domingo, 3 de enero de 2010

OPOSICION RADICAL-OBIANG NGUEMA-ESPAÑA.


-ANALISIS-(I)

Jugar demasiado al escondite, al secreto y a “Materia Reservada”, un viejo y peligroso juego en el que se mueven, la dictadura de Obiang Nguema y España, puede durar mucho tiempo (Ya lo ha durado, quizás, demasiado); pero nunca durará para siempre.

Al escondite, juegan Obiang Nguema y España (referencia hecha a los regímenes y gobiernos; pero nunca a los pueblos…) cuando las relaciones entre los dos países se empecinan en ser recalcitrantemente personales. O entre altos dirigentes o entre personalidades o personas, personajes y personajillos –todos jugando a listillos- huyendo de la luz y los taquígrafos a que obligan todas las relaciones, mínimamente limpias, entre los países.

El régimen dictatorial de Obiang Nguema y los Gobiernos españoles se mueven en ese triste y falso clima del escondite: Por una parte, una potencia que se mueve consciente de que el “Hombre Fuerte” que han situado en Guinea Ecuatorial es, de raíz, un desasistido culturalmente; no sabe, no conoce, no puede; por lo tanto es una marioneta, un “buen muchacho”, al que se le viene hundiendo en su propia ignorancia. Y, por otra, un africano que se conoce todas las debilidades, fallos, falsedades, engaños, mentirijillas, triquiñuelas y jugarretas de la potencia colonial española. Todos bajo el clima de un consolador común: nadie se atreverá a denunciar a otro…

El régimen dictatorial de Obiang Nguema y los gobiernos españoles se mueven en ese triste y falso clima de secreto, consistente en que las numerosas chapuzas en las que se revuelca –inconsciente- el dictador de Guinea Ecuatorial, y de las que evidentemente sacan un buen partido y buena tajada los “listillos”, nunca saldrán a la luz.

El régimen dictatorial de Obiang Nguema ha conseguido hacer suyo ese cuarto oscuro llamado “Materia Reservada”, losa bajo la que el régimen español ha sepultado a Guinea Ecuatorial, para evitar que nada de tantos desmadres de ayer y de hoy salga a la luz.

Al final, ha salido vencedor el régimen dictatorial de Obiang Nguema, quien en cualquier momento, después de proclamarse “orgulloso de ser dictador”, puede apuntar con el dedo acusador al régimen español para corregirlo y ponerlo en la tesitura de tener que aceptar que sigue pegado, agarrado, sumiso y feliz, al régimen dictatorial, del que hace unas décadas parecía haberse liberado… Obiang Nguema es muy listo. Ha metido a muchos españoles, personalidades, personajes y personajillos en la difícil tesitura de no poder decirle nada en serio. En eso el presumido dictador guineano ha resultado un alumno “cum laude” de Zaragoza.

Un gran “azulón” español, lo explicaba a un alto dirigente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial: “Obiang Nguema, con el tiempo, ha aprendido y es listo”. Algo así como asegurar que ningún español que no haya abandonado del todo la conciencia de la sujeción a la dictadura puede dar lecciones al dictador Obiang Nguema. Al revés…

Las relaciones entre los pueblos de España y de Guinea Ecuatorial, están separadas y rotas violentamente por las múltiples paredes, fronteras y cortinas de silencio, escondite, secreto, y juego sucio que crea la “Materia Reservada” bajo la que se revuelcan Obiang Nguema y los listillos españoles.

En este clima poluto de relaciones entre los dos regímenes, ambas partes han ido luchando por afianzar, eternizar y hacer cada vez más impenetrable la maraña selvática de sus relaciones mutuas; mantenerlas en la lejanía de sus respectivos pueblos y, desde luego, encerrarlo todo en la despectiva y triste frase que con tanto cariño dedican a los africanos, Don Manuel Fraga Iribarne y el Ministerio español de Asuntos Exteriores:

“¡… Bueno… eso es África…!”-concluyen siempre.

1.- EL “PRESUMIDO DICTADOR”, GENERAL OBIANG NGUEMA MBASOGO


Sin embargo, Obiang Nguema y todo lo que, hace ya 42 años, viene reforzando su dictadura y su protección, está sufriendo, de hace algún tiempo, un evidente e inevitable deterioro. No se han abierto todavía las compuertas de la “Materia Reservada”, ni Obiang Nguema, ni sus protectores españoles han sido capaces de abrirse a la luz y taquígrafos de sus relaciones; pero el tufo ha comenzado a perderse por las rendijas descuidadas o saturadas. Cada vez es más patente que ambas relaciones están atadas, enganchadas en razones difícilmente confesables. Y como sucede en tantas situaciones parecidas, donde nadie se atreve (ni la potencia por dignidad, ni la colonia por su independencia), nadie es hoy capaz de dar ese necesario paso hacia la luz de la verdad ni de la sinceridad mutua.

Obiang Nguema, que acaba de cumplir sus 31 años en el poder absoluto, añadidos a los once anteriores, a la sobra de Macías, liderando el terror en Guinea Ecuatorial, tiene plena conciencia de haberse “pasado muchos pueblos” en el desprecio, destrozo y desnaturalización de Guinea Ecuatorial.

Como tantas veces lo ha declarado y repetido en público y en privado, Obiang Nguema solo tiene miedo a España. Durante treinta y un largos años de dictadura en solitario, Obiang Nguema se ha sentido muy seguro de la protección que supone ese miedo a España, a donde vuelve automáticamente, cada vez que le ponen difíciles las cosas tanto desde su propio pueblo como ante las presiones de otras potencias exigiendo la democratización y normalidad política de Guinea Ecuatorial. Obiang Nguema, en realidad, actúa con una tremenda carga de conciencia en un doble sentido con España. Por una parte, el dictador presumido y orgulloso parece dar a entender que la dictadura es la única forma de gobernar Guinea Ecuatorial y recibir, consecuentemente, el apoyo de la antigua potencia (Obiang Nguema fue aceptado por España para dar un soberano golpe de estado contra su tío Macías y los grandes valores humanos que lo rodeaban). Quizás Obiang Nguema crea natural que mientras quienes le auparon al trono de la dictadura no le cuestionen, no tiene que mover ninguna ficha hacia el cambio tan exigido por el pueblo guineo y otras potencias mundiales.

Obiang Nguema, cree por otra parte que quienes se han beneficiado de sus 31 años de dictadura, tras haberle aupado a ese poder, carecen de capacidad y derecho para, si quiera, ayudarle a enderezar el camino en el trato al pueblo guineano. ¿Quiere Obiang Nguema significar que España está tan atada a sus 31 años de tiranía -añadidos los once anteriores-, con todo lo que estos 42 años han significado, de dolor y desesperación para Guinea Ecuatorial, que la antigua potencia no tiene voz, ni voto, ni ascendencia sobre el orgulloso y presumido dictador? ¿Su actitud recalcitrante, impenitente, de increíble testarudez, incluso frente a España, significa a la vez que cree Obiang Nguema que España es la única potencia a la que “tiene miedo”; pero por otra parte, cree tener a España agarrada de no se sabe qué partes, como para no poder decirle nada en serio al presumido dictador africano…?

¿¡Qué pasa aquí!?

CONTINUARÁ...