jueves, 15 de mayo de 2014

ANTONIO MBA NGUEMA, ARMENGOL ONDO NGUEMA, (HERMANOS DE OBIANG NGUEMA), Y YO.

                                                     
                                                                                          
Por Severo-Matías Moto Nsa, Presidente del Gobierno en el Exilio del Partido del Progreso
El día 25 de febrero de 1983, un año después de haber abandonado mi país, tras presentar mi dimisión (como Secretario de Estado de Información y Turismo) a Obiang Nguema Mbasogo, presenté en público el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, en el salón de actos del Club Internacional de Prensa, de Madrid.

Cinco años después, tras haber logrado elaborar, desde la “maternal” sede del P.D.P. (Cedaceros…) una dilatada conexión internacional del Partido, los directivos decidimos trasladar el Partido del Progreso a Guinea Ecuatorial, auténtico y genuino destinatario del proyecto del PP.
 Ahí llegamos, un 5 de junio de 1988. La primerísima experiencia vivida y sentida en mis carnes, al llegar a Malabo, fue la de una gran soledad; y a pesar de que viajaba conmigo, ni más ni menos que el Vice Secretario de la Internacional Demócrata Cristiana –hoy, de Centro- Don Andrè Louis (q.e.p.d.), después de superar aquel extraño  túnel de dos hileras de militares fuertemente armados, entre los que me hicieron pasar para ir en busca de mi maleta; después de superar los manoseos de los milicianos en el Aeropuerto, logramos acceder a la ciudad de Malabo.
NO HAY HABITACIONES (PARA NOSOTROS) EN LOS HOTELES DE MALABO
Aquel 5 de junio  de 1988, que coincidía con el aniversario del nacimiento de Obiang Nguema, día consagrado, en Guinea Ecuatorial (según nos informaron) como “Día del Intelectual Guineano” (¡Contrasentidos que tiene la vida!); pues resulta que siendo nuestra presencia en Malabo el único acontecimiento extraño, raro, curioso y de cierta repercusión internacional, por lo tanto que atraía la atención, no había alojamiento en ningún hotel importante de Malabo, para nosotros. Todos los hoteles estaban  “ocupados”, y no había más habitación que –afortunadamente- para nuestro ilustre acompañante, Secretario Adjunto de la IDC, Andrè Louis.
HOSTAL BANTU: UN BURDEL QUE “RESUCITABA”
Hasta que, después de cansarnos de buscar alojamiento en los hoteles de Malabo, fuimos a parar al “Hostal Bantú”. Mientras formalizábamos nuestros  papeles y pagábamos, por adelantado, los quince días calculados de nuestra estancia en el Hostal Batú, vimos, sorprendidos, cómo se vaciaba el hostal, de  clientes. Al vernos extrañados, el gerente del Hostal nos confesó: “¡¡Me habéis dejado sin gente!! Menos mal que, por lo menos, vuelvo a tener clientes, como vosotros, que pagan. Aquí, cada  mandamás tiene una  habitación  reservada para pasar horas o noches con sus “míningas” (fulanas); y nunca pagan. Se escapan, porque han  llegado ustedes.”
En ese Hostal, (entregados a las manos del Prestigioso e ilustre amigo, el  Doctor Elías Maho, que nos curaba de las infecciones que nos asediaban en aquel burdel, imposible de salvar sin desinfectantes, legías, sal fuman, desodorantes y otros potingues) residimos los quince días pagados de estancia, mientras esperábamos la respuesta del régimen a nuestra propuesta o petición de legalización del Partido del Progreso. (Propuesta, por cierto, rechazada con  gestos de violencia y castigo a todo funcionario que pretendiera recibir y registrarla)
¡ANTONIO MBA NGUEMA SE ME ACERCA…!
Los días se me agotaban, en medio de una vergonzante soledad; solo interrumpida por la presencia provocativa de algún grupo de harapientos milicianos, paseándose por delante de mí y escondiéndose detrás o debajo de los destartalados camiones viejos, abandonados en la calle, frente al Hostal.
Envuelto en esta soledad me hallaba, cuando una tarde, sentado en la terraza del Hostal, vi parar, frente al recinto, el coche del hermano de Obiang Nguema, Don Antonio Mba Nguema, quien nunca se ha bajado de las altas categorías de la Seguridad del entorno de su hermano y del  Ministerio de Defensa.
  • Siéntate aquí -me invitó con voz suave y  apagada, mientras me alargaba la mano para responder a mi saludo. 
Sin consultarme, ordenó al camarero que nos trajera dos whiskies.
  • Quiero saber, exactamente, a qué has venido a Guinea y qué quieres hacer…
Su semblante, tras la pregunta, pareció cambiar de repente. Y de aquel Mba Nguema cejijunto y siempre con gesto entre sonriente y burlón, parecía tornarse enfadado. 
  • He traído unos documentos para pedir la legalización del Partido del Progreso y un proyecto de salida institucional al régimen. Pero no me recibe nadie…
  • Han dicho aquí que vienes con armas para “romper el gobierno”
Me invitó a levantar el vaso de whisky, mientras, con tono absolutamente conciliador y rostro totalmente distendido, me preguntó:
  • ¿Ya te ha recibido este…?
  • No me ha recibido nadie
  • Me refiero al jefe…
  • No; no me ha recibido.
  • ¿Cuánto tiempo piensas estar aquí?
  • Ya solo me quedan dos días. Tengo que ir a Roma a la Internacional Demócrata Cristiana. Mi partido va a entrar en la IDC, de pleno derecho, después de este viaje.
  • ¡Vaya! Quiero ver si te recibe este… No sé si habrá tempo.
La conversación transcurrió, cada vez más distendida,  mientras apurábamos nuestros wiskis.
PRESIÓN SOBRE OBIANG NGUEMA
Me llega la información de que, a propósito de las presiones que gravitan sobre Obiang Nguema y su régimen, para que acepte reunirse con la oposición y pactar su salida pacífica e incruenta del poder; y muy especialmente, tras la aparición de la coalición CORED y su reunión en Madrid, Antonio Mba Nguema, parece intentar retomar aquel diálogo de 1988… Y junto al otro hermano de Obiang Nguema, Armengol Ondo Nguema, están intentando presionar a Obiang Nguema, para que, agarrándose a la “mano tendida” de la oposición, se someta al diálogo con la oposición y  al pacto por la salida pacífica de la dictadura. Única manera de que nos salvemos todos de la quema…
(Mi próximo artículo versará sobre Armengol Ondo Nguema… mientras esperamos la reacción  y decisión final de Obiang Nguema).