miércoles, 11 de noviembre de 2009

Elecciones a la "Ecuatorguineana" 2ª PARTE


Elecciones en Guinea Ecuatorial-2

¿OBIANG NGUEMA, JEFE DE ESTADO (¡por c..!); PLÁCIDO MICO, PRIMER MINISTRO (¡por h...!)?



Severo-Matías Moto Nsa


2.- ESPAÑA VERSUS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA, EN EL “CASO” GUINEA ECUATORIAL

V.- La “materia reservada” bajo la que España guarda a su colonia africana de “Guinea Ecuatorial” tiene muy difícil la tarea de esconder o disimular algunas de sus facetas. La democratización de Guinea Ecuatorial, el simple acceso a sus libertades fundamentales, a su democracia y a su desarrollo, es un tema que estuvo a punto de desbordar las fronteras de la “materia reservada”, cuando a principios de los años 90, España (habiendo sido, de alguna manera el desencadenante del proceso de transición democrática de Guinea Ecuatorial, convertido finalmente en un insípido “ensayo democrático a la equatorguineana”) se vio enfrentada a los Estados Unidos de América, país que creyó haberse abierto la oportunidad y la veda para promover, real y eficazmente, las libertades y la democracia en Guinea Ecuatorial y quiso soltarse en su promoción.

Las Embajadas de los dos países, por una parte, el Excelentísimo señor Don John Ernst Bennett, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de los Estados unidos de América en Malabo, y, por otra, el Ilustrísimo señor Don José María Ridao, Encargado de Negocios de la Embajada española en Malabo, escenificaron ante nuestros escandalizados ojos una extraña batalla y un tira y afloja depresivo para todos los guineoecuatorianos. Nos tocó a los guineanos ser testigos, y a veces víctimas de las dianas que ambos dignatarios se lanzaban. Uno (España) evitando que se acelerase el proceso de democratización de Guinea Ecuatorial y cuidando de “no molestar a Obiang”; y el otro (USA) animando a que el proceso no tuviera más dificultades que las justas, provenientes del tirano Obiang Nguema, a quien, evidentemente había que empujar y forzar. Difícil ocultar la vergüenza que a los guineanos nos producía el extraño juego, cuando esperábamos que fuera España la que liderase, sin ambages, el proceso de poner fin a la dictadura de Guinea Ecuatorial. (CONTINUARÁ…)

- No entendemos por qué España pone tantas dificultades al proceso de democratización del país. – nos decía América-.

- Si tanto quieren acelerar el proceso, que traigan un buque cargado de marines y que acaben de una vez con la dictadura –nos decía España.

En medio de estas discusiones, entre una España que se negaba a forzar el fin de la tiranía de Obiang Nguema y los Estados Unidos de América y otros países de la Unión Europea (menos Francia) que parecían querer “limpiar aquella casa” antes de cebarse sobre el petróleo, de pronto nos convocó el -apenas inaugurado- Representante de la Unión Europea, para anunciarnos esta profecía contra Obiang Nguema: “MIENTRAS NO PONGAIS A UN INTERLOCUTOR VALIDO A LA CABEZA DE ESTE PAÍS, NO HAY NADA QUE HACER AQUÍ.” Con esa descalificación pública de Obiang Nguema, el Representante de la Unión Europea, se despidió Era su despedida. Abandonó Guinea Ecuatorial dos días después. El proceso de democratización de Guinea Ecuatorial quedaba ajado, abandonado, frustrado y bloqueado.

El Embajador americano, John E. Bennett, fue retirado de Guinea Ecuatorial, acusado de, (sic): “HACER BRUJERIA PARA QUE LA OPOSICION GANASE LAS ELECCIONES A OBIANG NGUEMA”. Hasta algunas embajadas occidentales, además de alegrarse, se lo creyeron… ¡¡¡Qué tristeza de país africano!!!

VI.-En las inmediaciones y preparativos de las elecciones municipales de 1.995, apareció por Guinea Ecuatorial un nuevo Embajador americano en calidad de provisional, quien aseguraba tener la misión de “verificar quién, realmente, quería o ponía dificultades a la democratización de Guinea Ecuatorial; el presidente Obiang o la oposición”.

Durante sus breves días de estancia en Guinea Ecuatorial, conseguí una VISA, ¡gratis! para viajar a los Estados Unidos de América, con una clara intención de trasladar a la Administración americana la situación real y candente de mi país; especialmente la posibilidad de que el régimen desencadenara una brutal masacre, si la oposición ganaba las elecciones municipales que se avecinaban. El viaje no pudo ser más fecundo y eficaz, además de a punto y certero. Y tuve la oportunidad de ser escuchado en el Departamento de Estado, en instituciones relacionadas con África y especializadas en materia de elecciones. Pero, al margen del candente tema electoral y mi preocupación por atraer la atención y cuidado sobre las elecciones municipales, debo reconocer que fue superior el vivo interés que tenían los americanos por disponer de más detalles sobre las múltiples acusaciones y denuncias que pesaban sobre el presidente Obiang Nguema, en materia de tráfico de droga. “Pillar a Obiang Nguema con las manos en la masa”, era el gran objetivo de los americanos; quienes en cada departamento visitado y en especial en el Departamento de Estado, me aseguraron que Obiang Nguema nunca sería recibido oficialmente en la Casa Blanca: “POR LO MAL QUE TRATA A SU PUEBLO”. Por cierto el adjetivo utilizado en la Administración americana para calificar a Obiang Nguema es el de “CRUEL”. (Véase en el Diccionario de la Real Academia de la lengua Española los significados que tiene la palabra “Cruel”)