viernes, 27 de abril de 2018

EL PERIODICO NUEVA ALCARARIA ENTREVISTA A SEVERO MOTO
















“España tiene un papel clave en esa transición que estamos deseando en Guinea Ecuatorial”

NUEVA ACLARARIA, GUADALAJARAM.TOVAR/R.SAN MILLÁN

Moto sigue luchando junto a Engonga para que su país tenga un gobierno democrático

En este 2018 se cumplirán 50 años de la independencia de Guinea Ecuatorial, tras haber sido colonia española. Pero su camino en solitario no fue como muchos esperaban, el país acabó sometido a una dictadura, primero con Macías y después, desde 1979, con Teodoro Obiang. El destino para muchos fue el exilio, entre ellos, Severo Moto que fundó y es el presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, el más conocido líder de la oposición al dictador; y también para su vicepresidente, Armengol Engonga, que reside en Guadalajara. Desde que abandonaron su país están trabajando para que Guinea tenga un futuro democrático. Ahora, el presidente de este partido, junto a sus homólogos de otros cuatro partidos de la oposición, ha firmado una propuesta de Ley de Transición a la Democracia en Guinea Ecuatorial. Moto asegura que el país vive tal situación de deterioro que “ya no puede ir a más”.Para “intentar comenzar de nuevo” han buscado el apoyo de Europa, y sobre todo, solicitan la ayuda de España. ¿Cuál es la situación, a día de hoy, en su país? Siete meses antes de cumplir los 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial, podríamos definir la situación actual como un deterioro que ya no puede ir a más. Deterioro que podríamos centrarlo básicamente en lo humano, que sin lo humano no vale la pena ni siquiera hablar de Guinea Ecuatorial. Y en lo económico, se da la circunstancia de que después de haber pasado un periodo muy bonito de explotación de petróleo, la deuda que ha adquirido Guinea ya no puede ir a más. Por tanto, estamos en una situación en la que no se puede ir a más y hay que intentar comenzar de nuevo para ir a mejor. ¿Es difícil ver esa evolución no satisfactoria de su propio país, que vive bajo una dictadura, desde el exilio? Los que hemos hecho un esfuerzo en España por estudiar y el hecho de que no puedas rendir en tu país es difícil. Además, justamente por haber estudiado en España, el régimen de Guinea rechaza todo lo que es preparación por parte de los guineanos, y ves que día tras día no solo no cambia a mejor, sino que se va deteriorando, entonces te preguntas que alguien se ha debido equivocar.
O los que nos hemos ido del país huyendo de la persecución y de la muerte, o los que no acaban de comprender qué quiere este pueblo guineano, que nace de una colonización perfecta, que se ha hundido en una descolonización desesperada y de enfado, y que está permanentemente diciendo que queremos conectar de nuevo con eso que fuimos. Es muy importante pensar que el pueblo guineano se pregunta cuándo vuelven los españoles, que eran el signo del desarrollo, del avance hacia el futuro, y de la grandeza, pues aunque es un país pequeño puede ser muy grande en sus hechos y en su realidad humana. Guinea fue una colonia de España, ¿esa unión sigue existiendo? Cuando yo abandono por primera vez el exilio, en 1988 fue el primer año que se me recibió, en 1992 vuelvo por segunda vez y llevo ya un bagaje político del Partido del Progreso, elegido en España. Y cuando llegué la gente me decía: yo me afilio a tu partido porque dice que España volverá. Yo cada vez que hablo de esto lo hago con mucha emoción. La gente ha encontrado en el Partido del Progreso que España volverá a ser su compañero de camino. Y a lo largo de cuatro años, desde 1992 a 1996, en los que estuve implantando el Partido del Progreso, en cinco meses teníamos 60.000 afiliados en un país de 750.000 habitantes. Y con el mensaje de España volverá. El mensaje sigue así y sigue encarnándose en este partido y queremos hacerlo real. Por eso tenemos la alegría de empezar desde España con un mensaje claro de que con nosotros España volverá a estar y ser lo que Guinea espera de este país. Precisamente, una de las herramientas que quieren poner en marcha