miércoles, 25 de noviembre de 2009

Carta abierta al nuevo embajador de los Estados Unidos de América


SR. EMBJADOR, DON ALBERTO M. FERNANDEZ


Por Severo-Matías MOTO NSA


Excelentísimo y Honorable Embajador:


En mi calidad de Presidente del Partido del Progreso y del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, me permito dirigirle esta carta, preludio de la felicitación, enhorabuena y bienvenida que el pueblo de Guinea Ecuatorial le reserva, al arroparlo en su conocida y tradicional hospitalidad africana.


Su trayectoria político-diplomática habrá recalado en numerosos países y entornos del mundo. Pero su elección para representar a los Estados Unidos de América, en Guinea Ecuatorial, es posiblemente, el signo más claro de la alta valoración que el Gobierno de su país hace de Vuestra Excelencia.


No es un signo baladí, que después de tan larga ausencia de representación diplomática a nivel de Embajador, en un país donde se mueven tan significados intereses económicos y comerciales de los Estados Unidos, y con un antecesor de tan breve estancia, y -dicen- caído en las redes de la corrupción que atrapan a todos el mundo en mi país, haya sido Vuestra Excelencia seleccionado para ocupar tan difícil destino.


Su discurso ante el Senado Americano no puede, por menos, de llenar de satisfacción y esperanza al pueblo de Guinea Ecuatorial, al mentar con tanto acierto y profundidad los DERECHOS HUMANOS, como objetivo -aunque fuera complementario de los INTERESES COMERCIALES Y ECONÓMICOS- entre otros deberes diplomáticos.


Su discurso, Señor Embajador, ante el Senado es tanto más esperanzador y convincente, cuanto nos suena a un segundo movimiento sinfónico, complementario del histórico discurso del Muy Honorable Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos de América, en la ciudad de Accra (Ghana): “No más hombres fuertes; sino más Instituciones fuertes” en África.


Su compromiso con los DERECHOS HUMANOS en Guinea Ecuatorial, adquirido ante su Senado; compromiso que conecta, para nosotros, con los planes y propósitos de la Administración Obama sobre África, constituye cabalmente un arriesgado reto que necesariamente irá a chocar con el muro -¡dicen que “muy africano”!- del secular desprecio de los DERECHOS HUMANOS que caracteriza al régimen de mi país, y hacen de Guinea Ecuatorial, un pueblo inmerso en abundantes recursos naturales y económicos; pero hundido en la miseria. (Lo palpará, Señor Embajador, como sus antecesores.) Un pueblo que, en cuarenta y un años de desastrosa independencia, no solo no ha conocido la libertad, sino que más de la mitad de sus mejores hijos se han visto obligados a ponerse a salvo del terrorismo de estado que desarrolla, inmisericorde y cruelmente, el presidente Obiang Nguema.


Muy Honorable Embajador:


Como muy bien podrá suponer, esta carta no intenta de ningún modo interferirse en su deseado triunfo y éxito diplomático, comercial y político en su nuevo destino. Como guineo- ecuatorianos nos sentimos en la obligación de expresarle nuestro gozo y esperanza, así como la plena disposición a colaborar a su éxito. Pero, a la vez, deseamos expresarle nuestra solidaridad apoyo; pues el régimen dictatorial ante el que se va a acreditar, no tuvo el más mínimo recato en expulsar de nuestro país a un antecesor suyo (S.E. John Ernst Bennett) por su celoso cuidado y protección de los DERECHOS HUMANOS del pueblo de Guineas Ecuatorial; acusándolo de “utilizar artes de brujería para ayudar a la oposición a ganar elecciones”.


Muy Honorable Embajador:


Al margen de otras situaciones de difícil comprensión para su preclara mente, al margen de insoportables delitos (seguramente, conocidos por Usted) en los que se ve envuelto el régimen ante el que -esperamos, pronto- va a presentar sus Cartas Credenciales; se va a encontrar con un pueblo diezmado por las matanzas, asesinatos, desapariciones y un nutrido exilio de personas; Se va a encontrar con un pueblo que -se lo adelantamos- querrá acercársele y confiarle al oído un mensaje común:

“¡¡¡Señor Embajador, ya no podemos más!!!”


Honorable Embajador:


Aunque esta recomendación nazca de nosotros, PARTIDO DEL PROGRESO, (prohibido por el régimen de Obiang Nguema) y Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio (incómodo), creemos recoger la voluntad y deseo de otros grupos políticos y de todo el pueblo guineo en su conjunto:


Confiamos en sus mejores oficios diplomáticos y en su capacidad de convicción, para lograr que todos los guineoecuatorianos nos encontremos EN PAZ en el seno de nuestro país y patria, Guinea Ecuatorial. Misión, hoy, imposible y a la que no ha dedicado ningún esfuerzo país o potencia alguna; ni resulta fácil conseguir de la dictadura que impera en Guinea Ecuatorial.


Para el logro de su delicada misión, Señor Embajador, ponemos a su disposición las mejores de nuestras disponibilidades, colaboración y atención.
Reciba, Honorable Embajador, el testimonio de nuestra muy alta consideración y los mejores votos de éxito.