miércoles, 26 de octubre de 2011

MISCELANEAS “EQUATÓ


OBIANG NGUEMA(DESEPERADO) CONVOCA A UN  “MARABÚ”, A UN “BRUJO” Y A UN “SANTERO”
Exilio, 26 de Octubre de 2011.- Según fuentes confidenciales del Palacio de Obiang Nguema Mbasogo, en Malabo, el dictador guineano ha convocado en los últimos cuatro días a tres máximas personalidades del mundo de la brujería y la adivinanza africana y mundial, con el propósito de que le ayudaran a conocer el futuro que le espera, y solicitar los remedios más eficaces  para evitar los males  (si los hubiera…) y reforzarle en su tranquilidad y seguridad.
Se trata del  principal Marabú de la República de Benín, cuyo Presidente, por cierto, ayudó a Obiang Nguema a hacerse con la presidencia de la UA; Un famoso santero de Haití, país visitado con frecuencia por el tirano guineano para consultas ocultas; y un ilustre brujo de Nigeria que viene ayudando a Obiang Nguema a secuestrar exiliados guineanos en Benín y Nigeria para entregarlos a Obiang Nguema con el fin de ser sacrificados.
En su exposición, según nuestras fuentes, el cruel dictador guineano, Obiang Nguema, expuso a sus “sancta sanctorum” (sésamo ábrete) de la brujería, su preocupación por el futuro, suyo y el de su familia; asimismo le explicó a sus adivinos y curanderos su propósito de abandonar el poder dictatorial y pasarlo, en herencia, a su hijo, Teodorín Nguema Obiang Mangue; pidió finalmente que los marabús hicieran todo lo posible por conjurar todos los peligros y dificultades que encontraba en el camino para llevar a cabo dichos propósitos.
En ese sentido Obiang Nguema –según nuestros confidentes- pidió especialmente al Marabú beninés que “tocara” el corazón de los españoles: “¡¡Me quieren echar del poder! ¡No sé qué les he hecho a los españoles!!”-pidió Obiang Nguema, a los brujos.
Las fuentes nos aseguran que los tres adivinos, brujos y marabús, consultados en momentos y días diferentes, han ofrecido como resultado unánime la misma respuesta-advertencia al dictador Obiang Nguema:
Los tres  aseguraron a Obiang Nguema  que ya es demasiado tarde para marcharse del poder sin problemas.  Que en  el entorno del Presidente, veían mucha sangre  de los suyos, que podría derramarse. Finalmente le vaticinaron que el cambio era irreversible en el país.
Como detalle último, nuestros confidentes aseguran que Obiang Nguema se sintió muy disgustado con el “brujo” de Nigeria que se negó a revelarle quién creía que podía ser “la persona que los occidentales quieren poner en el poder, en Guinea Ecuatorial”. Ante la negativa del brujo a revelarle el secreto, Obiang Nguema se negó asimismo a acompañar al nigeriano al aeropuerto, como lo hizo con los demás; si bien, le pagó debidamente, como al resto, los millones obligados.
  • HEMOS SEÑALADO, en diferentes ocasiones que Obiang Nguema, un gabonés de origen y pura cepa, está atado servil y atávicamente a las costumbres y usos ancestrales africanos, en los que centra su especial atención, cuidado y respeto. Lo más habitual suele ser que  marabús y brujos africanos consultados, aconsejen al cruel dictador Obiang Nguema ofrecer sacrificios humanos e ingerir las vísceras de sus víctimas, con el fin de asegurarse su permanencia en el poder. 
  • Cuarenta y tres años lleva Obiang Nguema en la práctica y cumplimiento fiel de estos consejos millonarios de los marabús africanos.
MUY MALOS TIEMPOS tienen que correr para el General Obiang Nguema, cuando los brujos ya no le aconsejan matar y sacrificar vidas humanas guineanas. Y, lo que es peor, ya no hace  caso a sus brujos; porque sigue matando.  
Pero tampoco se fía ya  de ese, su especial “Sésamo ábrete”  que él llama “los españoles”;  entre los que hay que destacar (o diferenciar) a uno –cuyo nombre…- a quien Obiang Nguema, -según informan- acaba de agasajar, abriéndole  un suntuoso despacho en pleno corazón de París; después de haber frustrado, aquel, la misión asesina que le fuera encargada (¡y pagada!) por el asesino Obiang Nguema, en un país  del Este europeo… 
Miembros de los  servicios de la oposición guineana están investigando e intentando verificar y localizar dicha oficina, en París.