jueves, 1 de diciembre de 2011

A DOÑA “HORTENSIA”.





A DOÑA “HORTENSIA”.


Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial

Apreciada Hortensia:

He buceado en el “foro-chat” de la página “guinea-ecuatorial.net”, y me he entretenido en leer su recomendación sobre el silencio que habría que guardar sobre “Mbo-ebílan” (Por cierto que primero leí la durísima “Catilinaria” que Don Crispín, combatiente guineo de pro, dedica a Mbo-ebílan= Abusador. No me he quedad corto, y he leído la serena pero viva respuesta que el Dr. Don Samuel Mba Mombé le dirige a Usted, en el que sentido de que hay que plantar batalla al “Abusador”=Mbo-ebílan.


Doña Hortensia:

Podría parecer un cierto golpe de esquizofrenia, apoyar una cosa y también la contraria. Pero reconozco que, tanto Don Crispín, como Usted, al igual que el Dr. Don Samuel Mba Mombé, han dado, los tres, en la misma diana.
La actuación larga y reiterada del Mbo-ebílan (Abusador) y, recogidos todos los apellidos, insultos, descalificaciones, signos de rechazo y de desprecio que los guineanos vienen soltando sobre tan indeseado e indeseable individuo (español), sin que se digne darse por aludido y reconducir su actitud, solo le define con el fortísimo descalificativo de SINVERGÜENZA, en fang (“KAH OSÓN”) que le ha propinado Don Samuel Mba. Esta palabra en fang define al típico tío que es capaz de andar desnudo, despelotado, con las bolas al aire, por la calle, sin alterarse. Conocemos el famoso ejemplo del hombre cuerdo que se está bañando tranquilamente en el río; que se da cuenta de que un loco (Mbo-ebilan) se ha hecho con su ropa; sale precipitado el buen hombre a por el loco (Mbo-ebílan). Al llegar al pueblo, desnudo, el hombre cuerdo recibe los gritos y chiflas y rechiflas de la población, olvidándose del verdadero loco (Mbo-ebílan) que además de loco, es un ladrón...

Debemos evitar, realmente que un loco, típico “Mbo-ebílan”, nos arrastre a la locura, sin darnos cuenta ni quererlo… En esto estoy muy de acuerdo con Usted, Doña Hortensia.

ENTRE LO CORTÉS Y LO VALIENTE…

Si, por otra parte, como bien dice Don Samuel Mba: “El que calla otorga”, según el refrán español, es normal y necesario, si se puede, tener atado y bien atado al loco=Mbo-ebílan. Habrá que hacerlo. Ya sabemos cuál es el lugar más adecuado para los Mbo-ebílan=locos: El manicomio; o sea, la cárcel de locos. Estoy, por ello, también de acuerdo con Don Samuel Mba Mombé. Y en consecuencia no puedo estar más de acuerdo también con Don Crispín, cuyos artículos, son auténticos trallazos de enfado por la tragedia que sufre nuestro país; tragedia que el Mbo-ebílan quiere desvirtuar con rancios y sosos vahos filosóficos o politiqueros; tragedia que parece estar obviada por algunas formaciones políticas guineanas en el interior, íntimamente conectadas con un Mbo-ebílan que desde España les está robando la ropa a los guineanos cuerdos, para que le sigan...

NO ES NINGUNA BROMA…

Empiezo por decir que no sé exactamente quien es “Revoltoso”, “Mbo-ebílan”, al que se ha unido, en íntima simbiosis mimética, otro qué tal, “El Observador”. No sería nada extraño que la misma persona, escondida en las fétidas cloacas del anonimato, utilizara diversos pseudónimos para eso, ábo ebílan (cometer abusos).

Pero también debo reconocer que, a estas horas, después de tanto “ebílan” (Abuso) contra los guineanos (seguro que algún guineano le aconsejaría ese nombre de Mbo-ebílan= Abusón), ya pocos guineanos desconocen quien es ese (español) Mbo-ebílan. Todos lo identifican con un tal Adolfo Fernández Marugán. El diccionario español habla de la palabra “abusar”, justamente con la acepción que Don Crispín le da a ese Mbo-ebílan; es decir, algo así como “ el que abusa de menores, indefensos o incapacitados”. ¿Ese “Mbo-ebílan se cree, quizás, que todos los guineanos somos “per se” unos menores, unos indefensos o unos incapacitados, para abusar de nosotros? Podría ser que así lo creyera. Tiene ya a un grupo de guineanos, debidamente “amansado”… (Esta palabra tiene profundas connotaciones y significaciones…) y quiere meter a todos los guineanos en ese redil.

