En un acto que avergüenza al periodismo como profesión, algunos de los medios de comunicación y periodistas más influyentes de España han decidido convertirse en lobbistas y propagandistas de una de las dictaduras más brutales y longevas del mundo: la de Teodoro Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial. Con más de 45 años de represión, asesinatos políticos y saqueo institucionalizado, este régimen es un símbolo del fracaso de los derechos humanos en África. Sin embargo, algunos periodistas españoles parecen haber encontrado en este régimen un “emporio de prosperidad”, traicionando así su deber moral y profesional.
El papel vergonzoso de “La Razón”
En julio de 2024, el periódico La Razón cruzó la línea roja del periodismo ético para consolidarse como un agente de propaganda del régimen de Obiang. Dedicando portadas, mesas de análisis y artículos que exaltan las supuestas bondades del régimen, este medio ha ignorado deliberadamente los informes de organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch e incluso las duras condenas del Parlamento Europeo y del Departamento de Estado de Estados Unidos, que han descrito a Guinea Ecuatorial como un país gobernado por una banda de criminales.
Las alabanzas publicadas por La Razón han oscilado entre lo absurdo y lo ofensivo. Desde elogios a carreteras y edificios, pasando por clichés turísticos, hasta ignorar por completo la realidad de un pueblo sometido al hambre, la represión y la corrupción, la complicidad de este medio ha sido absoluta. Su director, Francisco Marhuenda, ha permitido que el periódico se convierta en una herramienta para maquillar un régimen que ha asesinado opositores, destruido instituciones democráticas y robado miles de millones de las arcas públicas.
Luis María Anson y el periodismo servil
No menos escandalosa ha sido la postura de Luis María Anson, quien llegó a calificar a Guinea Ecuatorial como “un emporio de prosperidad”. Este veterano periodista, conocido por su influencia en la opinión pública española, ha realizado viajes a Guinea Ecuatorial para regresar con artículos que exaltan al régimen, ignorando las ejecuciones sumarias, la falta de libertades y el miedo que domina a la población. Anson, con sus palabras, no solo ha traicionado a los guineanos oprimidos, sino también la deontología periodística, que exige lealtad a la verdad.
Jesús Fonseca y Arantxa Bartolomé Madiba: Voces al servicio de la tiranía
Jesús Fonseca, exdelegado de la agencia EFE, ha llegado a describir al régimen de Obiang como “un modelo de eficiencia”. Es insultante que mientras el régimen reprime y mata a la oposición, periodistas como Fonseca elijan destacar autopistas construidas con dinero robado al pueblo. Por su parte, Arantxa Bartolomé Madiba ha participado en esta narrativa cómplice, pintando a Obiang como un líder ejemplar mientras omite las sistemáticas violaciones de derechos humanos.
Ambos, movidos por intereses económicos y favores políticos, han traicionado los principios básicos del periodismo. Su connivencia con el régimen de Obiang no es solo un acto de desinformación, sino una colaboración directa en la perpetuación de una dictadura que sigue asesinando, torturando y empobreciendo a su pueblo.
La moral y la responsabilidad del periodismo
El periodismo tiene una misión fundamental: servir como un contrapeso al poder, exponer la verdad y dar voz a quienes no la tienen. Blanquear a una dictadura asesina como la de Guinea Ecuatorial es una traición a esa misión. Es ignorar el sufrimiento de los opositores que llevan más de 40 años enfrentando torturas, asesinatos y exilio. Es cerrar los ojos ante informes de organismos internacionales que han documentado el saqueo de los recursos naturales del país para enriquecer a una élite gobernante, mientras la mayoría de los guineanos vive en la pobreza extrema.
No se puede justificar esta colaboración con argumentos económicos ni con supuestos logros del régimen. Destacar carreteras construidas con dinero manchado de sangre o edificios financiados con la miseria de un pueblo no es periodismo: es propaganda.
Una llamada a la ética y la justicia
Armengol Engonga, Presidente del PPGE ha manifestado que “ya es hora de que el gremio periodístico en España reflexione sobre su papel en el blanqueo de la dictadura de Obiang. Es hora de que los periodistas responsables rindan cuentas por sus actos y que los medios de comunicación asuman su responsabilidad de informar con veracidad y ética. El silencio cómplice y la propaganda no solo perpetúan la tiranía, sino que también traicionan a quienes confían en el periodismo como un faro de verdad y justicia”.
Que quede claro: mientras estos periodistas y medios alaban al régimen de Obiang, el pueblo de Guinea Ecuatorial sigue sufriendo. Sus voces necesitan ser escuchadas, y su lucha por la libertad no puede ser ignorada ni minimizada por intereses egoístas. La historia juzgará duramente a quienes eligieron el lado de los opresores en lugar de alzar la voz por los oprimidos.