martes, 22 de julio de 2008

Severo Moto es la figura más representativa de la disidencia a la dictadura de Guinea Ecuatorial. Actualmente se encuentra arbitrariamente detenido en un centro penitenciario de España. Todo apunta a una maniobra de la dictadura con el apoyo del Gobierno socialista y miembros de la judicatura. Moto está acusado de un imposible contrabando de armas de guerra con el fin de armar a una guerrilla interna que se enfrentaría , hipotéticamente, al dictador de Guinea Ecuatorial. El cargamento aludido se trataría de dos viejos rifles y una pistola hallados en el maletero de una coche de desguace con destino a Malabo. Lleva más de tres meses encarcelado. Sufre una condena absolutamente desproporcionada.


Su Majestad el Rey de España, Juan Carlos de Borbón, disfrutaba de la visita del tirano Obiang a su palacio y no dudaba en fotografiarse con él. Son fotos de otros tiempos, no muy lejanos, que ya no se van a repetir pues cada día hay más contestación ciudadana. Los españoles no quieren estas amistades y si salieron a la calle a protestar por la guerra de Iraq nadie sabe como podrían castigar las relaciones con semejante dirigente criminal.

El Presidente Zapatero y su doble rasero. Distintas varas de medir: No me levanto al paso de la bandera americana pero me encanta estar con este señor tan déspota y asesino. Los españoles son cada vez más conscientes de la realidad de Guinea Ecuatorial a pesar del esfuerzo que pone el gobierno español en no permitir ninguna noticia de la ex colonia. Obiang Nguema siempre ha engañado al Gobierno español y las elecciones han sido un fraude hasta el punto de no respetar los acuerdos suscritos con el dictador de promocionar a los socialistas guineanos en detrimento del resto de la oposición exiliada. El Gobierno español, en cambio, si cumplió con la palabra dada de encarcelar a Severo Moto para que no entorpeciera la operación de fraude electoral. España aportó tres parlamentarios para avalar la estafa electoral.

Mariano Rajoy se lavó las manos después de esta foto o eso dicen sus más allegados. Fíjense como le da la mano. Desde el Partido Popular se excusaron diciendo que el líder de la oposición había accedido a la fotografía a petición del Ministerio de Asuntos Exteriores, lo que ha sido negado por estos. El Partido Popular está muy incómodo con este tipo de encuentros ya que algunas fotos han destruido por completo su credibilidad como la campaña orquestada por los socialistas en torno a la foto de las Azores, previa a la guerra de Iraq y que según algunos analistas aceleró la caída del Gobierno de Aznar.


En Argentina se produjo el milagro. Los voluntarios argentinos estimularon la solidaridad de sus dirigentes y todos se posicionaron en contra de la visita del dictador de Guinea Ecuatorial. El petróleo no pudo con el corazón argentino y hasta la Presidenta se molestó con la organización del encuentro lo que provocó una reacción en cadena que ha supuesto un apoyo impagable a la causa de la oposición democrática.


Francisco Macías no intuía que su sobrino sería el encargado de darle el pasaporte al otro mundo y le jubiló como no quiere que le jubilen a él. Al parecer hay una operación destinada a desbancar del poder a Obiang Nguema pero sin tocar la estructura del poder y evitar así que la democracia pida responsabilidades por las continuas y terribles violaciones de los Derechos Humanos.


El sátrapa, Teodoro Obiang Nguema, está sufriendo el desprecio de los gobiernos democráticos a pesar de todo el dinero invertido en comprar favores con el dinero del pueblo. La dictadura está tocando a su fin y el pánico se ha instalado en el equipo del tirano que no quieren quedarse en el país si se democratiza. Muchas victimas de la dictadura quieren que se depuren responsabilidades y que se establezcan mecanismos para que nunca más un dictador pueda hacerse con los resortes del poder en Guinea Ecuatorial.





El Primer Ministro Ignacio Milan Tang, el delfín tiburón, planea derrocar a Obiang y sentarse en el trono.Que Obiang no sea recibido ni por el Rey de España ni por el presidente del Gobierno español son hechos que han desatado una crisis sin precedentes en el entorno del dictador. La hasta ahora aliada España, rompe la baraja llamando al dictador por su nombre y negándole la palabra y los apoyos que tanto han ayudado a Obiang a limpiar su imagen en el mundo occidental.