para que ese cambio se produzca es la Ley de Transición a la Democracia que, por un lado, logra tener esa herramienta útil que provoque el cambio y, por otro, es la unión de cinco partidos diferentes que quieren lo mismo, que vuelva la democracia a su país. Desde España, podemos anunciar al pueblo guineano y español que en los últimos meses se ha producido eso que tanto necesita el pueblo guineano: la unión de la oposición. Y esa unión se ha producido en el exilio, afortunadamente en España. Cinco partidos que hemos decidido cumplir el compromiso que hemos adquirido ante el pueblo guineano: tener una capacidad de acción conjunta para llevar un mensaje unido, suficientemente pesado, que convenza al pueblo guineano de que esos cinco partidos pueden participar en el cambio que el pueblo guineano necesita. Por eso hemos elaborado el documento, lo hemos distribuido, y ha generado un gran impacto en España. Para nosotros, la transición no es ir a Guinea y dialogar con el dictador. Si tiene que estar que esté, pero que las condiciones para que se haga posible este encuentro entre la dictadura y la oposición se haga de una forma controlada por la comunidad internacional. Porque hay una cosa muy triste para estepaís: los guineanos solos no podemos hacer que el país salga de este marasmo en el que está metido. El documento expresa claramente qué camino hay que andar para llegar al gran objetivo de la transición, que tiene como punto central la reconciliación entre las dos partes. 
¿Ha sido difícil que unos y otros hayan hecho concesiones para llegar a un acuerdo? 
Creo que no ha sido difícil desde el momento en el que el do- cumento presentado en la mesa de los cinco ha coincidido con el deseo general de toda la oposición: retornar. Los años de exilio son durísi- mos. Mi vicepresidente, Armengol Engonga, que vive en la Alcarria, es un símbolo de esa Guinea que nunca desaparece del corazón de los guineanos. Lleva muchos años en España, se ha hecho español, nació español igual que yo, y tiene un punto español que creo que el pueblo guineano necesita para reto- mar otra vez el pulso de preparación y civilización que tenía. Los valores políticos y de formación que tienen estos cinco grupos son un bagaje suficientemente importante para ofrecer a Guinea Ecuatorial lo que creemos que debe ser. No ha sido difícil consensuar este documento porque contiene lo que quiere toda la oposición: retornar en libertad, pero no para ir a morir en manos de Obiang, que eso es facílisimo. Lo más difícil es que el régimen acepte este documento y entremos en un diálogo, se retire con absoluta normalidad y no le pasa nada a él, que se va, ni a los que se quedan, porque ya estamos viviendo una guerra en la que unos tienen armas y violencia y otros no tenemos más que esa situación de inermes y desamparo en el que nos movemos. Por eso, ese documento ha sido tremendamente fácil. 
¿Este es el momento más idóneo y proclive para que este documento tenga un buen recibimiento por parte del dictador, ya que está tan enfermo y la sucesión no está tan clara? 
Obiang fue operado el año pasado en un hospital de Brasil. De allí vino con un diagnóstico médico de desahuciado, no válido para la tremenda misión de dirigir y llevar adelante el país. En esta situación caben dos posibilidades, que todo acabe en una debacle en la que los que suelen matar sigan matando.Si llega Teodorín o cualquiera de su entorno lo más normal es que mate para poder gobernar siguiendo con este régimen. Este proyecto le dice a Obiang, vamos a reunirnos, usted tiene miedo a que si se marcha con violencia, usted puede morir y pueda que muera mucha gente suya. Pero también tenemos el problema de que si esto acaba con violencia también podemos morir. Entonces llegamos a un punto central donde paramos las armas, hablamos, pactamos una transi- ción, usted se marcha sin ningún problema y el país toma una línea de transición que significa unas elecciones, un presidente elegido, por primera vez, libremente por el pueblo, e iniciamos una nueva vida con una nueva constitución. Pero que el paso no sea la muerte, sino la vida. 
