jueves, 6 de octubre de 2011

¡¡¡QUÉ BIEN, ELECCIONES EN ESPAÑA!!!

                                                                   
                      Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso 
                                         y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial

Cada vez que hay, o sé que hay Elecciones Generales en España, no puedo  frenar en mí un impulso de envidia (¡sana!)
Porque, cuando en 1.988, cinco años después de fundar en Madrid el Partido del Progreso, decidí ir a Guinea Ecuatorial para solicitar el reconocimiento o legalización del Partido del Progreso, España estaba tocando el ecuador de los 14 años del primer Gobierno socialista de su democracia.
En la puertezuela del avión, la periodista que me acompañaba, me comunicó que España había enviado aquella tarde, una nota a Obiang Nguema para que no me tocara. Y los 21 días que superviví en Malabo, a la espera de una respuesta del régimen de Obiang Nguema -respuesta que nunca llegó- sentí, de verdad, muy de cerca esa prohibición de España a Obiang Nguema.
Cuando, en 1.992, repetí la igualmente peligrosa aventura de volver a Guinea Ecuatorial,  en busca del reconocimiento o legalización del Partido del Progreso, durante cuatro años agitados, volví a sentir en Guinea Ecuatorial, el poder de España frenando la mano asesina de Obiang Nguema, que una y otra vez se cernía, amenazante, sobre mí.
Y,  llegó aquel mes de enero de 1.996 en que “las constelaciones planetarias” hicieron coincidir las elecciones generales en España, con José María Aznar en el puntal de la nave del Partido Popular; y el Partido del Progreso, en primerísima línea de salida en Guinea Ecuatorial. 
Nuestros mítines por el país, que culminaron en la gran ciudad de Bata, dejaban la incuestionable huella de un futuro de cambio y de libertad que la población guinea alentaba con su masiva (y casi provocativa) asistencia a nuestros mítines.
En el fragor de la campaña electoral, antes de que decidiéramos abandonar aquella farsa burda de las  llamadas “Elecciones Presidenciales”, me llegó, como tantas otras  veces, de un confidente español, este comentario del “colectivo” de españoles en Guinea Ecuatorial:
  • Si Aznar gana en España, y Severo Moto gana en Guinea Ecuatorial, tenemos dos opciones: O volvemos todos a España y vamos directos a  “Carabanchel”; o hacemos lo posible por entendernos con Severo Moto, aquí en Guinea.
Mi desprecio y retirada, de las sucísimas elecciones presidenciales de Obiang Nguema, devolvió la tranquilidad al “colectivo” de españoles residentes en Guinea Ecuatorial (“Colectivo” que, por cierto, se define como “socialistas-capitalistas en Guinea Ecuatorial”.
Pero (¡¡¡Oh desgracias!!!) llegó la primera década de los 2000 (2.004) y todo ternnó...
LAS ELECCIONES LIBRES, SÍ, SEPARAN A ESPAÑA DE GUINEA ECUATORIAL
Posiblemente una de las razones por las que las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial no cuajan, en 43 años de la independencia de la colonia española en África, sea fundamentalmente porque políticamente, económicamente ideológicamente “socialistas- capitalistas” pueden parecerse en muchas cosas en la Guinea Ecuatorial de Obiang Nguema. 
(Don José Bono aseguró al dictador Obiang Nguema, en su visita al tirano guineano, que: “Son más las cosas que nos unen, que las que nos separan”
La gran pregunta es: ¿Porqué, entre las muchas cosas que le unen a Bono (español de Castilla La Mancha) con Obiang Nguema (gabonés en Guinea Ecuatorial) no está la de la celebración de unas elecciones libres, limpias, democráticas en Guinea Ecuatorial, como en España?
Evidentemente la respuesta inmediata nos la darán los grandes e inveterados colonialistas, asegurando que: “Aquello es África y no puede compararse con Europa”
Y otra pregunta: ¿Es, quizás, la falta de libertades, de derechos humanos de elecciones libres, la mejor estado para que de cosas para la  reinserción de extranjeros (algunos españoles) en  la Guinea Ecuatorial de Obiang Nguema?
