El Tte. Coronel Teodoro Obaing Nguema
Exilio en España, 30 de Agosto del 2012. Generalmente, a la hora de enjuiciar el régimen dictatorial imperante en Guinea Ecuatorial, pocos suelen advertir un aspecto muy importante, y es que este gobierno, el de Teodoro Obaing Nguema, es absolutamente ilegítimo e ilegal. Sabemos que Obiang tomó el poder mediante un golpe de estado contra un gobierno, el de su tío Macías, que en su inicio era legítimo, ya que accedió al poder por votación popular en unas elecciones generales y libres. Bien es sabido, que los abusos, asesinatos y arbitrariedades que perpetrara contra su pueblo, le hicieron perder toda legitimidad. Según el Derecho Internacional, que regula la relación entre los estados, un golpe militar contra un régimen asesino, puede ser legítimo siempre que con este se pretenda conseguir un bien mayor. Aunque para poder ser aceptado, en todos los casos, ha de ir precedido del compromiso de devolver, lo antes posible, (en un plazo no superior a un año) la soberanía que le fue arrebatada al pueblo, mediante la convocatoria de elecciones generales, en las que se elegiría un nuevo gobierno sobre el que recaería la legitimidad perdida. Está demostrado que Obiang Nguema, con el golpe militar contra su tío, no pretendía estos objetivos, sino todo lo contrario, perpetuarse el como nuevo dictador.
Si examinamos el itinerario del actual régimen de Guinea Ecuatorial, advertimos que no reúne ninguna condición para que pueda ser aceptado como legítimo. En su famoso "Golpe de Libertad" de 1989, el teniente-coronel Teodoro Obiang Nguema, promete dejar el poder en manos de un civil, mediante la puesta en marcha de un proceso electoral transparente. Después olvida esta promesa y crea el Consejo Supremo Militar, en el que se sitúa el mismo como Presidente. Ese mismo Consejo, en 1982, le nombra Presidente de la República por un periodo de siete años, periodo que utiliza para depurar la cúpula militar, eliminar a la oposición y afianzar el control de todos los estamentos del Estado. En 1989, convoca las primeras elecciones presidenciales bajo una lista única, la encabezada por el mismo. A partir de 1991, inicia un proceso de apertura, indispensable para que continuara la ayuda económica de España, Francia y otros países. Ante el anuncio de esta tímida apertura, muchos opositores políticos regresan a nuestro país, sólo para ser encarcelados por Obiang. Las legislativas de 1993 las vuelve a ganar por amplia mayoría, a pesar de que el opositor Severo Moto forzó la abstención y esta llegó al 80%. Todo había sido una farsa de Obaing, que volvió a burlarse de nuevo de la comunidad internacional.
Cuando la POC (Plataforma de Oposición Conjunta) ganó las elecciones Municipales de 1995, Obiang se negó a entregar el gobierno de los ayuntamientos, sentenciándolo con una célebre frase: "vosotros habéis ganado las elecciones ¿y ahora quién os entrega el poder"?. Con esta frase revela sus verdaderas intenciones, que no eran otras que las de perpetuarse como dictador vitalicio. En las elecciones Presidenciales de 1996, se decreta una ley hecha a medida del Presidente, que impide la presentación en las mismas al candidato de la POC. Consecuentemente, Obiang fue reelegido con el 98 % de los votos.
Las elecciones legislativas de marzo de 1999 vieron un nuevo triunfo aplastante del PDGE, esta vez Obiang se había sabido acompañar de un rosario de partidos comprados, en coalición con el suyo, más la suma del CPDS y UP, con lo que había conseguido de nuevo otra argucia para volver a frenar las presiones de la comunidad internacional. Las elecciones Presidenciales del 2002 y del 2009, siguieron la misma tónica: las recomendaciones de Severo Moto a no acudir a votar, así como sus continuas denuncias de fraude electoral, la presencia del CPDS y UP en dichos comicios y, en las dos ocasiones, una victoria aplastante del partido gubernamental, el PDGE.
Con estos antecedentes, está claro que el gobierno de Obaing Nguema, es un régimen ilegítimo, ilegal y desligitimado, tanto por su pueblo, como por la Comunidad Internacional. Y por tanto, cualquier medida de fuerza, que se pueda fraguar en el interior, bien por un levantamiento popular, o bien mediante una asonada militar, que tenga como principal objetivo la devolución de la soberanía al pueblo guineano, estaría plenamente justificada. De la misma forma, una medida de fuerza contra este régimen, por parte de la comunidad internacional para acabar con la dictadura e iniciar un proceso de transición a la democracia, sería totalmente legítima y por tanto, ajustada al Derecho Internacional.