lunes, 12 de septiembre de 2016

SOMETIDOS POR LA MENTIRA Y LA MANIPULACION DE LA DICTADURA


Redacción El Confidencial 

En el azaroso y oscuro transcurrir de los días, los años y las décadas, en la vida política y social de nuestro querido país, Guinea Ecuatorial, cada vez se les  hace más  difícil a nuestra gente  conocer la verdadera realidad de los acontecimientos. Todo se encuentra sometido al imperio de lo oculto, a la burda manipulación y a la mentira institucionalizada. Da la impresión que a los guineanos nos han impuesto una doble vida, en la que la apariencia, convive sin el más mínimo pudor con la realidad. En esta atmósfera viciada a la que nos ha llevado la dictadura, los bulos, las calumnias, las insidias y la intencionada manipulación de la realidad, cobran carta de naturaleza, ya no sabemos donde está el norte, y a veces ni distinguimos los comportamientos limpios de  los más bajos y sucios. A fuerza de tantas mentiras y engaños, hemos llegado a perder la fe en nosotros mismos; muchos incluso ya no creen en un futuro en libertad, porque este les parece continuidad de nuestro presente, o tal vez  regreso a  nuestro pasado.

Desde que se diera por bueno aquel  célebre "Golpe de Libertad" (¡¡Qué sarcasmo¡¡) con el que se "intronizó", a perpetuidad, como presidente Teodoro Obiang Nguema, la verdadera mano ejecutora (y hasta instigadora) de los crímenes de lesa humanidad del régimen de 
Mez-m Ngueme, hemos vivido en una permanente mentira mantenida por el propio Obiang y por todo un elenco de países, de empresarios, de políticos y prohombres (de dentro y de fuera), que consciente e inconscientemente, seguían avivando la farsa, a cambio de no pocos beneficios económicos.

El famoso "ensayo democrático a la acuatoguineana", con el que Obiang Nguema quiso vestir a su régimen de  apariencia de libertad, fue la oportunidad para que el Partido del Progreso llevara su mensaje de verdad, democracia y de liberación a un pueblo, el guineo, cuya dictadura lo había sumido en el peor de los fatalismos. Hay que reconocer, que a pesar de  las  dificultades que la dictadura iba poniendo, el Partido del Progreso se fue abriendo paso en la sociedad guineana, hasta convertirse en un auténtico movimiento de regeneración democrática, que amenazaba con poner  seriamente en peligro  al régimen dictatorial de Teodoro Obiang Nguema. La dictadura con toda la fuerza militar en sus manos y el  control que ejercía sobre la población, no estaba dispuesta a permitir que este Partido diera al traste con el poder que Obiang había conquistado mediante un sangriento golpe de estado contra su tío Macías Nguema. El resultado ya lo conocemos, Obiang no permitió la toma de posesión de los candidatos que habían ganado las elecciones municipales, celebradas el 17 de septiembre de 1995 (la mayoría del PPGE), prohibió al Partido del Progreso, persiguiendo a dirigentes y afiliados, y se aplicó con todos sus medios a amañar las elecciones Presidenciales, que se celebrarían en ese mismo año. Don Severo Moto no quiso formar parte de esa farsa, que suponía la legitimación de este régimen y decidió no presentar candidatura y exiliarse en España. Desde ese momento, Obiang ya no ha vuelto a organizar una sola convocatoria electoral minimamente transparente: todas han supuesto un autentico fraude.

Después hemos visto anunciar a bombo y platillo los denominados  procesos de diálogo incluyentes, vacíos y engañosos como todo lo que hace el dictador, así como,  mesas de diálogo igualmente vacías, organizadas con la ayuda de algún partido de la oposición, para atraer opositores incautos que han seguido cayendo en sus trampas. 