En este proyecto es imprescindible la vinculación interna- 
cional. Durante estos años han estado hablando en Europa para que se implique e imagino que también le gustaría contar con el respaldo de España. 


Sí, evidentemente. Todo nace con un viaje de estos cinco partidos a Europa. De ahí nacen el resto de documentos cuando vemos que hay una disposición por parte de Europa. Pero lo que produce más alegría es que Europa espera que España diga que sí. Porque es la se- gunda experiencia en la que España pone en la mesa del Parlamento Europeo un proyecto para Guinea Ecuatorial en 1992, e incluso Eu- ropa plantó la tienda allí para seguir el proceso de transición, aunque desgraciadamente fracasó porque el régimen no estaba dispuesto a que se produjese esa transición. El pueblo guineano quiere que España retome responsabilidades, que a lo mejor ya no son tantas en un país independiente como cuando era colonia. Lo que fue esa colonia, esa provincia, esa autonomía, nos gus- taría que culminase en algo mucho más bonito que en esa dictadura. España tiene un papel clave en esa transición que estamos deseando en Guinea Ecuatorial. 
Y también se necesita la implicación de la sociedad... 
Evidentemente. La sociedad guineana está dividida en dos. Los gobernantes están armados, rodeados de mercenarios, con po- tencias que le apoyan, y hay otra sociedad que espera huir del país, morir, o simplemente callarse. La parte guineana es fundamental y yo creo que eso es lo que hace que la dictadura perdure. Si estuvieran todos de acuerdo no habría ningún problema, pero hay una parte muy importante de ese pueblo que tiene nostalgia de lo que fue. La parte guineana, a través de la oposición, está poniendo la parte que le toca, 
“He tenido pros y contras, pero globalmente la sociedad española me ha demostrado una gran comprensión y cariño” 
otra cosa es que las armas son una respuesta muy difícil de encajar. 
En el aspecto más personal ¿Cómo ha sido su vida en el exi- lio? 
La experiencia ha sido doble. Por un lado, estaba en España y me sentía seguro, y por otro, me he visto metido en el múltiple fuego de las ideologías, y esto me ha creado bastantes problemas. A lo mejor yo tenía que haber sido anodino, y no tener ningún tipo de ideología, pero esto era imposible después de haber estado siete años en un seminario, haber hecho tres años de Magisterio y cinco de Periodismo. Dentro llevaba eso, que fue mi origen, la Democracia Cristiana, que para mi es el instrumento de trabajo para mi pueblo. Esto no ha debido caer siempre bien al resto de ideologías con las que me he encontrado en España. 
Y ha rehecho su vida en España... 
Yo fue director general de Medios de Comunicación en Guinea, luego llegué a ser secretario técnico de Información y Turismo y durante ese tiempo, un año y medio después del golpe de Estado, mis hijos y mi mujer se vinieron a España. Y cuando decidí abandonar el cargo y exiliarme me incorporé a ellos. Tomar una decisión así frente al régimen de Obiang, lo haces pensando que te desligas de Obiang, y cuando llegas a España te das cuenta que hay muchos apoyos de Obiang a los que no les ha sentado bien que 
hayas dicho no al régimen. Eso me ha ocasionado muchos problemas, quitaron las becas a mis hijos. Lo tengo que decir porque me duele. Noté que estaban más por la línea que yo abandonaba, que por esa libertad y frescura mental que yo buscaba en España. He tenido pros y contras, pero globalmente, la sociedad española me ha demostrado una gran comprensión y cariño, tanto cuando estaba en el seminario como cuando estudiaba Periodismo, ya que Magisterio lo hice en Guinea. La sociedad civil ha sido para mí razón suficiente para haberme exiliado en España. 
Aunque su mujer e hijos estaban en España, ¿cuando se exilió dejó en su país a más familiares? 
