domingo, 26 de enero de 2014

EFEMÉRIDES GUINEO ECUATORIANAS DEL PARTIDO DEL PROGRESO. -EN CLAVE DE TERROR Y MUERTE-.

                                                                            

Por Severo-Matías Moto Nsa

24 de Enero de 1995.- Ayer, 23 de Enero, los acontecimientos se desarrollaron con una velocidad tan  vertiginosa, lo mismo que lo eran de terribles y terroríficos. A las ocho de la mañana, me  trajeron la citación de la Dirección General de Seguridad, para que me presentara ante Manuel Nguema Mba; tío de Obiang Nguema y tétrico Director General de Seguridad del régimen dictatorial. A las  once y media, apareció Nguema Mba en la sala donde yo esperaba. Me invitó a seguirle, escaleras abajo. Me ofreció  subirme a su coche. Poco después, paraba el motor del coche frente a la puerta del Tribunal de Apelación de Malabo. Ordenó  que compareciera el Juez de Apelación. Tras una breve conversación, aparte y en secreto con Nguema Mba, el Juez me invitó a entrar en su despacho. Apenas me senté frente a Juez, y mientras me preguntaba si tenía abogado, entró, en el despacho, sin más, el “Comisario X”. El juez le invitó a abandonar el despacho. Pero el “Comisario X” se aferraba a invitar al Juez a escucharle en secreto. A la tercera, el Juez amenazó con abandonar el despacho si no se marchaba el “Comisario X”                                                                                                                                                                
- ¡Estoy interrogando a este señor; y usted no puede estar aquí. Si no, me voy; y usted se queda aquí con él!
EL CAMINO DE “BLACK-BEACH”

Dos días antes, el Secretario de Finanzas del Partido del Progreso, Don Tomás Eló Akaa, había sido detenido y recluido en una de las celdas del infernal Black-Beach. Acusado de haber intentado recabar información, a través de su yerno, (Minang) Secretario particular del terrible Manuel Nguema Mba, sobre las labores de tráfico de droga que todo el mundo sabía que realizaba el Presidente Obiang Nguema. Todavía estaba en la mesa del Secretario particular, el atestado, por el que se había condenado a un joven que trabajaba en la casa de Obiang Nguema y que se había hecho (robado) con un buen  alijo de droga y cantidad importante de dinero.
La P.O.C. se preparaba a desplazar una Comisión Inter-partidista a lo largo y ancho del país para verificar el nivel de implantación y la fuerza de conexión con el pueblo, que tenía cada uno de los partidos de la P.O.C.,  a los efectos de elegir la cabeza de lista de las cercanas elecciones municipales de 1995. Tomás Eló, Jefe de la Delegación del Partido del Progreso, estaba ya atrapado en la celda de Black Beach; y, naturalmente, no podía estar en la Comisión interpartidista. Mi detención era, obviamente, esperada. Yo  sabía que el destino era directamente Black-Beach, al encuentro de mi Secretario de Finanzas.

UN POLÉMICO VIAJE A WASHINGTON: “LA PINZA”

