Petróleo, el pastel que no se reparte en Guinea Ecuatorial
El Mundo CAROLINA VALDEHÍTA 15-6-17
La salud y la educación pagan
el costo de la autocontratación en Guinea Ecuatorial
Las reservas de crudo podrían
secarse en 2035. Los hidrocarburos presentan más del 70% del PIB
No es de extrañar que las
principales economías africanas tengan en su subsuelo los yacimientos más ricos
de petróleo. Hasta el año pasado Nigeria se mantenía como el principal
productor del continente, pero en 2016 fue sobrepasado por Angola. Guinea
Ecuatorial es el sexto país productor de petróleo de todo África, con una
producción de 281.000 barriles diarios en 2014, según datos de British
Petroleum. Esta posición, junto con el hecho de tener una menor extensión que
sus principales competidores y mayor estabilidad, debería haberle facultado
para ser uno de los principales motores económicos del continente.
Guinea Ecuatorial no ha de hacer
frente a conflictos localizados como
sucede en Nigeria: con el norte hastiado por los terroristas de Boko
Haram y el Delta del Níger sacudido por un nuevo grupo llamado Los Vengadores del Delta, el brazo armado de
los separatistas de Biafra. Y aunque se trata de uno de los países africanos
con mayor PIB per cápita (en 2012 alcanzó su máximo histórico con 24.304
dólares per cápita), el nivel de desarrollo humano es de los más bajos.
Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado
en septiembre de 2016 dice que Guinea Ecuatorial es la economía de La Comunidad
Económica y Monetaria de África Central (CEMAC) que más depende del petróleo:
"Este genera 60% del PIB, el 80% del ingreso fiscal y el 86% de las
exportaciones", subraya el texto.
La investigadora de negocios y
derechos humanos de Human Rights Watch, Sarah Saadoun, ha llevado a cabo un
trabajo de campo en el que ha podido comprobar las consecuencias de esta
ausencia de reparto de los ingresos procedentes del crudo. En su informe de 107
páginas bajo el título '¿Maná del cielo? Cómo la salud y la educación pagan el
costo de la autocontratación en Guinea Ecuatorial', su conclusión es clara:
"La gente común ha pagado el precio de la corrupción de la élite
gobernante".
Las promesas incumplidas
El despunte de Guinea Ecuatorial
gracias a las ventas de crudo se llevó a cabo a comienzos del nuevo milenio. El
"maná del cielo", como llamó el presidente Teodoro Obiang al oro
negro cuando este fue descubierto en 1991, se vaticinó como un descubrimiento
que ayudaría a luchar por la erradicación de la pobreza y a situar a la ex
colonia española entre uno de los estados más desarrollados de África. Se
prometió inversión en educación y en sanidad que apenas fue materializada.
"En 2011 el gobierno invirtió un 3% en educación y un 2% en salud, y es el
año más reciente del que hay datos", señala Saadoun a este diario. Otros
45 países con similar PIB per cápita gastaron un mínimo de cuatro veces más
durante el mismo periodo, remarca el informe. En su lugar, el 82% del
presupuesto de 2011 se invirtió en infraestructuras.
Los ingresos que ha obtenido el
país gracias a las ventas de crudo no se han trasladado en inversiones en
educación o sanidad. La mayor parte se invertía en la construcción
Patricia (nombre ficticio)
estuvo trabajando durante un año como profesora de guardería en una escuela a
cargo de la primera dama, Constancia Mangue. De su experiencia en Malabo, la
capital, destaca el férreo control de las redes sociales, la oposición
silenciosa y la gran represión. Asegura que la escuela donde enseñaba, pese
a su alto coste, estaba en muy malas condiciones tanto para los menores como
para el profesorado local. "Los profesores guineanos necesitaban tener
otro trabajo para poder llegar a fin de mes. En el colegio no había material
escolar y en el comedor, aunque era muy bonito, tan sólo les daban un poco
de pan a los niños".
"El colegio era un
escaparate para la primera dama. Si venía alguna autoridad de otro país
vestían a los niños con ropas que les habían hecho específicamente para esa
visita", asegura. Y es que el gobierno únicamente destinó 60 millones de
dólares en educación en 2008 y 140 millones de dólares en 2011, según documentos
del FMI y del Banco Mundial (BM). Por otro lado, en el año 2012 el 42% de
los niños en edad de asistir a la escuela primaria (cerca de 46.000 niños) no
estaban escolarizados, haciendo de Guinea Ecuatorial el país con la séptima
tasa de analfebetización más alta del mundo. No era un secreto lo que se hacía
con ese capital: "La mayor parte del dinero del estado se invertía en la
construcción", asegura Patricia a EL MUNDO.
