miércoles, 6 de junio de 2012

EL REGIMEN DE OBIANG SE RADICALIZA PELIGROSAMENTE




Análisis 

Ha bastado que la justicia francesa decretara la orden de busca y captura sobre Teodorín, para que el régimen de Obiang se enrocase en sí mismo. Este ha advertido ya que sus enemigos exteriores van en serio y que su pueblo, del que creía que le adoraba, tal como un dios en la tierra, manifiesta públicamente su descontento. La solución que ha adoptado Obiang, no es otra que la de cerrar filas entre los miembros de su familia, junto con todos los incondicionales (los que no tienen más remedio que mostrar fidelidad) y dar varias vueltas de tuerca más a la presión que ejerce sobre el resignado pueblo de Guinea Ecuatorial. Esta es la última fase de todos los dictadores: el endurecimiento de sus posturas, mediante el toque de arrebato para defender todos juntos el gran negocio que supone el robo y la relegación política y social de la mayoría de los guineanos, por parte de la elite gobernante.  Este última  etapa  supone  una radicalización violenta  y muy peligrosa para nuestro pueblo, porque ahora la dictadura lucha por su supervivencia, y si es necesario, morirán matando.

Hasta nosotros ha llegado la noticia de que Obiang, Teodorín, o ambos juntos, han dado instrucciones a su Embajada en Madrid, para que "inviten" a regresar a todos los disidentes a su país , so pretexto de que en Guinea existe ya plena libertad y que se acabaron las represalias contra ellos. Si algunos "rebeldes" no aceptan regresar, el régimen se va a encargar de pagar a meretrices congoleñas y nigerianas, para que hagan su trabajo. Ya sabemos la habilidad con la que estas coimas manejan los diferentes venenos.

Ahora Obiang, en su locura, quiere que los disidentes vuelvan a Guinea, se vistan con esas horribles chupas de colores, con la esfinge del dictador impresa, y a modo del pasado V Congreso del PDGE, le llenen de alabanzas y le rindan pleitesía de vasallos, tanto a el como a su sucesor Teodorín.

Obiang está "condenado" por sus malas aciones, a seguir este itinerario. Primero, a cambiar la Constitución para preparar la  sucesión por su hijo Teodorín. Después, desconcertado por la persecución judicial contra este, convoca el V Congreso para reafirmar (a desgana) su presidencia de forma vitalicia. Obiang no se siente con fuerzas para rechazar esa "patata caliente" que le entrega la todopoderosa "CO", así que no le queda mas remedio que situar a su "engendro" en la línea de sucesión y sustentando el poder clave para su supervivencia, la Seguridad, aunque sea violentando la Constitución que acaba de estrenar.

Creo que Obiang, como todos nosotros, sospecha que cualquier día, el lunático de su hijo, se llevará por delante al Vicepresidente 1º y después a él mismo. Y volverá a cumplirse otra vez el mismo destino: Teodorín acabará con su padre, de la misma forma que este asesinó a su tío y maestro Macías, para darle continuidad a su dictadura.