jueves, 12 de septiembre de 2024

NO ESPERES A SER VÍCTIMA, ES HORA DE ACTUAR

Desde Guinea Ecuatorial, los lamentos de las víctimas de la dictadura.


En los últimos días, muchos ya no sabemos ni qué decir al pueblo de Guinea Ecuatorial. Creemos que ya hemos explicado lo que es una dictadura y lo que supone vivir bajo un Estado dirigido por personas insensibles. También hemos dicho que todos debemos implicarnos en la lucha por una Guinea Ecuatorial libre y soberana, de manera seria y verdadera. Sí, hemos insistido a nuestros conciudadanos que vivir en una dictadura es vivir sin garantía de vida, es vivir con miedo y resignación, mientras vemos cómo el dictador y sus seguidores se sumergen en excesos.


En nuestro amado país, Guinea Ecuatorial, sufrimos todo tipo de vejaciones:  

Vejaciones físicas, porque nos torturan y matan cada día.  

Vejaciones psicológicas, porque nos humillan con gritos, insultos, y agresiones frente a nuestras familias, amigos y conciudadanos, tratándonos como animales callejeros, solo para exhibir su poderío. A la vez, aprovechan para silenciar a quienes son testigos, obligándoles a vivir esos inhumanos actos que muestran hasta dónde pueden llegar.


¿Qué más necesitan hacer los Obiang y sus apoyos para que comprendamos que son capaces de todo por mantenerse en el poder? Han detenido, bloqueado, empobrecido y asesinado a los guineanos solo por mostrarse críticos con su tiranía. Su mezcla de incompetencia y malicia ha escalado tanto que no hay cima que no miren desde lo más alto de su maldad.


Dicho esto, creo que todos los guineanos debemos dejar de ser meros espectadores. Ya no basta con imitar a aquella interna que, al ver a los bárbaros saquear y violar a las vecinas del convento colindante, corrió a su superiora para contarle lo ocurrido y pedir ayuda. Como bien sabemos, la superiora, insensible y egoísta, no solo se negó a ayudar, sino que prohibió a la interna intervenir en lo que "no le afectaba". Al final, ese mismo convento fue saqueado y la superiora y sus internas también sufrieron las mismas atrocidades.


Querido conciudadano: usted, que hoy es ministro, general del ejército o campesino, debe saber que, si aún no ha caído en las manos de los Obiang como víctima, todavía tiene la oportunidad de evitarlo. Reconociendo que todos somos actuales o potenciales víctimas, le ruego que no espere a ser cesado, empobrecido, detenido, torturado o asesinado por el régimen.


La lista de aquellos que, como usted, creyeron que nada malo les pasaría bajo el gobierno de los Obiang es larguísima. Esto ha ocurrido porque en una dictadura, todos somos relegados al papel de súbditos, obreros y simples piezas en el enriquecimiento del dictador. Si queremos ser ciudadanos libres y disfrutar de nuestra soberanía, debemos reaccionar y actuar en todo momento contra quienes nos han sumido en esta crisis que nos aleja del mundo moderno y civilizado.


En el Partido del Progreso sabemos que a los malos, a los dictadores, no se les debe reír las gracias. Reírle las gracias al dictador es aceptar la desgracia cuando llegue nuestro turno, y ningún ciudadano debe esperar su día de desgracia con los brazos cruzados.