lunes, 1 de octubre de 2018

UNA VISIÓN ECONÓMICA EN LA IDEOLOGÍA CRISTIANODEMÓCRATA DEL PARTIDO DEL PORGRESO


Secretaría de Formación del Partido del Progreso

La mayor parte de la descolonización de África ha estado precedida y materializada por movimientos de signo comunista, que han llevado casi siempre a sus respectivos países a largos periodos de dictaduras. Aunque la descolonización en Guinea Ecuatorial se gestó de manera diferente que al resto de países  de su entorno, no ha sido tampoco ajena a la ideología comunista. De hecho la dictadura de Macías obedecía a los cánones estrictamente comunistas, con intento de colectivización de los medios de producción y la estructura política propia del comunismo (partido único, culto a la personalidad, carencia de libertades, control de las personas por la acción de los comités y comisarios….).
La dictadura inaugurada por Obiang Nguema en nuestro país fue en cierto modo una continuidad de la de su tío Macías, con la diferencia de que el sobrino quiso evitar el aislamiento internacional dando una falsa apariencia de normalidad, aunque su acción de gobierno siempre ha estado precedida por el dominio del estado en el ámbito de las libertades individuales. Buscar la legitimación de su régimen por parte de la comunidad qué el motivo que llevó a Obiang permitir la presencia de partidos opositores en el interior del país, aunque muchos de ellos fueran en coalición con el PDGE, a modo de partido único propio de las dictaduras comunistas y otros estuvieran mas atentos a los dictámenes  del régimen que a las exigencias de su propio electorado. 

La amplia tradición de los partidos comunistas y de izquierda totalitaria en el continente,  son también reflejo en los partidos de oposición de nuestro país, tanto en el interior, como entre los partidos en el exilio. Basta examinar los programas de ciertos partidos y coaliciones, para encontrar planteamientos propios de la ideología comunista, como propuestas de sindicatos verticales, colectivización de los medios de producción (tierras de cultivo e industrias), economía controladas por el estado, tipo Venezuela, penalización del movimiento de capitales y recortes de las iniciativas empresariales llevadas a cabo por los individuos.      
La defensa de los derechos individuales y la lucha por la mejora de las condiciones de vida de las personas, llevada a cabo por los movimientos cristianos en el Continente Europeo, junto a la declaración universal de los derechos humanos, dieron lugar a la aparición de las democracias que hoy conocemos. Estos movimientos cristianos de finales del siglo XVIII establecieron las condiciones para poner en marcha formas de gobierno basadas en el respeto a la dignidad de las personas, el  desarrollo de las libertades individuales en el marco del estado de derecho, el respeto a la propiedad privada y  el sufragio universal como forma de elegir a sus gobernantes.
El nuevo estado democrático y de derecho que el Partido del Progreso, de ideología cristianodemócrata, está dispuesto a poner en marcha en Guinea Ecuatorial, quiere respetar los derechos humanos de los ciudadanos, atender a una distribución más justa de las riquezas entre sus habitantes, a desarrollar sistemas de protección social dirigidos a todos los ciudadanos sin excepción y a dedicar una parte importante del presupuesto a planes educativos serios para el mayor número posible de habitantes. Además, queremos poner las bases de una economía libre y de mercado, que ofrezca garantías jurídicas para la propiedad privada y para las inversiones de los agentes económicos, tanto internos, como externos. 
Está demostrado que ningún ciudadano emprenderá proyectos de inversión sin unas leyes que le amparen y ningún guineano se pondrá a trabajar la tierra, sin tener la certeza de que los rendimientos revertirán sobre él y sobre su familia. Por tanto, el esfuerzo individual, la iniciativa empresarial y la competitividad, son conductas provechosas que deben ser apoyadas  por el nuevo gobierno salido de las urnas.
Para  que los guineanos no nos convirtamos en víctimas del proteccionismo occidental, vamos a potenciar y fortalecer unas instituciones que garanticen la estabilidad de nuestra democracia y abra el camino a un crecimiento económico duradero. Creemos además que en  el inicio de un crecimiento económico serio, debe de estar presente siempre el marco legal adecuado que contemple la libertad de movimiento de las personas, la de las mercancías y la de los capitales. Queremos en definitiva, poner en marcha una democracia social en el marco de una economía libre y de mercado.