domingo, 19 de abril de 2015

EL GUARDIA COLONIAL, JOHN-BAR-LEY


Por Severo-Matías MOTO NSA

Estaba Guinea Ecuatorial "disfrutando" todavía de la vida colonial, Yo, apenas tenía diez años. Un día, sábado, estaba mirando, goloso, las  palanganas de "MAKALA" (Buñuelos) que las mujeres "HAUSAS" (Mahometanas) tenían puestas sobre cajones de madera, a la espera de hambrientos y golosos compradores...

En frente, vigilando la entrada a la "Oficina" (así se llamaba el despacho del Comandante Militar colonial español) se paseaba un fornido guardia colonial. Negro de pudo azabache; gigante, emulando a Goliat. Enjuto y serio como el más "ébano" de los árboles; apodado JOHN-BAR-LEY.

De pronto apareció, frente a una de las palanganas de "Makala", un señor, en bicicleta (Niefang y bicicleta eran un sinónimo...) El caballero, sin bajarse de la bicicleta, plantó su pié izquierdo sobre uno de los cajones  que sostenían las palanganas de  "Makala". Preguntó por el precio. Al renunciar a la compra, el caballero hizo un impulso con su pié para salir del sitio; con tan mala suerte, que el cajón se tambaleó y la palangana se volcó tirando por los suelos todo el rico contenido.
Al grito desesperado de la "Hausa", viendo cómo se escapaba el caballero de la bicicleta, el gigante guardia colonial, JOHN-BAR-LEY, acudió, raudo en persecución (¡a pié!) de la bicicleta. Al cruzar el famoso puesto de "control" y llegar a la altura de la factoría de "Salgado", JOHN-BAR-LEY alcanzó a la bicicleta. Incrustó su porra entre las varillas de la rueda trasera, y cayeron al suelo, bicicleta y caballero.
Alertados por los porrazos, las patadas del guardia colonial mezclados con los gritos lastimeros del caballero abatido en el suelo, así como la confluencia de curiosos espectadores, aparecieron por la puerta de la factoría "Salgado" dos colonos blancos. Escandalizados por el infernal y bochornoso espectáculo, soltaron los dos un grito de desprecio: "¡MIRA CÓMO SE MATAN ENTRE ELLOS MISMOS...!"
Pocas cosas tan nefastas y dignas de rechazo como el ESCAANDALO. Qué diría el guardia colonial guineano, JOHN-BAR-LEY ante esta imagen, viendo a todo un DON RODRIGO RATO, ser metido en un coche, de una bofetada en la nuca? Y ese "aplauso" del compañero del guardia…?
¿A quién (siendo español de nacimiento; hispano de linaje y ascendencia cultural, y teniendo a España como referente y horizonte de derechos humanos y democracia...) no se le escaparía aquella famosa frase: "¡ME DUELE ESPAÑA!"?