Somos nueve hermanos, y aquí estamos dos, pero el resto de la familia está en Guinea. En este tiempo ha muerto mi padre y mi madre, y no he podido acudir a sus exequias ni a su entierro. También ha desaparecido algún hermano. Estos problemas familiares los tomo como una prueba que hay que superar. 
¿Cómo se vive desde España la situación actual que se vive en Guinea? 
Se vive con mucha desesperación. Nací en 1943 y después de haber estado en los años finales de la colonización, que todo el mundo califica de ejemplar, pasamos por el periodo de provincias y después por el de autonomías. Cuando vienes al exilio y vuelves la vista atrás, a punto de cumplir 50 años de independencia, lo más normal es que estuviéramos llorando en las esquinas porque nos ha caído encima lo que nunca hubiésemos imaginado. ¿Y qué pasa con los que se quedan allí y no tienen amigos y encima les miran porque son afiliados del exiliado o del político? 
Todo es una tragedia vivida aquí y pensando en lo que ocurre allí. 
¿Su familia ha sufrido represalias allí? 
Obiang retó a mi padre pidiéndole que se convirtiera en su padre y abandonara a su hijo. Y para eso le envió 300 francos CFA. El que se los llevó se quedó con 200 y le ofreció 100 a mi padre. Mi padre con un gesto de absoluto desprecio le preguntó si él haría lo mismo con uno de sus hijos. Ahí quedó todo. Creo que esa respuesta ha mantenido sobre la familia un respeto. Están relegados como el resto de la sociedad. 
¿De qué se vive en Guinea? 
Viven de la selva. Con la independencia desaparecieron las fincas de café y cacao, la venta de productos de la tierra...con la colonia, los españoles compraban el café y el cacao y los guineanos trabajaban sus fincas y tenían sus posesiones, era gente muy valorada. Estos y los valores intelectuales que encontró la independencia fueron los primeros que quitó el régimen. Han resistido a base de acudir a una selva que no pueden explotar, y si tienen algo de dinero compran, lo mismo que se puede producir en el país, en Camerún y Gabón. El nivel de relegación y abandono es absoluto. A lo mejor alguien puede pensar que están acostumbrados, pero no. Unos quieren retomar lo que fue Guinea Ecuatoral y otros creen que no es un país para seres humanos y esa lucha contra el régimen hace que este aún se ponga más duro. Además, han vuelto enfermedades que con la colonización habían desaparecido, ha entrado de nuevo el SIDA. Y en el que están inmersos prácticamente todas las autoridades, y estas se encargan de trasladarlo a la sociedad, a las niñas, por el cambio de 100 francos CFA. Un euro son 1.300 francos CFA. La pobreza es absoluta pero no puedes quejarte en público porque si no tienes militares en tu puerta. Por tanto, no hay vida, y es normal que miren hacia fuera porque dentro no pueden hacer nada. (...)Queremos retornar y vivir en nuestro país, pero solos no podemos. Si esa transición que hemos propuesto no está protegida por la comunidad internacional y una fuerza de interposición que haga que los que tienen armas no sigan matando y los que no la tienen retomen la vida es difícil que el país empiece a funcionar. 
¿Estaría dispuesto a marcharse ya? 
Sí, ya. Nuestro pueblo no nos ha olvidado. Somos la clave de su esperanza. Estoy seguro de que ganaríamos las elecciones en Gui- nea, ya sea como partido o con la coalición de los cinco partidos que hemos adoptado esa unidad. Hay una auténtica promesa de resurrección para el pueblo guineano. 
Tienen una gran responsabilidad, ¿no les da miedo? 
He visto lo que hemos sido pa- ra este pueblo guineano. En cinco meses tuvimos 60.000 afiliados al partido. Si hay elecciones, solo por la imagen que hemos dejado, nos dan la plena confianza, así que no hay nada que temer. Y si nos quiere el pueblo solo falta el respaldo de la comunidad internacional. El documento que hemos firmado es para pedir eso, queremos retornar y queremos apoyo y protección.