Pero, ¿Por qué había sido detenido Tomás Eló Akaa?
Yo realicé un viaje a los Estados Unidos de América a finales del año 1994, concretamente, en el  mes de noviembre. Durante este viaje y en mis contactos con la Administración, en diferentes departamentos, se me preguntó y respondí,  todo lo que sabía, sobre la dedicación de Obiang Nguema al tráfico de droga por el mundo. A la vuelta de Washington, ya  en España, fui entrevistado por el periódico “Diario16” sobre mi viaje y la situación de Guinea Ecuatorial. Tanto en mis contactos en América, como en la entrevista en “Diario16” alerté sobre la más que previsible posibilidad de que la P.O.C. ganara las elecciones municipales y la segura reacción airada que ese hecho iba a provocar en el régimen militar de Obiang Nguema; como efectivamente sucedió el 17 de septiembre de 1995.
Publicada la entrevista, en un formato, de  amplio cuerpo del “interrogatorio” (dos páginas) y una columna adicional de “pregunta y respuesta” breves, fui informado de que dicha entrevista había causa un gran furor y enfado en el Ministerio español de Asuntos Exteriores. Fui requerido urgentemente por el, entonces, Directos General para África y Oriente Medio, Miguel Ángel Moratinos Cuyaubé, quien  me transmitió el gran enfado del Ministro por algunos puntos de la entrevista; muy concretamente, sobre el titular insertado por el periodista: “Severo Moto acusa a España de proteger a Obiang Nguema”. Otro punto de enfado era la falsa interpretación que el Director General hizo de la respuesta rápida que di a la pregunta rápida sobre S.M. el Rey de España, en la columna adicional d la entrevista. El rápido desmentido que hice de las acusaciones  dejó muy claro que el enfado, en realidad, era mi denuncia sobre el tráfico de droga contra Obiang Nguema en declaraciones, en los Estados Unidos de América y en el “Diario16”. Me llegó, estando aun, en España, el furor y rabia que Obiang Nguema despedía contra mí, a propósito de esta situación. Era motivo más que suficiente para que yo decidiera no regresar a Guinea Ecuatorial. Extrañamente, fue la propia Dirección General de África, Miguel Ángel  Moratinos y el llamado Embajador Especial, Gómez, quienes se cuidaron de presentarme un camino casi de flores para regresar a Guinea Ecuatorial. La pinza entre la Dirección General de África y Obiang Nguema estaba formada. Y yo, en medio, para ser exprimido y ahogado…
La razón de la detención de Tomás Eló y mi conducción al Juzgado, no era otra que mis declaraciones en América y en España, acusando a Obiang Nguema de tráfico de droga. Este encuentro en el palacio de Santa Cruz era la oficialización de la ruptura del fluido lazo de  estrechas relaciones y contactos permanentes que, hasta ese día, me unieron siempre con  el Ministerio de Exteriores  español.

ATRAPADO EN LA “PINZA”

Ya, en manos de la Justicia de Obiang Nguema en Malabo y ante el Juez de Apelación (hijo de un fiel Secretario General del Partido Democrático de Obiang Nguema) hube de afrontar las acusaciones de “Injurias contra el jefe del Estado”. El Juez estaba ya exhausto y cansado por la insistencia del “Comisario X” y  las molestas llamadas telefónicas de Manuel Nguema Mba para que acelerara mi envío a Black-Beach (Era viernes; lo que permitía aprovechar el largo fin de semana para, el lunes o martes siguiente,  informar oficialmente a la población, que: “Severo Moto se ha escapado de la cárcel y el Gobierno está preocupado por su paradero…”)
Fue impresionante, la presteza, acierto y tino con que se movieron los jóvenes con los que yo compartía la sede central del Partido del Progreso. Se esparcieron por toda la ciudad de Malabo, en busca den información… Consiguieron recabar información hasta del “sanedrín” formado, ese día, en la vivienda de Ricardo Mangue Obama Nfubea (camino de Luba) donde se diseñaba todo el plan del destino que me esperaba y de donde viajaban insistentemente hacia el Juzgado, tanto el terrorífico asesino oficial de Obiang Nguema, Cayo Ondo Mba Angué, como Manuel Nguema Mba, insistiendo al Juez que me bajara a Black-Beach, sin más trámites…
El Juez, a pesar del acoso, presión y órdenes recibidas de la llamada “Autoridad” siempre oculta y desconocida, decidió, por escrito, y por todo castigo inicial, reducirme al arresto domiciliario en la sede central del Partido del Progreso. Introducido en el furgón policial y sin saber cómo, los chavales del Partido del Progreso se metieron en el furgón para obligar al conductor a no equivocarse y llevarme a la sede del Partido, según orden del Juez; y no a Black-Beach.
Para cuando llegó el furgón de la policía a las puertas de la sede del Partido del Progreso, Cayo Ondo Mba Angué, ya estaba frente a la puerta que daba acceso a la sede del Partido del Progreso, para impedir mi entrada. ¡Qué suerte, qué casualidad!; o cómo conocería el Juez el percal que,  mientras le pedíamos y rogábamos a Cayo que obedeciera la orden del Juez, apareció el vehículo de este:
"Mira, señor: Como Juez, he decidido que este señor esté en arresto domiciliario, en su sede. Todo lo que le suceda, a partir de ahora, no me hago responsable". 
El Juez se largó. Cayo frunció el ceño; tragó un golpe de saliva y se retiró, avergonzado. Pero aquella  misma madrugada…. (CONTINUARÁ)