jueves, 21 de mayo de 2009

El presidente de Gabón, ingresado en una clínica de Barcelona en estado grave


Omar Bongo, investigado en Francia, "está muy mal", según el ministro español de Asuntos Exteriores | El mandatario, de 73 años y en el poder desde 1967, sufre un tumor


21/05/2009 |

El presidente de Gabón – y dirigente del mundo que lleva más tiempo en el poder –, Omar Bongo, de 73 años, se halla gravemente enfermo en la clínica Quirón de Barcelona, donde está ingresado desde más de dos semanas, según han confirmado a 'La Vanguardia' fuentes médicas y diplomáticas. El centro no ha querido comentar el ingreso, que se produjo con la máxima discreción.


Omar Bongo, de 73 años, sufre un tumor / AP / Salvatore di Nolfi

El mandatario más antiguo del mundo

Nacido el 30 de diciembre de 1935 en Lewai – hoy llamada Bongoville por razones obvias–, Albert- Bernard Bongo Odimba, que cambio su nombre por el de Omar cuando abrazó el islam, en 1973, no es sólo el dirigente más antiguo de África, sino del mundo, después de que Fidel Castro pasara a un segundo plano. Tan sólo el congoleño Mobutu Sese Seko, defenestrado en 1997, le habría hecho sombra.

Pero Omar Bongo es un superviviente nato, capaz de adaptarse a todas las circunstancias. Funcionario y militar en la época de la colonia francesa, fue escalando posiciones con la independencia de 1960 hasta asumir la presidencia, en 1967. Bongo ha sido toda su vida un hombre de la Françafrique, uno de esos políticos en los que París confió durante años tanto para un barrido como para un fregado, empezando por el apoyo a los secesionista en la guerra de Biafra. Se le atribuye la frase: "África sin Francia es un coche sin chófer, Francia sin África es un coche sin carburante".

Gobernante de un país rico en petróleo, Bongo logró evitar la maldición del oro negro en forma de conflictos armados. En enero se emitió un sello de correos conmemorativo con la leyenda: "Omar Bongo Odimba, cuarenta y un años de paz". Y es cierto. Bongo ha gobernado un país de unos cinco millones de habitantes, muy poco densamente poblado.

Durante años se libró de la oposición política echando mano de la cartera, y su crédito como líder de un país estable le sirvió para ejercer de mediador en los conflictos de Chad, Angola, Congo - Brazzaville –donde fue artífice del alto el fuego de 1999 a beneficio de su suegro, Denis Sassou Nguesso– y República Centroafricana. Siempre hábil, apoyó primeroa Mobutu en Congo y luego a Laurént Desiré Kabila.


"Está muy mal", admitió anoche el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, a preguntas del enviado especial de este diario en la gira balcánica del canciller. Fuentes médicas han indicado que Omar Bongo sufre un grave tumor sin mayores precisiones.

Omar Bongo preside la República de Gabón, quinto país exportador de petróleo de África, desde hace 42 años mezclando con habilidad la política del palo y la zanahoria, una hábil mano izquierda para distribuir la riqueza y castigar con mano de hierro a los opositores. De ahí que no sea considerado un dictador sino más bien un déspota.

La figura de Omar Bongo ha quedado erosionada internacionalmente desde el pasado 6 de mayo cuando una jueza de la República Francesa abrió una investigación contra él – extensible a los vecinos presidentes de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, y de República de Congo, Denis Sassu-Nguesso – por el origen de sus cuantiosas propiedades y bienes en Francia. Esta acción judicial explicaría que el presidente y todo su séquito se sintieran más seguros en España que en Francia, país que históricamente ha protegido a los dirigentes de sus antiguas colonias, aún tratándose de dictadores. De hecho, la fiscalía francesa ha presentado un recurso contra la iniciativa judicial.

No es esta la única adversidad sufrida por Omar Bongo en los últimos meses. Su esposa Edith Lucie, hija precisamente de otro encausado, el presidente congoleño Sassu-Nguesso, de 45 años, falleció en marzo tras una larga enfermedad. La muerte fue la justificación utilizada en Gabón para anunciar que el presidente "suspendía temporalmente sus actividades" por el duelo. Posteriormente, el Gobierno de Libreville reconoció que había abandonado el país sin precisar el destino aduciendo "la necesidad de descansar" del presidente.

Que la enfermedad no era leve lo sugieren las declaraciones sobre la disposición del hijo de Omar Bongo, Ali Ben Bongo, ministro de Defensa, de 49 años, a "sucederle". Una hija de Bongo, Pascaline, de 52 años, jefa de gabinete presidencial, ha viajado a Barcelona con su padre. Es la esposa del ministro de Asuntos Exteriores, que también aspira a la sucesión. En el séquito desplazado a Barcelona figura el médico personal de Omar Bongo.

El ejército y la gendarmería fueron desplegados por todo el país el 24 de abril, dato que los analistas gaboneses han interpretado como un indicio de que la sucesión está en marcha. La longevidad en el poder de Bongo, que desde la retirada de Fidel Castro es el mandatario decano, es atribuida por sus detractores a una mezcla de corrupción y represión. Ya en los años 70, cuando su presidencia fue contestada en las calles, el jefe de la oposición, Joseph Redjambe, murió en circunstancias sospechosas. No obstante, ocupa el poder legitimado por las sucesivas elecciones, que la oposición sistematicamente considera fraudulentas.

Omar Bongo siempre ha cultivado la amistad con Francia (sin hacer ascos a inversiones surcoreanas y chinas). Al presidente de Gabón se la atribuye la frase más definitoria de la 'Françafrique': "África sin Francia es un coche sin chófer, Francia sin África es un coche sin carburante". Durante su larga trayectoria, Bongo ha confraternizado con todos los inquilinos del Elíseo – Pompidou, Giscard, Mitterrand, Chirac –, que le han conferido la categoría de interlocutor principal de Francia en el continente.

Dos meses después de ser proclamado presidente de la República, Nicolas Sarkozy eligió Gabón para su primer viaje a África. "Gabón es un socio privilegiado desde 1967, sea cual sea la mayoría gobernante en Francia", dijo en Libreville.