En el caso de la sanidad la
situación no es muy diferente. Pese a ser un país con ingresos medios/altos,
el sistema sanitario presenta los mismos problemas que suelen afectar a los
países de ingresos bajos. No obstante, sí que se ha llevado a cabo una gran
inversión para dos hospitales privados en Malabo y Bata bajo el nombre La Paz,
donde la mayor parte de los profesionales son extranjeros y cuyas tarifas son
imposibles de asumir para la población local.
El informe de HRW alega que el
gobierno invirtió 90 millones de dólares en salud en 2008 y 92 millones en
2011, cantidades recogidas también por el FMI y el BM. Las tasas de vacunación
se encuentran entre las peores del mundo, y la vacunación contra la
tuberculosis para recién nacidos y lactantes disminuyó de un 99% en 1997 a un
35% en 2015. Más de la mitad de la población guineana carece de acceso a
agua potable cercana, un dato que no ha cambiado desde 1995.
El capital de los Obiang
Teodoro Obiang es el presidente
que más tiempo lleva al frente de un estado africano. En el año 1979 derrocó a su tío liderando un golpe militar y
desde entonces ha llevado a cabo una política absolutista en la que ha sabido
mantener buenos aliados internacionales. Obiang ha defendido el gasto en
infraestructuras como parte de una estrategia de modernización del país. Su
hijo Teodorin Obiang, que desde el año pasado
es el vicepresidente de Guinea Ecuatorial es conocido mundialmente por sus
excentricidades y sus gastos desorbitados.
Su colección de coches de lujo
así como de viviendas en algunas de las mejores ciudades del mundo, adquiridas
gracias al patrimonio familiar enriquecido por la venta del oro negro, le han
puesto en el punto de mira de la justicia francesa. El fiscal francés alegó
que había transferido 110 millones de euros procedentes de las arcas del estado
guineano para gastos particulares en Francia. Actualmente se encuentra en búsqueda y captura acusado de blanqueo,
malversación de fondos públicos, abuso de confianza y corrupción. En España hay
en curso un proceso judicial similar por la adquisición de mansiones en suelo
español gracias a las ganancias del petróleo.
El presidente de Guinea
Ecuatorial está en búsqueda y captura acusado de blanqueo, malversación de
fondos públicos, abuso de confianza y corrupión
Según HRW, la corrupción desde
el gobierno ha calado en casi todos los niveles. El informe expone que desde el
año 2009 el gobierno ha gastado virtualmente todos sus ingresos petroleros en
grandes proyectos de infraestructuras. "La evidencia y las entrevistas de
las investigaciones indican que los funcionarios del gobierno suelen poseer
participaciones en empresas que hacen ofertas en proyectos de infraestructura
pública". De esta manera, el dinero gira de forma cíclica y va a parar
siempre a los altos cargos, que son quiénes eligen las empresas
destinadas a las obras públicas y a la vez son los propietarios de dichas las
empresas.
En este sentido, el informe
asegura que "empresarios y expertos del FMI dijeron a los investigadores
de Estados Unidos que la familia presidencial posee participaciones en varias
de las mayores firmas de construcción del país". Obiang habría defendido
los altos niveles de gasto de infraestructura de su gobierno como necesarios
para modernizar el país y su economía en su propio beneficio. "Parece
que el autogobierno con frecuencia conduce a precios inflados de contratos y a
la aprobación de proyectos con poco valor social en lugar de prioridades
cruciales", denuncia el informe.
Un ejemplo de ello sería la
nueva capital administrativa -Oyala- que se está construyendo en medio de la
selva "después de haber gastado cientos de millones de dólares en la
construcción de edificios gubernamentales tanto en la capital de la isla,
Malabo, como en la ciudad de Bata". El gasto previsto en Oyala
"consumiría la mitad de toda la inversión pública en 2016", alega
HRW después de haber tenido acceso a un borrador inédito de un informe del FMI
de 2016. "Ahora que la economía ha sido doblemente afectada por la
disminución de la producción y los precios del petróleo, es más importante
que nunca que el gobierno invierta fondos públicos en servicios sociales en lugar
de proyectos de infraestructura dudosos" piden desde la organización.