Lo cierto es que unas elecciones en España producen una inevitable y sana envidia en los guineanos.  Al margen de los primeros once años de la dictadura de Macías Nguema y Obiang Nguema, cuando las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial no existían, sin embargo en los 32 años del poder de Obiang Nguema, el dictador, ya en solitario, se abrió de inmediato a las relaciones de cooperación con España. Todo parece que este acercamiento y bodas con España, solo han servido a Obiang Nguema de protección, cobertura y apoyo; y a algunos españoles les han servido como un “seguro” del inamovible "africanismo" (auencia de libertades, desbarajuste, corrución ciega y rampante, nada de eleciones nada de derechos humanos, fuera eleccioines libres...) de que hace tanta gala Obiang Nguema  
Nunca renunciaremos a la africanidad, a la “negritud” (si esto ha supuesto alguna vez alguna doctrina positiva y dignificante)
A lo que nadie tendrá derecho nunca, es a introducir como premisa irrenunciable de la africanidad o de la negritud,  la falta de libertades, de dignidad y de derechos humanos, la democracia y el desarrollo.
España, el pueblo español, seguirá siendo un inevitable émulo del pueblo guineano. Y cada vez más en la medida en que ambos pueblos partieron de una situación de dictadura, y resulta que uno, España, se está asentando cada vez más en la democracia, con todas las rémoras que la dictadura deja siempre en la gente; mientras Guinea Ecuatorial no solo no sale de la rémora, no solo tiene en común las rémoras, sino que no se acepta como normal que se adentre en la libertad, los derechos humanos y la democracia. 
Para ser colonizada y utilizada (gratis total) África, inmersa en su africanidad y en su “negritud”, es inmejorable; O sea, no debe mejorar, ni ser ayudada a ello. Para ser libre, democrática y abierta al desarrollo, eso sería  un "desastre universal" para los colonos impenitentes.
¡Qué bien, elecciones en España!; seguirá siendo nuestro eterno grito de sana envidia y nostalgia. Hasta que se haga realidad, a fuerza de abandono e imposición, o inlcuoso  por pura necesidad, el miedo a la “filipinización” de Guinea Ecuatorial, tan temida por algunos. O se haga realidad cerrada, consumada y en estado de evolución progresiva -sin saberlo nosotros y sin que nos conste su ratificación- la entrega de Guinea Ecuatorial a Francia, por España, (Don Fernando Morán) en la Granja de Segovia. Lo que, al menos yo, nunca consideraría ni respetaría como “Secreto de Estado”; sino como demostración de las múltiples barbaridades que se esconden bajo la pútrida y fétida losa pútrida de la “Ley de Materia Reservada” que pesa sobre el pueblo de Guinea Ecuatorial.
Unas elecciones generales en España, siempre traen a los guineanos, sensaciones y efluvios de cambio, no tanto en España, cuya política no solo no discutimos nunca sino  que respetamos siempre; sino para Guinea Ecuatorial.
La gran piedra de toque para que pueda considerarse mínimamente normales y limpias las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial, será cuando, sin tapujos, sin respetos fáciles a la dictadura de Obiang Nguema, ni a la  de nadie, Espàña apueste definitiva, clara y activamente por la democractización de la antigua colonia, Guinea Ecuatorial... y no quede eternamente colgada de los INTERESES MATERIALES de ese "CLUB"  a donde algunos españoles  son tan "bienvenidos" por sus paisanos diplomáticos, en Guinea Ecuatorial.
NOTA ACLARATORIA: Si yo no hubiera nacido español, hace ya varias décadas (¡Por cierto, me han negado renovar mi canet de identidad español, otros menos españoles lo llevan en sus bolsillos en Guinea Ecuatorial!) nunca me quejaría, ni gritaría. Y mis quejas y gritos nunca serán de simple enfado, odio, o malquerencia; sino una permanente llamada a la reconsideración y a ese replanteamiento que un brillante político español, Don Fernando Maura Barandiarán, acaba de lanzar sobre las relaciones entre España y Guinea Ecuatorial. 
¡Qué bien; qué suerte; elecciones generales en España!