sábado, 8 de septiembre de 2012

OBIANG EXPULSA A 475 TRABAJADORES EXTRANJEROS


Exilio en España, 8 de Septiembre del 2012. Obiang Nguema ha expulsado este miércoles a 475 trabajadores, la mayoría de países francófonos y originarios del Africa Central y del Oeste. A pesar de que Guinea Ecautorial sigue recibiendo cada mes centenares de emigrantes procedentes del resto de países africanos, atraídos por el boom de la extracción de hidrocarburos. 

Sabemos que este ha sido otro nuevo acto insolidario, arbitrario e ilegal de Obiang, que se mueve siempre con la falsedad y por la conveniencia. Está claro que en GE no rige el imperio de la ley, todo se hace a capricho del dictador, no existe el derecho de los trabajadores, ni la más mínima solidaridad con los emigrantes, ahora tocaba un gesto de represalia para con la comunidad francófona, por aquello de que la justicia francesa no ha querido dar  su brazo a torcer, por lo que seguirá adelante con la orden de busca y captura contra Teodorín.

Con este acto Obiang está demostrando que no tiene la más mínima compasión con la gente pobre, ni con los guineanos, ni con sus vecinos africanos. Otra cosa diferente es el trato que dispensa a los gobernantes africanos, a los que compra con grandes cantidades de dinero procedente de esas riquezas, que administra como suyas, para que legitimen al régimen corrupto y asesino que ha instalado en nuestro país.

En Guinea Ecuatorial no existe la ley, ni se observa el derecho internacional sobre expulsiones y detenciones. Nuestro Presidente Severo Moto conoce muy bien como se trata a los detenidos. Estos son llevados a la cárcel sin ningún registro de entrada, "hasta nueva orden", por lo que muchos presos pasan largos años encerrados sin siquiera saber de que se les acusa, y cuando al gerifalte de turno, "le da la gana"  echarlo a la calle, no consta en ningún escrito que esa persona ha estado en la cárcel por ese tiempo.

Nuestro país no puede ser un caso a parte, está obligado a acatar las leyes internacionales relativas a los derechos individuales de las personas. Es necesario hacer valer el imperio de la ley en todos los aspectos y sin discriminación. Pero de un gobierno ilegal, tal y como demostramos en un artículo en esta página, no se puede esperar que este acate la legalidad. Solo esperamos su desaparición para dar paso a un proceso de elecciones libres, mediante el cual los guineanos podamos elegir a un Presidente legal,  legítimo y democrático.