Parece ser que la mentira y el engaño no son patrimonio exclusivo de Obiang. Algunos partidos políticos del interior se han estado presentando a todas las fraudulentas elecciones convocadas por Obiang, alegando que había que hacer oposición dentro del país, y lo que realmente estaban consiguiendo es legitimar internacionalmente, una y otra vez, a la dictadura de Obiang Nguema. No nos engañemos, solo se puede coexistir políticamente con la dictadura si se modera el mensaje a base de adulterar su contenido, procurando no colisionar bruscamente con los  postulados e intereses del régimen. Sabemos que el pueblo guineano ha tomado buena nota de estos comportamientos. 

Desde aquellos amagos de apertura, que trajeron cierta esperanza al pueblo guineano y también la aparición del Partido del Progreso, auténtica referencia en la lucha contra la dictadura, el régimen dictatorial implantado por Obiang se  ha  podido consolidar, provocando el abatimiento y la miseria de nuestro pueblo. Ha continuado cercenando las libertades, encarcelando, matando y robando. En todo este tiempo, los muertos -según las listas cualificadas que han aparecido- superan los 450, o quizás más. El robo al erario publico,  según expertos internacionales, se  estima  en 210.000.000.000 dólares. Esta es la cifra aproximada que Obiang y su familia nos ha robado a los guineanos. Para que nos hagamos una idea, esta cantidad equivale a 50 veces el presupuesto anual en sanidad del país.

Hemos llegado a 2016 y el régimen ya no goza de esa aceptación unánime que le profesaban muchos países, algunos políticos y grandes grupos económicos, es mas, todos ya reniegan de él y solo algunos siguen umbilicados al fluido de su corrupción. También los guineanos han llegado a detestarle de forma abrumadora. Ya nadie se cree las mentiras de Obiang. 

Podemos manifestar que la dictadura está llegando a su ocaso, con un dictador gravemente enfermo, acabando ya sus últimos días. Un régimen totalmente inoperante y agotado, con pocas  posibilidades  de pasar el testigo a su hijo Teodorín. Solo quedan las luchas intestinas para mantener el poder,  entre las diferentes bandas y entre los hombres fuertes de la dictadura. Todos se están moviendo para que en Guinea Ecuatorial, cuando desaparezca Obiang, no cambie el statu quo. Es tanta la fortuna que han amasado a la sombra del dictador, que no saben donde esconderla. En Guinea se está viviendo esta situación con auténtico miedo e incertidumbre: la población (los violentados) atemorizada, sin saber en que va a derivar esta situación y los gerifaltes adinerados (los violentos), asustados por la posibilidad de tener que dar cuentas ante la justicia por ladrones y por cooperadores con el mal.

Otros que se están posesionando son los partidos del interior, aquellos que con mayor o menor intensidad han estado dando cobertura a Obiang, ya están haciendo sus giras  y dando sus mítines, con el objetivo de no perder su posición para cuando irrumpan (si se lo permiten) en el escenario político los partidos exiliados, algunos de los cuales llevan serias y sinceras intenciones de democratizar el país. 
 
Los partidos de oposición, los propios  guineanos del interior y los exiliados, hemos estado esperando mas 37 años a que llegue este momento, para poder desembarazarnos definitivamente de toda dictadura y entrar en un periodo de libertad y democracia. No podemos, por tanto, desaprovechar esta oportunidad. Debemos honrar a todos los guineanos que han dado su vida por la libertad y la dignidad humana y no dejarnos engañar por los cantos de sirena de algunos que nos ofrecerán democracia, cuando en realidad lo que hacen es defender sus privilegios. Por este motivo, los mismos que han llevado a esta sociedad a una total ruina -económica y moral- no pueden ser en ningún caso, adalides de la democracia. Como tampoco, aquellos que han estado cooperando durante mucho tiempo con el dictador, no pueden venir ahora contritos a decirnos que ellos van a liderar el proceso de transición a la democracia en nuestro país.

Ahí tenemos el ejemplo de nuestro vecino Gabón, en el que en las pasadas elecciones la población se ha visto obligada a tener que elegir entre el hijo del antiguo dictador, por una parte o por destacados ministros del antiguo régimen, por otra.