domingo, 12 de octubre de 2008

Hace 40 años...España concede la independencia a Guinea Ecuatorial en Malabo


El documento fue firmado en Santa Isabel, por Manuel Fraga Iribarne


En la primera mitad del siglo XX, África era un continente colonizado por las potencias europeas, en especial, Inglaterra y Francia.

También España tenía sus colonias.

Los territorios portugueses del Golfo de Guinea estuvieron incorporados a la Corona de España con la fusión de ambas monarquías, durante el reinado de Felipe II.

Luego volvieron a manos portuguesas pero, como consecuencia del Tratado de El Pardo de 1778, se integraron en los territorios españoles de Ultramar.

En 1885 se convertiría en Protectorado.

En la colonia se hicieron plantaciones de café y cacao y España construyó caminos y puertos, así como escuelas y hospitales.

Inicialmente se hizo cargo del gobierno un General del Ejército, pero desde 1869, el cargo de Gobernador General recayó en un Almirante, mientras la Guardia Colonial era dirigida por oficiales de la Infantería de Marina y se le asignó una fragata, una corbeta y un buque hidrográfico, que levantase las cartas de navegar.

En 1954 se creó la ONU, que ya en su Carta Fundacional recogía el principio de autodeterminación de los pueblos, convirtiéndose en el principal impulsor de la independencia de las antiguas colonias.

España tuvo la ocasión de ver la evolución de los sistemas tutelados francés y británico que buscaban desarrollar en el país cierta madurez política previa a la independencia. Inicialmente, Carrero Blanco intentó en 1959 mantener el dominio de nuestros territorios con la concesión del estatus de provincia, pero lo que deseaban los guineanos era la independencia, como se demostró en el referéndum de 1963.

En noviembre de 1965, la ONU pidió a España que fijase una fecha para la independencia de Guinea Ecuatorial. El 11 de agosto de 1968, el 63% del pueblo guineano aprobó con su voto la nueva Constitución, en un referéndum supervisado por la ONU.


Las elecciones presidenciales se celebraron el 22 de septiembre y se necesitó una segunda vuelta ya que ninguno de los cuatro candidatos alcanzó la mayoría absoluta. Resultó vencedor Francisco Macías Nguema, que se proclamó primer Presidente de la República de Guinea Ecuatorial, nombre adoptado por la nueva nación.

El 12 de octubre de 1968 se celebró en el salón del Trono del Palacio Presidencial de Santa Isabel (hoy Malabo) el acto solemne con la firma del documento de Independencia por Manuel Fraga Iribarne, Ministro de Información y Turismo, por el cual se transmitía al nuevo gobierno el poder sobre el territorio continental de Río Muni y las islas de Fernando Poo, Annobon, los Coriscos y Elobey.





A todos los dictadores les espera un final horrible y el inapelable juicio de la historia

Atrás quedaron los años de la colonia y tras la espesura de los años se diluye todo un legado cultural e identitario que otorga a este pequeño espacio de África el orgullo de pertenecer a la hermandad de los hispanoparlantes.

La comunidad hispana es una de las más importantes del mundo. Más de cuatrocientos millones de personas se comunican el mismo idioma y con los años, el español, se está alzando como la lengua decisiva para muchas de las operaciones más importantes en materia comercial, cultural y científica. Frente a nuestras costas se abre un horizonte que habla español y el poderoso continente americano del norte no puede detener el empuje hispano.

Mientras esto sucede, nuestra Republica, Guinea Ecuatorial, vive en la más absoluta miseria cultural y humana jamás conocida. La depravación de sus actuales dirigentes hacen que nuestra Patria sea una de esas naciones olvidadas o para olvidar. La falta de respeto a la dignidad humana nos ha llevado, a la mitad de la población, a salir huyendo de nuestras casas y son muchos los que ya no volverán.

Hace 40 años que se firmó la INDEPENDENCIA y entramos en el escabroso mundo de las dictaduras aberrantes. Dios quiera, que no tengamos que esperar otros cuarenta para librarnos de este horrible maleficio.
La esperanza radica en la oposición y la disidencia. El Gobierno de Guinea Ecuatorial en el exilio, con su P^residente Severo Moto a la cabeza, han celebrado un acto de solidaridad con el pueblo secuestrado y torturado por Obiang Nguema y han expresado su esperanza en un más que probable retorno en libertad y la libertad para los presos políticos de la dictadura.
Severo Moto ha vuelto a insistir en que seguirán trabajando para salvar de la destrucción a nuestro pueblo.