Informan desde Malabo que Obiang podría haber muerto envenenado
El Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, Presidido por Severo Moto, está en estado de máxima alerta ante las noticias que están llegando al entorno de esta plataforma política de oposición.
El gabinete de crisis de la presidencia se ha activado esta tarde ante los más que insistentes rumores sobre la muerte del dictador guineano, Teodoro Obiang Nguema. El Vicepresidente, Armengol Engonga, se encuentra reunido con el equipo de técnicos y asesores de primer nivel haciendo un seguimiento de los acontecimientos y sus posibles consecuencias.
A primeras horas de esta tarde se han recibido una serie de llamadas del entorno del dictador alertando de su más que probable muerte y de las maniobras que la familia está llevando a cabo para ocupar el vacío que deja el tirano con la intención de proclamar a su hijo, Teodoro Nguema Obiang “Teodorín”, como sucesor del régimen.
Altos funcionarios de la dictadura se han puesto en contacto con los diferentes grupos de oposición alertándoles de la necesidad de impedir semejante “transición” y han mostrado su malestar por la utilización de los resortes del poder con el objetivo de no permitir una apertura a la democracia.
Severo Moto ha expresado su preocupación por que los acontecimientos deriven en una situación de caos o violencia donde los más perjudicados son el pueblo guineano y está haciendo llamamientos a la serenidad y la cordura para encarar esta situación que bien podría ser una oportunidad irrepetible para alcanzar el tan deseado proceso democrático.
Los grupos de oposición están manteniendo contactos permanentes para verificar las informaciones que están llegando desde distintas fuentes cercanas a la dictadura.
Teodoro Obiang Nguema, llevaba tiempo obsesionado con su seguridad. Tanto en Estados Unidos, en la reciente cumbre de la ONU, como en su vida cotidiana se le notaba exaltado y descoordinado ante lo que consideraba un final dramático de su tiranía.
Al parecer, según las informaciones que llegan desde Malabo, un cercano colaborador hispano israelí habría sido el artífice de su muerte por envenenamiento, una fórmula muy utilizada en esta parte de África, para acabar con el sátrapa. No obstante, distintos grupos deseaban y trabajaban para eliminar a Obiang Nguema de la escena política y acabar de esta manera tan expeditiva con semejante y cruel dictador.
La sucesión en la persona de su hijo, “Teodorín”, sería una excentricidad de tal magnitud que se prevén manifestaciones de protesta de incalculables consecuencias. “Teodorín” es un sujeto de la peor catadura moral posible y con una total falta de preparación; un incapaz inmoral, cruel e irresponsable que llevaría a nuestra pequeña república al paroxismo del terror y de la violencia.
Algunas cancillerías de países democráticos están muy pendientes de la veracidad de estas informaciones y mantienen discretos contactos con miembros del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio.
Desde altas esferas políticas internacionales se le había advertido al dictador de que debía abandonar el poder ante su absoluta incapacidad de gobernar el país.
El gabinete de crisis de la presidencia se ha activado esta tarde ante los más que insistentes rumores sobre la muerte del dictador guineano, Teodoro Obiang Nguema. El Vicepresidente, Armengol Engonga, se encuentra reunido con el equipo de técnicos y asesores de primer nivel haciendo un seguimiento de los acontecimientos y sus posibles consecuencias.
A primeras horas de esta tarde se han recibido una serie de llamadas del entorno del dictador alertando de su más que probable muerte y de las maniobras que la familia está llevando a cabo para ocupar el vacío que deja el tirano con la intención de proclamar a su hijo, Teodoro Nguema Obiang “Teodorín”, como sucesor del régimen.
Altos funcionarios de la dictadura se han puesto en contacto con los diferentes grupos de oposición alertándoles de la necesidad de impedir semejante “transición” y han mostrado su malestar por la utilización de los resortes del poder con el objetivo de no permitir una apertura a la democracia.
Severo Moto ha expresado su preocupación por que los acontecimientos deriven en una situación de caos o violencia donde los más perjudicados son el pueblo guineano y está haciendo llamamientos a la serenidad y la cordura para encarar esta situación que bien podría ser una oportunidad irrepetible para alcanzar el tan deseado proceso democrático.
Los grupos de oposición están manteniendo contactos permanentes para verificar las informaciones que están llegando desde distintas fuentes cercanas a la dictadura.
Teodoro Obiang Nguema, llevaba tiempo obsesionado con su seguridad. Tanto en Estados Unidos, en la reciente cumbre de la ONU, como en su vida cotidiana se le notaba exaltado y descoordinado ante lo que consideraba un final dramático de su tiranía.
Al parecer, según las informaciones que llegan desde Malabo, un cercano colaborador hispano israelí habría sido el artífice de su muerte por envenenamiento, una fórmula muy utilizada en esta parte de África, para acabar con el sátrapa. No obstante, distintos grupos deseaban y trabajaban para eliminar a Obiang Nguema de la escena política y acabar de esta manera tan expeditiva con semejante y cruel dictador.
La sucesión en la persona de su hijo, “Teodorín”, sería una excentricidad de tal magnitud que se prevén manifestaciones de protesta de incalculables consecuencias. “Teodorín” es un sujeto de la peor catadura moral posible y con una total falta de preparación; un incapaz inmoral, cruel e irresponsable que llevaría a nuestra pequeña república al paroxismo del terror y de la violencia.
Algunas cancillerías de países democráticos están muy pendientes de la veracidad de estas informaciones y mantienen discretos contactos con miembros del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio.
Desde altas esferas políticas internacionales se le había advertido al dictador de que debía abandonar el poder ante su absoluta incapacidad de gobernar el país.