miércoles, 4 de enero de 2023

LO QUE ESPERAMOS LOS GUINEANOS DE 2023



Redacción El Confidencial

Más de cincuenta años de dictadura en nuestro país han sido la consecuencia de unas circunstancias adversas, pero también, y sobre todo, de los grandes engaños a los que hemos sucumbido los guineanos. Esta, llamémosle mala suerte de nuestro pueblo, no es achacable a un fatal destino que nos ha perseguido y del que no nos hemos podido desembarazar. Nó¡, han sido consecuencia directa de nuestra equivocada percepción de las cosas, y también de una especial querencia hacia los "nuestros", en contraposición con el bien colectivo.  
La inmadurez, y muchas veces la superficialidad con las que hemos abordado los grandes temas de interés nacional, han sido hábilmente aprovechados por los que se iban a convertir en los verdugos de nuestro pueblo. Basta con ver al ejército de pedegistas defender, alabar y encumbrar a las alturas a un psicópata como Obiang Nguema, que ha cometido (y sigue cometiendo) las mayores atrocidades contra el pueblo del que ellos mismos forman parte. 
Todas estas “anomalías” requieren una profunda reflexión por nuestra parte, porque este mal sigue planeando sobre nuestras cabezas. 

Ya lo hemos podido comprobar como los adinerados, antaño cooperadores del régimen en sus latrocinios, utilizan su dinero para postularse como los mayores detractores de  Obiang y defensores de la libertad. Lo que en realidad pretenden es salvar su dinero, y una vez conseguido su objetivo, copiar los mismos modos  de la dictadura. Ya lo vaticinó Obiang en una ocasión, cuando les espetó: “sois unos traidores, cuando esto termine iréis a buscar otras oportunidades”
Otro de los peligros para la democracia que acecha a Guinea Ecuatorial y a otros países de Africa, es la presencia cada vez más pujante de dos grandes potencias, totalitarias, como son China y Rusia, con las que muchas dictaduras africanas, también la de Obiang, han fraguado fuertes alianzas militares y económicas. 

La cumbre USA-AFRICA ha supuesto una nueva oportunidad para nuestro Continente y especialmente para Guinea. Además de las grandes inversiones que Estados Unidos se ha comprometido llevar a cabo en Africa, quizá cobre más relevancia su decidida apuesta por la democratización de sus respectivos países. 
Con todos sus defectos, Estados Unidos representa el mundo occidental, con las libertades y la observancia de los derechos humanos como principio. Necesitamos, por tanto, estrechar lazos con el occidente democrático, para poder desarrollar y proteger la democracia en nuestro país.
 

El Partido del Progreso, sin renunciar a sus raíces africanas, está imbuido de los principios de la Democracia Cristiana, heredera de la las grandes corrientes filosóficas greco-cristianas y del derecho romano, tal como se han forjado las democracias más avanzadas del mundo.  
Retomando la pregunta con la que iniciamos esta nueva edición de El Confidencial, los guineanos esperamos que en este año se produzca la ruptura de nuestra fatal racha de 50 años de sinrazón. Esperamos que este año nos alumbre por fin la esperada democracia, la que debiéramos haber alcanzado después de nuestra independencia.