lunes, 16 de noviembre de 2009

Un día en la vida de Severo Moto


Armengol Engonga y Severo Moto han de cumplir con una apretada agenda que les lleva a distintas redacciones periodísticas y platós de televisión para ser entrevistados con las "elecciones" de Obiang como telón de fondo.




Severo Moto utiliza el transporte público, el Metro de Madrid, en sus desplazamientos. Una actitud que difiere del poder omnímodo del dictador Teodoro Obiang que no repara en gastos para arrinconar a los opositores en esta nueva farsa de consulta electoral.





Severo Moto es entrevistado por una cadena de televisión.




Mal empiezan unas elecciones cuando una de las más potentes formaciones políticas está proscrita por el capricho de un sátrapa irredento.

Los medios de comunicación de todo el mundo piden la opinión de uno de los dirigentes políticos más destacados de la disidencia, Severo Moto. En estos días, no es extraño encontrarse a Moto frente a una cámara de TV de cualquier país del mundo que le pregunta por la realidad de Guinea Ecuatorial.

Severo Moto vive en Madrid y desde ahí proyecta su actividad política. Ha pasado cuatro meses y cuatro días en una penitenciaría española, con motivo de las anteriores elecciones guineanas en un hecho sin precedentes y sin seguridad jurídica de ninguna clase en un país democrático. Moto , hoy, sufre la reclusión , no en la cárcel pero sí sin poderse mover del territorio español y para que eso sea así, le han retirado el pasaporte para que no pueda escapar de la península Ibérica.

Severo Moto ha creado tres grupos de trabajo y tras unos meses de duro trabajo, se ha conseguido dinero suficiente como para organizar tres delegaciones que viajaran a tres capitales del mundo con el fin de recabar los apoyos internacionales tan necesarios para desbloquear la presión que los grupos afines al dictador ejercen sobre los gobiernos democráticos.

Las tres principales capitales: Washington, Londres y Paris; serán visitadas por delegaciones del partido del Progreso y mantendrán reuniones con partidos y formaciones políticas democráticas para recabar esos apoyos necesarios que permitan desenmascarar la irracional pesadilla que sufre el pueblo guineano a manos de esta banda armada comandada por el tirano Teodoro Obiang Nguema.

Severo Moto no tira la toalla y no pierde la esperanza y él ya lo ha dicho: “No trabajo en política para mi enriquecimiento personal. Esta tarea que asumo lo hago con el sentimiento de alcanzar el sueño de la democracia para mi país. Quiero lo mejor para los míos y un futuro posible y cargado de esperanza para mis hijos y el de mis compatriotas. No vamos a cejar en nuestro empeño de luchar por unas verdaderas elecciones libres en Guinea Ecuatorial. El cambio es posible”.