Hasta los sindicatos ( UGT y CCOO) dejaron, por un momento, su actividad festiva y reivindicativa en favor de los homosexuales, lesbianas y transexuales para posicionarse en contra de la visita de Obiang Nguema a España lo que ha sido muy aplaudido por los exiliados y opositores.


“Lo peor del régimen no ha sucedido aún”, decía un acólito del dictador a su salida de una reunión del equipo de Obiang.

El régimen agoniza y no tiene resortes para perpetuarse y menos aún inteligencia para crearlos. Nada quedará atado y bien atado, como diría Franco antes de su muerte en la España dictatorial.

En Guinea Ecuatorial los muertos se remueven en sus tumbas y los espíritus de los olvidados, desaparecidos y machacados claman venganza. Desde las fosas clandestinas esperan el día para festejar la muerte del dictador y todos le harán un gran recibimiento.

Dicen que por las noches, el tirano, se despierta empapado en sudor y que ni todo el dinero robado al pueblo puede calmar su ansiedad para conciliar el sueño y menos aún, detener el imparable reloj de la vida. Obiang sabe que le están esperando en ese lugar oscuro de los muertos y sabe que hay gente que murió ahogada en su propio miedo y eso no lo perdonan ni los unos ni los otros.
Mal asunto este del fin de la dictadura ... los hay que quieren justicia y los hay que no tienen sitio para esconderse y entre medias tenemos al pobre de Leandro Mbomio, desorientado y ciscado poniendo a parir a los de la oposición en el exilio... ¿a quién querrá agradar?

Han metido en la cárcel a Severo Moto y se han multiplicado las incorporaciones en el Partido del Progreso y los apoyos al Gobierno en el exilio.

Han ascendido al embajador pelota al cargo de primer ministro y resulta que ni ZP y menos aún, su Majestad el Rey, quieren saber nada de Obiang.
Con la Expo de Zaragoza de fondo se ha escenificado un sainete ridículo en el que quieren poner de candidato (¿Independiente?) a un exiliado al que le han recordado quien manda en Guinea Ecuatorial de una manera muy sencilla. El embajador pelota, el ascendido al ringo rango de ayudante de cámara del “emperador de Malabo” le apuntan los dedos acusadores que le imputan una maniobra de la que difícilmente se pueda zafar. No hace mucho que otro mayordomo de Obiang cayó en desgracia y hasta le acusaron de entablar conversaciones con el mismísimo Severo Moto.

Según el dicho popular, “el que vale vale y el que no para primer ministro”, ha hecho de este embajador marrullero, pelota y desleal el quebradero de cabeza de los que están al lado de Obiang.

Hay una operación en puertas que busca la perpetuación del régimen para que los hombres y mujeres de Guinea Ecuatorial no pasen a cuchillo a más de uno y de dos... “somos muchos los que estamos esperando el momento en que os quedéis sin munición para vuestras pistolas” dice una victima de este Estado Terrorista.

El Gobierno en el exilio, en declaraciones del propio Severo Moto, apuesta por una transición pacífica y ordenada y para eso se necesita del apoyo de las potencias internacionales y de la mismísima ONU. De no ser así, los perseguidos correrán tras los antiguos maltratadores y violentos elementos del régimen que no encuentren acomodo en el éxodo precipitado de los dirigentes de la dictadura.

Cuentan que el embajador sedicioso y traidor está buscando el respaldo de las potencias antes aliadas del sátrapa para que le legitimen con la falsa promesa de promover la democracia, como en su momento hizo el mismísimo Obiang tras ajusticiar al paranoico de su tío Macías, gracias a un Golpe de Estado.

“El que a hierro mata a hierro muere” dice un desertor de Obiang y ahora seguidor del embajador promocionado a primer ministro y es que desde los aledaños de la dictadura no quieren ni oír hablar de democracia y menos que alguien ose llamarlos a esclarecer las responsabilidades de salvajes violaciones de los Derechos Humanos.

Más que miedo lo que se respira es pánico pero, como dice un represaliado, “nuestro dolor y sufrimiento no les puede salir gratis y hay muchas familias con muertos, torturados, presos y exiliados que quieren saber quien se hace responsable de tanto daño infligido”.

Una nación democrática como es España no debería darle rango de cortesía a los representantes de una abyecta dictadura como es la de Guinea Ecuatorial.

La vida da muchas vueltas y los testigos somos muy impertinentes.