martes, 18 de septiembre de 2012

EL "ENSAYO” DEMOCRÁTICO DE OBIANG NGUEMA. ¿QUE PASÓ CON LA P.O.C.? (I)

                   Bata 1995, durante un mitin del Partido del Progreso.

Iniciamos aquí un ciclo de cinco artículos, con la intención de hacer un riguroso recorrido histórico a través  de aquellos años en los que se iniciara en nuestro país, aquel intento de apertura democrática, forzado por la comunidad internacional y que fue bautizado por el mismo Obiang como  "ensayo democrático a la ekuatorguineana". Como sabemos, y para nuestra desgracia, dicho proceso  fue dinamitado por la acción directa del dictador Obaing Nguema y por la mezquindad de algunos destacados líderes opositores. Nos lo cuenta, de forma magistral, como siempre, Don Severo Moto, uno de los actores  más sobresalientes  de aquella aventura hacia la democracia.

Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso y Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial.


Puedo permitirme la libertad y, casi, el derecho de hablar, con conocimiento de causa,  sobre el fracasado proceso de democratización de Guinea Ecuatorial.
A finales de los años 80, muy concretamente 1989, coincidiendo con la determinación de la Unión Europea de romper con el tabú de la famosa "No injerencia en los asuntos internos de otros países" (África, Caribe, Pacífico) con los que Europa y el mundo occidental mantenían ventajosísimas relaciones comerciales, económicas y de toda índole; menos políticas y de derechos humanos...(materia, entonces, tabú) tuve la gran oportunidad de "patear" Europa (Francia, Alemania Bélgica) con  el propósito y finalidad de trasladar a sus Gobiernos, Parlamentos e Instituciones políticas y democráticas, la inquietud que nos carcomía por la situación de Guinea Ecuatorial, atrapada en las manos de una férrea dictadura militar, protagonizada por el ex-guardia colonial Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.

La visita a Alemania, su Gobierno (Ministerio de Asuntos Exteriores) su Parlamento (Bundestag) alguna de sus Instituciones (Cöniç Winter) nos sirvieron especialmente de vía y orientación, sobre cómo conseguir que Occidente (Unión Europea, en concreto) se implicara, de forma global en la problemática de Guinea Ecuatorial, un pozo sin fondo de corrupción; río revuelto para avispados pescadores europeos, chinos, soviéticos cubanos…
"España, la potencia colonizadora de Guinea Ecuatorial, tiene a ese país africano, metido en el bolsillo; y no quiere que nadie se meta en la solución del problema de derechos humanos que planteáis". 
La contestación del alto miembro del Ministerio alemán de Asuntos Exteriores, nos sonaba a lluvia que caía sobre mojado, en base a nuestras sospechas y convicciones. Y el alto funcionario alemán del Ministerio de Asuntos Exteriores, concluyó: "Ya que perece que tenéis buenas relaciones con importantes personalidades del Ministerio Español de Asuntos Exteriores, decidles que presente en la mesa de trabajo del Parlamento Europeo el tema de Guinea Ecuatorial como un problema a resolver, por la Comunidad Europea. La propuesta española, será objeto de la creación de una Comisión de Trabajo, que elaborará un Informe que será estudiado por la Comisión de Exteriores, cuyas conclusiones serán presentadas a la Asamblea General del Parlamento Europeo; y una vez votada, positivamente, por unanimidad, será de obligada aplicación y observancia para todos los miembros de la Unión Europea".

Mi primer viaje a Guinea Ecuatorial, en plena vorágine dictatorial de Obiang Nguema, en 1988, fue un primer intento de constatar la reacción de una dictadura africana, ante una Delegación del Partido del Progreso, presidida por mí; reforzada por el entonces Secretario General del Partido del Progreso, el Ilustre Letrado José Luis Jones Dougan; arropada por el Secretario General Adjunto de nuestra Internacional Demócrata Cristiana, Adré Luois; y la cobertura informativa de "El Mundo" y "El País".

Veintitrés días en Malabo, empeñados en el inútil intento de presentar los documentos de petición de legalización del Partido del Progreso, y de solicitar un amplio diálogo para facilitar la salida por vía institucional al régimen dictatorial, dieron, como resultado, el silencio y la cerrazón tanto del Gobierno como de la Administración Obiang, que no aceptaba recibir los documentos; sino que cesaba a todo funcionario que se atreviera a recibir y tramitarlos. Solo pedíamos, rogábamos, suplicábamos la legalización del Partido del Progreso y un diálogo abierto y franco con la dictadura. 

Dejé pasar otros cuatro años, rezagado en el exilio; después de haberme negado a la propuesta de Eloy Eló, de aceptar un Ministerio de Obiang Nguema y abandonar el Partido del Progreso.

La tozudez y la resistencia que nuestra afiliación política democristiana  imprimió en nosotros, desde la fundación de nuestro partido, hizo que volviéramos, cuatro años después, a Guinea Ecuatorial, a solicitar la legalización del Partido del Progreso. Esta vez, sí. La presión internacional, antes explicada, jugó una decisiva baza a la hora de ponerse en marcha el inicio del proceso de transición democrática. Había que contar con la presencia de Obiang Nguema, presidente de la dictadura de Guinea Ecuatorial.

EL PAPEL DE OBIANG NGUEMA; DICTADOR, ARBITRO Y MODERADOR.

Obiang Nguema Mbasogo, ante la evidencia y la "casi" irreversibilidad que el apoyo internacional imprimía al proceso, se aprestó a nombrarse "árbitro y moderador del proceso".  No contento con eso, bautizó el proceso con el destartalado, cobarde y retrógrado calificativo de "Ensayo Democrático a la Ekpuatorguineana". Ya, desde ese mismo momento el proceso de democratización quedó herido de muerte.

Resulta impresionante ver (¡¡¡20 años después!!!) de qué manera Obiang Nguema, su régimen y sus acólitos (oposición legalizada, interna, incluida) siguen reconociendo públicamente su inutilidad e incapacidad de avanzar y prosperar en el proceso; y se refugian en el eterno término de "Ensayo democrático a la ekpatorguineana" para referirse al estrepitoso fracaso del proceso iniciado y frustrado hace ya 20 inútiles años.

En sus discursos más recientes siguen llamando, (con una fruición, gozo y triunfalismo sorprendentes) "Ensayo democrático a la ekpuator-guineana". Y todos tranquilos, callados y felices. 20 años ensayando, no pueden más que intentar demostrar que todo el pueblo guineano, liderado por Obiang Nguema, está sumido en la incapacidad e impotencia mental de haber aprendido, en 20 años, a ser un pueblo libre, defensor de sus derechos humanos, de expresarse libremente en las urnas libres y limpias, de exigir el respeto a sus derechos humanos, a ser feliz. Lo mismo que el dictador, hundido en su deprimente y peligroso complejo de inferioridad cultural, repite siempre "Yo sé que no he estudiado mucho; pero que nadie piense que ha estudiado mucho" De la misma manera se empeña en demostrar que nadie, en el pueblo guineano, debe pensar que ya ha aprendido; ya que él mismo está anclado en un eterno ensayo democrático. Conseguir que todo el mundo piense que no ha aprendido aún, 20 años después, ha sido un espectacular logro de Obiang Nguema y de sus apoyos nacionales e internacionales.