miércoles, 27 de abril de 2022

GUINEA ECUATORIAL: EL ESCRITOR DE UN PAÍS SIN LIBRERÍAS

Por Armengol Engonga Ondo. Presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial

 


“El escritor de un país sin librerías” sintetiza, en su título, la verdad de nuestra opaca realidad ante el mundo. Como un dardo lanzado al centro del corazón, esta película sobre Guinea Ecuatorial, se proyectó en Guadalajara, España, en el videoclub alcarreño ante más de un centenar de personas.

Tras la proyección del filme se desarrolló un interesantísimo coloquio en el que participé junto a una mujer, Susana Martínez, que sabía de lo que hablaba pues estuvo en Malabo, en el Centro Cultural de España, dirigiendo proyectos de promoción de la lectura y otros de asistencia técnica.



La película nos llevaba de viaje a un país tomado por una familia dirigente y sus cortesanos mientras la población sobrevive con lo que puede y como puede. El hilo conductor de la historia es el escritor annobonés y refugiado en España, Juan Tomás Ávila Laurel. Un hombre que, como muchos, tuvo que escapar de Guinea Ecuatorial por ser un disidente del régimen del tirano Obiang. Con él recorremos su infancia y sus recuerdos sobre un pedazo de tierra realmente hermosa, pero en las manos equivocadas. La verdad es que la obra es un alarde de creatividad, talento y manejo de técnicas diferentes. Podemos ver una cuidada fotografía mezclada con dibujos animados y un guion exquisito que alimenta el alma.

Una película muy recomendable y también una historia necesaria para comprender nuestra situación actual.



Las dictaduras, los regímenes violentos y opresivos, matan siempre el talento, la creatividad, la cultura. Ser un libre pensador, un ser creativo o un artista ya es una amenaza para los que detentan el poder.

Me gustó mucho participar en el coloquio y ratifiqué mi compromiso con el mundo de la cultura pues sin ella es imposible avanzar, transformarse, evolucionar.

Nuestros autores hablan con el lenguaje del arte y nos dan las claves de la realidad que vivimos. En colores, fotografías, textos o canciones, descubrimos el mundo que nos abraza y también las fuerzas que nos oprimen.

Una sociedad evolucionada y civilizada ha de contener espacio para la expresión artística e intelectual. No podemos ver con normalidad un escritor sin librerías, ni niños sin padres o que nos nieguen el futuro con la pantalla de la violencia arbitraria.



Necesitamos espacios para expresarnos, para abrazarnos y para construir juntos una sociedad en la que quepamos todos. Que el escritor pueda mostrar su obra, que el cine refleje el talento de nuestros directores o que nuestra gente cante al ritmo de los latidos de nuestra historia. Por cierto, el rapero El Negro Bey también aportó su manera de contar la historia a ritmo de hip-hop en esta importante presentación de la película guineana y española: “El Escritor De un País Sin Librerías”.



La historia de los pueblos no son caminos de rosas, lo sé. La evolución es una sucesión de retos y barreras que hay que ir superando. La vida, en definitiva, no es fácil para nadie. Como político, estoy convencido que todo se puede hacer mejor. Tenemos un compromiso con la historia y yo sé que va a salir bien. Esta es nuestra oportunidad y sabemos de dónde venimos, pero lo más importante es saber a dónde queremos llegar.

Historias como las que narra Juan Tomás Ávila Laurel nos han de servir para buscar escenarios en el que poder desarrollar todas nuestras posibilidades sin violentar a nadie y sin ser coaccionados.

El reto que tenemos por delante supone el participar de la construcción de una nueva sociedad o, por el contrario, ser rehenes del grupo más violento, siniestro y criminal que se haga con el poder.

Está en nuestras manos. No debemos dejar escapar la oportunidad de cambiar las cosas. Casi sin medios, pero con mucho talento y tesón, nuestros artistas sobreviven en un territorio hostil.

Cuando leo libros de autores guineanos, veo sus películas, escucho sus canciones o disfruto de los artistas que llenan nuestras vidas de colores y puntos de vista diferentes, tengo esperanza en el futuro. Esta aventura que se abre ante nosotros es responsabilidad de todos. No agachemos la cabeza. No nos dejemos intimidar. El futuro nos pertenece y lo vamos a alcanzar.