viernes, 21 de octubre de 2011

¡LIBIA RESPIRA EN LIBERTAD! ¡¡ENHORABUENA!! ¡¡ENHORABUENA!!

                                                          
                         
       Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del 
          Progreso  y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial.

Es imposible resistir la excitante tentación de dirigir un grito de felicitación al pueblo libio. Desde la distancia del exilio, en España, me siento impelido a recoger las miles de voces ahogadas en el emocionado silencio de mi pueblo, Guinea Ecuatorial, y hacer de esa voces  un manojo de flores bañadas en el rojo carmín de la emoción;  mil pétalos de encendidos aplausos,  y ofrecerlas al pueblo libio, a sus nuevas autoridades y a quienes los han acompañado en estos durísimos y largos últimos momentos, camino de la libertad. 
¡Santa envidia, cuando un pueblo, como el libio, conquista la libertad!
GUINEA ECUATORIAL, IGUAL QUE LIBIA.


Es muy difícil encontrar diferencias entre el pueblo libio y el pueblo guineo-ecuatorial. Por encima de otras superficialidades, los dos pueblos se han visto castigados por un látigo dictatorial, al final, más inhumano y cruel que el látigo colonial. Dos pueblos, como tantos otros, africanos que, al independizarse, sucumbieron precisamente bajo el helado frío de su bondad e inocencia, al entregarse a las manos de sus propios dirigentes africanos. Un triste balance, cuarenta años después,  que arrastra desesperadamente a pensar qué fue mejor, la colonización (por otros) o la independencia (en manos de propios africanos desalmados).


El pueblo libio, acaba de hacer el balance. Ambos, el pueblo y sus nuevos dirigentes se enfrentan ahora  a la encrucijada de  optar por una o por otra cosa. Colonialismo o independencia; y quizás acierten a descubrir pronto, cuanto antes, una tercera vía: La Libertad. 
La libertad, ese enjundioso paquete de valores donde se contienen la dignidad humana, la democracia y el desarrollo. La lucha que acaba de librar ese pueblo amigo es todo un signo in equívoco de que la Libertad es el único valor por el que vale la pena luchar, cualquiera que sea el estado en que se halle un pueblo.  


Libia y Guinea Ecuatorial; Gadafi y Obiang Nguema. Habría que andar mucho para encontrar las diferencias entre estas realidades. La única, hermosa y feliz diferencia para el pueblo libio es que ya se ha librado de su dictador (convertido en un guiñapo humano) mientras el pueblo guineo sigue languideciendo bajo la bota de su dictador (ese “dios inmortal” que le llaman, a Obiang Nguema, sus locutores de radio y televisión de Guinea Ecuatorial).


Gadafi ha machacado a su pueblo, sin un respiro, durante  40 años. Obiang Nguema acaba de cumplir 43 años machacando al pueblo guineo; no solo sin respiro, sino que trama prolongar esa tragedia poniendo a su hijo. Gadafi no ha podido cumplir tan alto propósito de prolongarse en su hijo. El “dios” Obiang Nguema, sí lo va a conseguir… No le faltan apoyos, bien pagados, para cumplir ese propósito.


Obiang Nguema, subido sobre el “divino” y orgulloso caballo del petróleo apunta con el dedo acusador a Occidente: “Ni España, ni Estados Unidos, ni Francia, ni Inglaterra me pueden dar lecciones; porque los pago yo”- ha gritado Obiang Nguema- No sé si “dios” Obiang Nguema va a aceptar que su amigo Gadafi le sirva de lección, viéndole abatido a balazos por su propio pueblo… con el apoyo de la comunidad internacional.


Hoy, desde luego, nos toca volcar toda nuestra alegría, congratulación y gozo compartido, al pueblo de Libia y a sus nuevas autoridades por este gran momento; y agradecer al gran motor internacional que está ayudando a África a catapultarse hacia la libertad, la democracia y el desarrollo.


Nuestros amigos, los libios libres, junto a sus nuevas autoridades, tienen la gran oportunidad irrepetible de sumarse, como un nuevo eslabón, a la cadena de países democráticos africanos que un gran diplomático nigeriano me aseguró que Nigeria pretende protagonizar e impulsar.


¡Libia respira en libertad! ¡¡Enhorabuena, amigos!!