martes, 8 de noviembre de 2011

SR. OBIANG: ¡¡¡NO NOS INTERESA SU REFEREMDUM¡¡¡



Por Juan Cuevas


En su represión al pueblo guineano, la dictadura de Obiang Nguema ha llegado muy lejos, son tantos los asesinatos, tantos los atropellos, es tan gigantesco el latrocinio y el daño perpetrado a este pueblo, que ya no existe  marcha a tras. El mismo Obiang sabe que los guineanos le desprecian profundamente y que por tanto, su pervivencia en el poder depende solo de la mano dura, de la porra , del amedrantamiento del miedo, de la cárcel y, hasta de la muerte. Sus, muchos y bien pagados, asesores y lobbys extranjeros, le han aconsejado que tal cómo vienen los acontecimientos (las revueltas de la denominada "primavera árabe" en el norte de Africa) lo más prudente es  adelantarse, e iniciar un camino de ciertas reformas, para aflojar un poco la presión de la comunidad internacional y poder librarse, por ahora, de la quema. Aunque el astuto de Obiang no da puntada sin hilo, amigo del engaño y de los trucos, en medio de esa aparente reforma con cierto barniz de pluralismo político, intenta colarnos ese gazapo de la sucesión dinástica por parte de su hijo.


Se ha vertido demasiada tinta con motivo de este referéndum y durante mucho tiempo se ha estado debatiendo sobre el alcance de dichas reformas, sin haber podido conocer, ni siquiera un borrador aproximado de las mismas. Mientras tanto el régimen, en medio de un total oscurantismo, ha dedicado todo el verano a un periplo por casi la totalidad de la geografía guineana, con dádivas y regalías bajo el brazo, para intentar engañar, comprar o colar sus "reformas", en una huida hacia adelante, que ni ellos  saben  donde puede llegar. 

Don Severo Moto, siempre certero en sus análisis, ya ha marcado las pautas a los guineanos: no ir a votar. Despreciar este movimiento, in extremis de Obiang, pasar de el y de sus maniobras. De este dictador sólo esperamos una cosa: que se vaya de una vez y deje en paz a este pueblo. No cabe la menor duda de que su gobierno no tiene la más mínima legitimidad. Tomó el poder mediante un golpe militar y como coronel y cabeza del levantamiento, tendría que haberlo dejado  en manos de los civiles (convocando elecciones) y lo sigue manteniendo mediante procesos electorales amañados, en los que la falta de censo fiable, el control mediante el amedrantamiento y la coacción sobre los guineanos, hacen que sus "victorias" se sitúen en torno al 99 %. Es, sin duda, un gobierno deslegitimado tanto por los procedimientos de elección (comicios amañados), como por sus acciones de gobierno sobre sus ciudadanos , precedidas siempre por el nepotismo, el robo y hasta los asesinatos.

Hay que evitar caer en ese juego, intentando entrar  en el terreno de la dictadura. No se puede participar en estas elecciones, porque supone lisa y llanamente, legitimar sus acciones. Y sobran todas estas caravanas electorales, y las vergonzantes exigencias de dinero a Obiang por parte de  esos partidos que se denominan la oposición "legal" (como si los demás partidos fueran terroristas) para hacer la campaña del NO. Las cinco razones para votar SI, que está preconizando por todo el país una parte del CPDS, vienen a ser igual, a la campaña a favor del NO, que está llevando a cabo la otra parte de este parido. Todo es lo mismo, lo de siempre: acompañar a Obiang en los procesos electorales, siempre amañados que suele montar. No podemos olvidar que actuar de comparsa del régimen, aunque sea con planteamientos diferentes, supone entrar en el juego que ellos quieren, pues se está dando apariencias de normalidad, en un país que no es normal, con lo que le están aportando  la legitimidad  que ellos necesitan.

Decía Adenauer que la mejor manera de domesticar a una fiera es dejarse devorar por ella. Con este tipo de dictadores no existen medias tintas, hay que  enfrentarse claramente con ellos, caso de  Severo Moto, y denunciar todas sus malas acciones, sus artimañas, sus engaños y toda su corrupción. Eso tiene consecuencias negativas para el que osa hacerlo:  sobrevivir a la persecución de la dictadura, que utilizando los muchos medios económicos de que dispone, intentará destruir esa disidencia. Pero es la forma más coherente y democrática de actuar, en lo que supone una denuncia pública del régimen, poniéndolo en el candelero ante la opinión publica internacional. Algunos en esa postura ambíguamente calculada, han querido amansar a la fiera entrando en su guarida, junto a sus cachorros. Pero de ahí ya no se puede salir, estos han quedado  atrapados y devaluados políticamente, porque sus acciones están  siempre sometidas a  la coacción y el miedo, bajo un permanente Síndrome de Estocolmo.