martes, 17 de noviembre de 2009

La Agencia "EFE" en mi vida




Por Severo-Matías MOTO NSA

El monstruo “billonario”, redomado y presumido dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, está consiguiendo –a través de sus múltiples asesores, lobbies y monitores españoles y extranjeros- tender una tupida red internacional de control de información, tanto a nivel de servicios secretos y larvados, como de medios de comunicación públicos, oficinas exteriores de información y “turismo” (turismo inexistente en el país) etc.etc.; dedicados todos ellos a la penosa, corrupta y francamente difícil tarea de blanquear el dinero bruto de un régimen insostenible, incorregible, infumable y corruptor, liderado por Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.

En medio de esa vorágine orgiástica de medios de comunicación al servicio del tirano Obiang Nguema Mbasogo de Guinea Ecuatorial, (con la cara embadurnada de vergüenza torera) aparece la -en otro tiempo- Maestra de Maestros, Profesora de Profesores, prestigio de prestigiosos, Agencia EFE.

Yo creé y abrí en Malabo la primerísima Delegación de la Agencia EFE en Guinea Ecuatorial. El Excelentísimo Señor Don Luis María ANSON OLIART, a la sazón, Presidente y Director General de la Agencia EFE (1.979) reparó en mi persona (Licenciado en Ciencias de la Información, por la Complutense de Madrid) y me encargó la hermosa, excitante y apasionante misión de abrir en Malabo, Capital de Guinea Ecuatorial, la Delegación de la Agencia EFE, con la ambiciosa misión de -desde ese hirviente y cálido corazón del África Occidental- crear, elaborar, aglutinar y catapultar la información de la más grande y prestigiosa Agencia informativa de la Hispanidad, a toda África; y desde ahí, al mundo.

Luego, llegó Don Jesús FONSECA ESCARTIN, con el propósito de acabar de marcar los perfiles de una Agencia de Noticias europea (EFE) en África; asentar su infraestructura básica y física y marcar el hito, en español, igual que otras Agencias de noticias francófonas o anglófonas. Y mientras yo me lanzaba a las lides de la disidencia política abierta y sin escondites, contra la tiranía de Obiang Nguema, Don Jesús FONSECA ESCARTIN, periodista de cuerpo entero y recia musculatura, se encargaba de intentar sentar y asegurar las bases de la Agencia EFE en Malabo. Luego tomó el relevo el destacado y prestigioso escritor e historiador equatorguineano, Don Donato NDONGO BIDYOGO. La verdad es que los tres hemos pasado por la Delegación de la Agencia EFE, en Guinea Ecuatorial como extraños y grandes corredores de fondo. Como si se nos hubiera aplicado la frase latina: “Bene curris, sed extra viam” (Corres bien, pero fuera de camino). Guinea Ecuatorial, bajo el régimen de Obiang Nguema, no fue, ni es capaz de sentir y lucir el orgullo de poseer, en África, la delegación de la Agencia hispana de noticias más prestigiosa del mundo. Todo un problema de falta de dignidad y de altura del régimen.

Posiblemente el guineano que puede contar con mayor duración, al servicio de la Agencia EFE, es Anatalón OKUE, quien sin estar en Guinea Ecuatorial, como una especie de “corresponsal volante”, oculto bajo la capa de “agente invisible” se mueve entre el régimen de Obiang Nguema y España; víctima, hoy en día, de las acusaciones, “pim-pam-pum-“ y quejas de todos.

EL “PREMIO” DE LA AGENCIA EFE A MI LABOR EN GUINEA ECUATORIAL.

Como he señalado, yo fundé la corresponsalía de la Agencia en Malabo, en 1.979. Por una decisión tomada por el entonces Presidente de la misma, el Excelentísimo Señor Don Luis María ANSON OLIART.

El entonces Comisario Militar de Información y Turismo, se encargó de vaciar de contenido, tanto en lo material como en su eficacia y productividad, mientras la Corresponsalía se hallaba precisamente en los bajos del Edificio de la Secretaría de Estado de Información y Turismo. El día 6 de noviembre de 1.981, después de haber ofrecido los mejores servicios de información que pude al post-golpe de estado el 3 de agosto de 1.979, me vi obligado a dimitir y abandonar el cargo de Secretario de Estado de Información y Turismo, por absoluta desconexión y desencuentro con el régimen de Obiang Nguema.

Diez años después de un siempre dolido exilio en España, decidí retornar a Guinea Ecuatorial, por segunda vez el 2 de mayo de l.992.

Mientras preparaba ese retorno en libertad a mi país, recibí la “extrañísima” llamada de la Agencia EFE, a la que, por cierto, tras exliarme, había dedicado varios años en el “Servicio de Documentación”, a las órdenes directas de mi jefe, señor Bárcenas, y abandoné por “doble dedicación con RTVE…

Pero –y por eso la llamada me resultó extrañísima- cuando recibo dicha llamada, ya nada era igual. Ni estaba de Presidente y Director General, Don Luis María ANSON OLIART, ni la Agencia se parecía en nada a lo de antes.

