martes, 24 de diciembre de 2013

Están haciendo historia




Como todos los años por estas fechas recibí el mensaje del Presidente, Severo Moto, para acompañarle en la tradicional comida de Navidad. Qué duro es el exilio, pensé y más teniendo al alcance de la mano un cambio que afectaría, directamente, a miles de personas. Entiendo el exilio como la expresión viva de la injusticia y siempre he sentido inclinación por apoyar proyectos civiles que demuestren que vivir con Dignidad es posible.

Severo Moto, al que tengo el honor de conocer desde hace muchos años, me ha enseñado a ver más allá de los espejismos y a mantener la ilusión a pesar de la hostilidad reinante. Un año más hemos quedado para comer y aún careciendo de todo no nos ha faltado de nada. Nos hemos encontrado y nos hemos abrazado. El bar donde solemos quedar me recuerda a los escenarios de los relatos costumbristas españoles sobre los exiliados en Francia o en otros países. El Vicepresidente, Armengol Engonga, no pierde la ilusión y persevera en su optimismo. Sabe, lo sabe muy bien, que los grupos funcionan cuando hay liderazgo, buenos proyectos y equipo para ponerlos en marcha. El binomio, Moto-Engonga, ha cumplido con creces la primera fase de esta Operación que hará historia.


Guinea Ecuatorial, ese pedacito de África que habla español y nada en petróleo, es tema de conversación en una sobremesa animada y colorista. Se habla de una democracia africana frente a la manera occidental, de costumbres y estrategias de convivencia pero sobre todo se piensa en la gente, en la sociedad que conforma esa República fruto del abandono de la Metrópoli.

Severo Moto es un ejemplo de cómo se pueden cambiar las cosas. Las transiciones políticas son muy diferentes y dependen de factores que se nos escapan. La transición española se sucede tras la muerte de Franco mientras en Sudáfrica se pacta entre partes antes antagónicas o el desastre de Yugoslavia o las primaveras árabes … cada acontecimiento social tiene un coste.

Moto, una vez más, nos ha recordado que se puede hacer política de muchas maneras; que estar comiendo juntos, cuando estamos tan escasos de recursos, se consigue a base de mucho esfuerzo y ha agradecido al Vicepresidente, la incombustible capacidad de trabajo que tiene. En sus palabras, el Presidente, ha reflejado que el tiempo está consiguiendo que los equipos, la ideas y objetivos del Partido del Progreso, sean cada vez más sólidos y eficaces. Moto ha dicho que no duda de que se va a llegar a Guinea Ecuatorial y que el sentido común se va a imponer, tarde o temprano. Los guineanos, ha recordado, tienen la posibilidad de vivir infinitamente mejor que ahora. La experiencia del Gobierno en el exilio, ha dicho Severo Moto, nos ofrece la posibilidad de hacer cálculos,conjeturas y pronósticos de una manera eficaz y muy práctica. Así, ahora, si gobernara el Partido del Progreso se habrían notado cambios tan espectaculares que serían incluso irritantes.


El Gobierno en el exilio tiene planes concretos para construir y levantar el país sumido en la corrupción y el crimen organizado. Un nuevo concepto de sociedad, totalmente participativa y dueña de si misma. Se armonizaría la vida residencial, las zonas productivas y el privilegiado entorno natural. Se potenciarían los negocios y actividades empresariales que hicieran crecer el país. Se le dotaría de seguridad jurídica y empezaríamos a someternos a los estándares más rigurosos en cuanto a sanidad y educación.

Guinea Ecuatorial, ha comentado Moto, con la Democracia, pasará de ser un nido de piratas a un paraíso de extraordinario atractivo.

Los guineanos lo saben. Saben que quieren vivir mejor, ser considerados como un país serio y respetados en el entorno internacional pero para eso hace falta que los resortes del poder no estén en manos de cleptómanos analfabetos e impertinentes.

En la comida, de lo más variopinta, se han dado cita guineanos de todo tipo y condición y como decía Armengol, en la variedad está el gusto y lo más importante es que todos ellos son de un valor incalculable para la construcción de la nueva Guinea Ecuatorial. Los hay españoles, como yo, pero de origen guineano y que aportarían todo su saber y su talento. Ingenieros, mecánicos, médicos, abogados, maestros y hasta policías, funcionarios o militares. Guinea Ecuatorial está muy dentro de España pero España mira para otro lado.

Estos españoles guineanos sienten la tierra y los colores de su bandera. Obiang se deshizo de buena parte de ellos para rodearse de aduladores mucho más lerdos que él, que ya es decir. Guinea Ecuatorial está en manos de una banda que hace imposible cualquier cambio que dignifique la vida de sus habitantes.
Algunos guineoecuatorianos nos comentaban que hay un gran deseo de cambio en el país. Que esperan a Moto y su partido y que abrirán los brazos a los retornados, como no puede ser de otra manera. Moto insiste en que la vida va a mejorar de forma extraordinaria y que habrá que trabajar mucho para erradicar enfermedades como el paludismo o la corrupción. Los jóvenes quieren aprender y trabajar en vez de huir y jugarse la vida de manera gratuita. Está todo por hacer, se van a gestionar con justicia los recursos públicos. El escenario es muy prometedor y además, apuntaba el Presidente, podemos llegar a ser una referencia para otros países. Así que no lo olviden, están haciendo historia.