"Las autoridades francesas están en contacto con todas las partes, así como con sus socios africanos e internacionales, para encontrar una solución rápida a esta crisis", ha dicho el jefe de la diplomacia gala en un comunicado.
Ayrault ha reiterado el llamamiento del Gobierno francés a "utilizar todos los recursos previstos por la ley para realizar un examen transparente e imparcial de los resultados de las elecciones presidenciales para que la voluntad popular sea respetada".
"Francia condena todos los actos de violencia perpetrados en los últimos días en Gabón", ha recalcado, recordando que "la acción de los partidos políticos y de las fuerzas del orden debe inscribirse en el marco legal".
En concreto, ha denunciado "el riesgo humanitario" para quienes están encerrados en la sede de la campaña electoral del líder opositor, Jean Ping, rodeados por las fuerzas de seguridad. Además de las "difíciles condiciones sanitarias", ha incidido en que es una situación ilegal, por lo que ha urgido al Gobierno a "remediarla urgentemente".
DENUNCIAS DE FRAUDE
La comisión electoral ha anunciado esta semana que Bongo ha obtenido el 49,8 por ciento de los votos, por delante de Ping --que había asegurado ser el vencedor antes de conocer los resultados oficiales--, quien ha recabado el 48,23 por ciento de las papeletas.
Los miembros opositores de la comisión electoral han rechazado el resultado oficial e incluso uno de ellos, Paul Marie Gondjout, ha denunciado que las elecciones presidenciales "han sido robadas" por el oficialismo.
El anuncio ha desencadenado unas protestas sin precedentes en la capital, Libreville, que se han saldado con varios heridos de bala y el incendio del Parlamento. Más de 1.000 personas han sido detenidas en relación con estas manifestaciones.
El sistema electoral de Gabón contempla que el ganador es aquel que consiga más votos que sus rivales. Bongo, de 57 años de edad, fue elegido en 2009 tras la muerte de su padre, Omar Bongo, que gobernó el país durante 42 años.
Una victoria de Ping, antiguo ministro de Exteriores y presidente de la Comisión de la Unión Africana, pondría fin a medio siglo de gobierno de la familia Bongo en el país.