- Sabemos que te vas a Guinea. La Agencia, en agradecimiento a los servicios que nos prestaste en su día, quiere ofrecerte su “valija” para que la utilices para enviar tus cartas reservadas y confidenciales a tu gente en Guinea.

Era el servicio de relaciones exteriores de EFE, el que me ofrecía tan inédita oportunidad. Yo, siempre inmerso en la blancura de mi ingenuidad, recibí, feliz y agradecido, la oferta. El tiempo que medió entre esta “oferta” y mi histórico viaje de retorno en libertad a Guinea Ecuatorial (2 de mayo de 1.992) solo me permitió enviar dos cartas, a través de la “generosa” valija de la Agencia EFE, al “hueso duro” del Partido del Progreso en Guinea Ecuatorial, Don Pablo Ndong Ensema.

En la primera de las cartas le comunicaba la decisión irrevocable del Partido del Progreso de trasladar a Guinea Ecuatorial a una delegación del Partido presidida por su fundador y presidente. La fecha, era el 2 de mayo de 1.992.

En la segunda carta le halaba a Don Pablo Ndong Ensema del carácter profundamente pacífico y reconciliador del programa del Partido del Progreso, en relación a la necesaria transición del país a la democracia; para lo que era necesario contar con la aceptación del mundo militar abierto o cercano a la democracia y evitar una reacción violenta. No dudé, en esa carta, en hacer referencia a un destacado militar, Viceministro de Defensa, Melanio EBENDENG, al que pedí a Pablo sondeara si era partidario de apoyar un proceso de transición pacífica del país.

La verdad es que yo llegué a Guinea Ecuatorial, sin haber recibido respuesta alguna a las dos cartas que tan confiadamente envié a Don Pablo Ndong Ensema a través de la “generosa” valija de la Agencia EFE.

Señalar que ese era un período en el que el gran periodista Don Jesús FONSECA ESCARTIN no dirigía ya la Delegación de EFE en Guinea Ecuatorial; Se encontraba al frente de la Agencia EFE, en Malabo, una tal MARGARITA…

Apenas una semana de haber llegado a Guinea Ecuatorial, recibí una invitación urgente de la Embajada española.

-Deberías tener más cuidado con los documentos que envías a tu gente. Venimos de una reunión en la Presidencia, donde nos han leído copias de cartas enviadas desde España a Guinea… Hay que ser más prudente.

Me recordaron algunos párrafos de cartas enviadas a Pablo Ndong Ensema, alma y pulmón del Partido del Progreso en GuineaEcuatorial.

- ¡Bueno!-grité- ¡¡¡Ya tengo mi sentencia de muerte!!! ¡Qué pronto!

Los diplomáticos me serenaron, argumentando que no había realmente nada tan fatal en las cartas, como para merecer la sentencia de muerte. Pero que debía tener mucha prudencia y cuidado con las cartas.

- ¿Cómo crees que han podido llegar estas cartas a manos del Gobierno? –me preguntaron.

- ¡Solo a través de la valija de la Agencia EFE! –grité, destrozado por tan inmensa traición.

La conversación continuó en un tono más distendido, donde pude explicar el origen de tamaña traición por parte de la Agencia. No acababa de saber si todo partía de la sede en Madrid, o simplemente (y esta resultó la única explicación) la Delegada de la Agencia, la tal Margarita, atrapada en el tuétano del endiablado poder de Obiang Nguema, y entregada a los amores de Manuel Nguema Mba, terrorífico Secretario de Estado de la Seguridad de Obiang Nguema, le pasaba mis cartas a su terrible galán. Este hacía las correspondientes fotocopias, antes de hacer entrega de mis misivas a Don Pablo. La verdad es que no le llegaron las cartas a Don Pablo, antes de que yo llegara al país.

Bien es cierto que unos días después fui de nuevo invitado a la Embajada española; esta vez para recibir las peticiones de perdón del responsable de Exterior de la Agencia que había tenido la amabilidad de trasladarse de Madrid, a Malabo, para pedirme disculpas y anunciar la retirada de la tal MARGARITA. (No me toca hablar de las condiciones físicas y de salud en que abandonó esta señora la oscura compañía de Manuel Nguema Mba, tío de Obiang Nguema; experto torturador físico y moral...)

¡Agencia EFE! (Alguien la llama, hoy, “AgenFia eZe”…)

Cuando oigo, leo y constato las críticas que de todas partes le llegan a esa Agencia –en otro día prestigiosa y digna- sobre las caricias que derrocha a favor de la tiranía de Obiang Nguema y el cariñoso trato informativo con que le tratan al tirano, acudo al poeta latino y grito: “Cum subiit illius tristísima noctis imago!!!” Y mi recuerdo vuelve a pasearse sobre las aguas del Mar Adriático de Croacia, en cuyo seno iban a sepultarme para siempre…