ALGUIEN DA ORDENES A MARUGÁN

Si, realmente ese español “Mbo-ebílan”, fuera Don Adolfo Fernández Marugán, yo no dudaría en repetir que no es ninguna broma. Es, según todas, las trazas el cabeza visible (bien que nunca se le ve, y apenas firma con su nombre y dos apellidos); cabeza asomada entre cobardes nubarrones de pseudónimos, de un grupo de españoles, casi todos “ex” autoridades socialistas.

Cualquier guineo ecuatoriano que haya tenido la tragedia y tristeza de haberse refugiado en España y dedicarse a luchar por las libertades del pueblo guineo, podría escribir tomos enteros sobre el papel que desempeña Don Adolfo Fernández Marugán (español), tanto de forma global en las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, como, muy concretamente en el juego de las relaciones entre diferentes partidos políticos de la oposición al régimen dictatorial de Obiang Nguema.

Como líder del Partido el Progreso (Demócrata Cristiano), nuestras relaciones como individuo igual que como partido con Don Adolfo Fernández Marugán, comenzaron, como creo que con todos los demás guineanos, por insinuar, proponer, aconsejar y luego obligar - a base de ofertas pecuniarias- a cambiar de ideología y modelo político, para sumarse al socialismo, cuando no al comunismo.

EL PODER DEL DINERO

Convertido en el gozne español en torno al que -muy especialmente desde 1.991- giran las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial y las posibles, a través de ASODEGUE, ayudas económicas a la oposición guineana, el señor Marugán me confesó, visiblemente cabreado y cansado de no poder doblegarme:

¡“Vosotros, los guineanos, nunca podréis desentenderos de mí…”!

No es nada imposible imaginar que esta amenaza que no solo se cumple en su persistente presencia e incidencia en la vida de la oposición guineana, como se demuestra en numerosas incidencias, accidentes, tramas, atentados y tragedias contra los guineanos donde Don Adolfo Fernández Marugán, no solo está cercano sino, a veces, hasta cronista y portavoz (¡no siempre afortunado…!) no es por voluntad propia; sino por decisión jerárquica superior. Imposible que no sea así. Es imposible tanto poder sobre los guineanos; y no precisamente por la ocupación que ha hecho de algunas páginas de internet de los guineanos, para desde ahí intentar adoctrinarlos y despreciarlos, ni por el extraño papel de única referencia de Guinea Ecuatorial, que pretende ocupar en su página “Asodegue”; sino por el innegable y altamente pagable favor que Don Adolfo Fernández Marugán ofrece a Obiang Nguema, diluyendo todo esfuerzo de unidad y de conjunción de fuerzas de la oposición.

No voy a entrar en detalles sobre el caso muy particular mío y del Partido del Progreso y Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial. Toda la ingente labor política, económica y de influencia, que viene ejerciendo Marugán conectado al poder español, responde a un solo objetivo: Hacer de Guinea Ecuatorial una gran sucursal africana del socialismo o el comunismo español, teniendo como punta de lanza o de iceberg, al partido C.P.D.S. (Convergencia para la Democracia Social) de Don Plácido Micó Abogo.

EL PELIGRO Y LA TRAMPA DE MARUGAN

Atención: Estoy de acuerdo con Doña Hortensia en la necesidad, u obligación de los guineanos, de pasar de “Mbo-ebílan”. La incorregible y contumaz acción de Don Adolfo Fernández Marugán podría conducir a más de un guineano débil a odiar a los españoles, arrastrado por el rechazo legítimo y merecido, a Marugán. Quizás aquí habría que hacer uso del dicho fang: “Si una cucaracha se te mete en la comida, con malicia; trágala, con valentía”

Tenemos en el plato de comida de nuestra lucha contra la dictadura del cruel Obiang Nguema, a una “cucaracha” que, para proteger a Obiang Nguema y su régimen (del que tanto se alimentan y se corrompen) pretende diluir nuestras fuerzas con aspavientos filosóficos y teorías politiqueras que no hacen más que distraer, desviar la atención y provocar nuestros enfados.
Tendremos, quizás, los guineanos, que pasar de la repugnante y asquerosa presencia de la cucaracha. Y si es cierto que nunca podremos prescindir de ella, al menos mientras estemos en este “destierro-exilio”, tragarnos no solo la cucaracha, sino todos los sapos que nos asedian; pero sin perder el horizonte de respeto mutuo, dignidad, y reencuentro amistoso que, estoy muy seguro, nos deben deparar unas buenas relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, en el post Obiang Nguema.

NOTA: Llamo “Don” a Adolfo Fernández Marugán… No vaya a ser que me llame “mentiroso” por no tratarle bien…