Redacción El Confidencial
La población de Guinea Ecuatorial nunca ha tenido la posibilidad de tomar el protagonismo efectivo sobre su futuro. Solo tuvo en una ocasión la oportunidad de elegir a un presidente, Macías Nguema, y le salió muy mal. Ahora que parece ha tomado conciencia de su papel, se le puede presentar de nuevo la oportunidad de poder enderezar su rumbo y caminar hacia la democracia plena.
La concentración del día 3 de Agosto, ha sido un ensayo, un entrenamiento para lo que puede venir en el futuro. Pero ha sido también muestra y ejemplo para el resto de la población, a fin de ayudarle a tomar conciencia de lo importante que puede ser para el futuro de nuestro país el que todos nos movilicemos. Tomar conciencia de que la decisión sobre nuestro futuro solo nos corresponde a los guineanos. Si existe ayuda externa -entendamos la presión de las grandes potencias o la instituciones supranacionales- para forzar la salida del clan los Obiang del poder, sea siempre en nuestro beneficio, en beneficio de la democracia y del estado de derecho.
Ninguna potencia extranjera debe "poner" a un presidente en Guinea, como ningún grupo armado externo, clan interno o grupo familiar, puede acapararse de la presidencia de la República a espaldas del pueblo guineano. Por este motivo creemos que ha sido tan importante la CONCENTRACIÓN, porque algunos les ha servido para entender que el pueblo guineano es el que tiene la prerrogativa de elegir el modelo de estado que quiere tener, así como tener en sus manos la posibilidad de elegir a sus gobernantes.
Quizá el motivo por el que tuvo tanto éxito entre los guineanos el Partido del Progreso, fue precisamente porque nació en el seno de la población, contaba con la población y animaba a todos los guineanos a que participaran activamente en la vida política de Guinea Ecuatorial. Y este fue también el motivo por el cual Obiang Nguema no nos ha permitido, como a otros, retornar a Guinea para hacer política dentro del país.
Es también el motivo por el que el Partido del Progreso aglutina a tanta gente en torno a su proyecto y haya sido durante mucho tiempo la esperanza de muchos guineanos. Por desgracia nos hemos encontrado con un Obiang Nguema crecido gracias al dinero del petróleo, utilizado solo para impedir que ningún opositor pudiera poner en peligro su reinado absoluto en nuestro país. Para ello se ha pertrechado de armamento, de miles de mercenarios extranjeros. Ha contado con el apoyo táctico y de inteligencia comprado a las primeras potencias del mundo en el espionaje y en disuasión militar. También ha contado con la complicidad de algunas países extranjeros, instituciones supranacionales y personas, que han conseguido lavar su imagen y confinar a la verdadera oposición exiliada en sus respectivos países de destino, para que vayan languideciendo y envejeciendo, mientras el dictador seguía siendo el "dueño" y señor de Guinea Ecuatorial.
Que los líderes de la oposición hayamos envejecido no significa que hayamos renunciado a la pelea, más aún, nuestro ánimo combativo ha ido creciendo con los años de exilio. Por mucho que nos recrimine la dictadura y los partidos que van con Obiang, de no estar presentes en sus eleciones y en sus Mesas de Diálogo, incluso hacer política dentro del país, sabemos que lo que en realidad quieren es que caigamos en la trampa que Obiang nos tiene preparada.
En los últimos años el Partido del Progreso ha estado buscando protección internacional para poder volver a Guinea, con cierta seguridad, evitando que Obiang nos pudiera "tocar", incluso en una ocasión lo anunciamos públicamente, con la lista de los que íbamos a viajar incluida. No fue posible ya que el dictador se encontraba muy fuerte internacionalmente y frenó cualquiera intento de ayuda internacional. La contestación que recibimos de Obiang fue que si regresábamos, teníamos que pagar en la cárcel las condenas -políticas, por supuesto- que teníamos pendientes. Después y gracias a una información confidencial, conocimos todo el entramado mercenario que Obiang tenía preparado para "nuestro recibimiento", en caso que nos atreviéramos a viajar a Guinea Ecuatorial.
En estos momentos y junto a un grupo de cinco partidos exiliados -siempre hemos cooperado con los demás partidos para combatir a la dictadura- venimos reclamando a las potencias -así se manifestó en la carta que se le envío al Senado español durante la concentración- que nos ayuden a retomar en libertad a Guinea Ecuatorial, sin que nos asesinen, para poner en marcha, con la participación de todos, del proyecto de transición pacífica y ordenada a la plena democracia de nuestro país, que tenemos elaborado.