viernes, 12 de marzo de 2010

APUNTES PARA UNA CONSTITUCION VII° ENTREGA.





Hoy vamos a hablar de la relación que hay entre la Constitución de una Nación y la Arquitectura.

Cuando se dicta la ley fundamental de un país, se trata de realizar los valores de una Nación.

Las leyes están hechas para hacer los valores realidad. Los valores se hacen realidad a través de las conductas, y las conductas del hombre se desarrollan en los lugares que pertenecen al dominio público.

Hay gobiernos que construyen para el pueblo y gobiernos que construyen contra el pueblo.

En este tema podemos aprender del gran patriota chileno y presidente de Chile, Salvador Allende, quien minutos antes de dar su vida por Chile, bajo las balas del general y futuro presidente Augusto Pinochet, envió este mensaje por radio a su pueblo:

“Sé que mi muerte no será en vano, de nuevo se abrirán las grandes avenidas, por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

Una Nación libre necesita de grandes avenidas, por donde circule el hombre libre.

Es la misma ideología que tiene el presidente de Guinea Ecuatorial en el exilio, Sr. Severo Moto, cuando pide que la gente pueda viajar desde Rebola, hasta Malabo, sin que haya una barrera de por medio, desde Malabo a Sampaka, sin que tenga que pasar por una barrera, y desde Nkue a Mikomeseng, exactamente igual.

Se puede observar el discurso en este link:

http://www.youtube.com/watch?v=iD1-LKPzjIY

Una Nación oprimida necesita que se cierren los edificios donde el pueblo pueda manifestarse.

Bernardino Rivadavia el primer presidente de la Nación Argentina, se ocupó de clausurar los cabildos, donde el pueblo podía expresarse.

Fue en el cabildo abierto de Mayo de 1810 en la ciudad de Buenos Aires, donde se creó el primer gobierno patrio de las provincias del Rio de la Plata.

La Nación argentina necesitaba de Cabildos donde el pueblo concurriera a tomar las decisiones fundamentales que hacen al gobierno.

Estaba en el alma del pueblo y lo siguió estando durante 200 años, por eso se vio cuando la crisis del gobierno de De la Rúa, que el pueblo concurría a las plazas, como buscando esos cabildos que seguían estando impresos en sus genes y se los habían robado con una traición.

Se puede ver en este link, como Rivadavia clausuró los cabildos:

http://es.wikipedia.org/wiki/Bernardino_Rivadavia

Se puede ver en este link como el pueblo acudía a un lugar que le habían quitado:

http://www.fotorevista.com.ar/Argentinazo/19-12-2001/Hto/Dia1.htm

La constitución crea el Poder Judicial, para que dicte las sentencias. El poder judicial está compuesto por Corte Suprema, Cámaras de apelación de segunda instancia, y Jueces de primera instancia.

Si queremos que el juez juzgue y dicte sentencia controlado por el pueblo, necesitamos construir los edificios adecuados para eso.

En Rosario, hay un gran edificio que ocupa una manzana, que se llama Palacio de los Tribunales. Está hecho de modo que el hombre común entra y se pierde, se siente disminuido ante un edificio tan grande. Esto es justamente lo que hay que evitar.
Los juzgados que deciden la vida de la comunidad tienen que estar en la comunidad.
De qué sirve darle un derecho a un hombre, si no sabe quién es el juez que se lo va a defender, y ni siquiera sabe dónde está ese juez.

En cada poblado tiene que haber un Juzgado donde esté el Juez a quien acudir. No puede haber un pueblo, donde no se sepa cuál es el edificio donde está el juez, a su lado tiene que tener el edificio donde está la fuerza policial a su disposición.

Las salas de audiencias donde los jueces lean sus sentencias y escuchen las declaraciones de los testigos, deben ser abiertas al pueblo.

Pero no como es en Rosario. Ni los abogados sabemos dónde está la sala de audiencias, cuando vamos a un juzgado tenemos que preguntar donde tiene la sala de audiencias el juzgado.

Cuando entramos a la Sala es tan chica que no entran ni los abogados de parte. Ni pensar en que haya una silla para que el pueblo vaya a observar las declaraciones de los testigos.

De modo que el pueblo no controla una etapa importantísima de los juicios, que es toda la producción de la prueba.

Hay veces que no solo que el pueblo no está cuando declaran los testigos, sino que ni siquiera está el juez. Las partes hacen declarar al testigo y luego el juez firma como si hubiera estado. Esto es la destrucción de la República Argentina.

¿Cómo podemos saber si miente el testigo, si ni siquiera se le ve la cara, y el juez tiene que decidir con una declaración escrita que lee meses después de que fue hecha?
De modo que si queremos una patria justa construyamos grandes salas de audiencia, donde el juez tenga que hacer su trabajo frente al pueblo, con mucho espacio para que el pueblo pueda observar, como desde una tribuna, como maneja el Juez la justicia.

Si queremos leyes para el pueblo, construyamos un gran edificio del Congreso de la Nación, donde el pueblo entre y salga con total libertad para ver como sesionan sus representantes.