos los presos políticos, el regreso de los exiliados y la legalización de los partidos políticos.

Autor: Juan Cuevas