domingo, 4 de septiembre de 2011

DESDE GUINEA ECUATORIAL NOS ESCRIBEN.




Compañeros del Partido del Progreso en el exilio español:

Desde hace algún tiempo, en vuestras páginas de Internet, están apareciendo referencias sobre la vida de la gente en guinea Ecuatorial, y especialmente, sobre la situación de total exclusión social en la que nos desenvolvemos los militantes del Partido del Progreso.

Creo, que ya era hora de que algún foro de comunicación se atreviera  dar a conocer a la opinión pública, la situación de persecución, que desde la injusta ilegalización de nuestro Partido, estamos soportando sus militantes en territorio guineano.

Dentro del clima de ocultismo que existe en la prensa internacional sobre los asesinatos, el latrocinio y otras malas acciones del régimen dictatorial imperante en Guinea Ecuatorial, existe afortunadamente, gente comprometida que se atreve a denunciar públicamente los abusos a los que Obiang Nguema, está sometiendo a su pueblo, desde hace mucho tiempo. Pero pocos conocen la forma en que  este régimen asesino, está  controlando, amordazando e intimidando a la gente para que no se pueda producir la más mínima protesta  entre los guineanos. 

D. Severo, ha afirmado en muchas ocasiones, que la dictadura de Obiang es una prolongación de la  que instaurara su Tio Macías Nguema. La actual dictadura ha heredado, en realidad no ha cambiado de manos, el mismo aparato represor de Macías,  que seguía los mismos clichés que el régimen soviético. La sovietización de Guinea Ecuatorial, a estas alturas del siglo XXI, es un hecho evidente. 

¿Cómo está articulada, en la practica, esta sovietización de la sociedad guineana, a la que me refería?. En cada distrito, Obiang nombra un Delegado Gubernativo y  un Jefe Militar. El Delegado Gubernativo, a su vez elige a sus representantes en cada uno de las ciudades y  municipios (generalmente son miembros del PDGE). Estos , a su vez, nombran también de entre el PDGE, a una especie de Junta, compuesta por: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Interventor y a los alguaciles (lo que se ha dado en llamar la "seguridad", compuesta por jóvenes del PDGE). Toda esta estructura controla la vida de los guineanos y como en la extinta Unión Soviética, el  espionaje y las delaciones sobre la población, suponen una poderosísima forma de control.

Todos los componentes de esta cadena de mando, represión y hasta de extorsión sobre las ciudades, los poblados y las comunidades, funciona de una forma meritocrática; compitiendo unos con otros, en ver quién delata a quién y sobre todo; quién hace más méritos ante el PDGE y ante el Jefe de este partido único. Obiang ha aprendido a sembrar el miedo y la desconfianza entre su propia gente y utiliza de forma muy hábil a estos jóvenes, aspirantes a algún puesto en la Administración o en el partido, para que espíen y le suministren información sobre las actividades de sus superiores.

El hecho de pertenecer al PDGE y participar de esta estructura, les permite actuar con una total impunidad, hasta tal punto que encubren bajo el paraguas del partido cualquier actuación delictiva. Viene a mi memoria un suceso acaecido en el distrito de Mongomo, de como un joven de estos mató impunemente a otro joven de un partido opositor. Cuando el Jefe de Poblado vino a pedir explicaciones sobre el hecho a la familia, el joven homicida se vistió su camiseta con la foto impresa de Obiang, lo que le permitió convertir su castigo en una simple recomendación de abandonar el poblado.

Yo viví en propia carne la experiencia de la persecución por parte de esta banda de matones al servicio de Obiang y del partido único, el PDGE. Este es mi relato:
"regresaba de Gabón de grabar unas canciones con la nutrida colonia de militantes del Partido del Progreso, que allí existe. Al entrar en Guinea, supe que el Partido del Progreso (1996) se había retirado de las elecciones para no ser cómplice de las irregularidades que estaba cometiendo el régimen en el proceso electoral, entonces decidí irme a  mi pueblo en vez de a Bata, porque había conocido la noticia de la muerte de mi hijo de dos años. Cuando llegué al pueblo supe también que mi padre se había marchado a Evinayóng a casar una prima. Me fui yo también a Evinayong en busca de mi padre, llevaba puesta la camiseta del Partido del Progreso que habíamos confeccionado para las elecciones,(la gente se extrañaba de que yo llevase la camiseta porque ellos la guardaban en sus maletas y tenían miedo de ponérsela). Al enterarme en el camino que mi padre se había vuelto al pueblo, yo me volví también  en un convoy de la empresa maderera, al entrar al coche todos me aplaudían al ver que tenía valor de llevar la camiseta. Llegamos a un poblado cercano al mío, me vi sorprendido por el Delegado Gubernativo de Niefang, un tal Silverio Baká , que estaba comprando unas hortalizas en el improvisado mercado en el arcén de la carretera, se monta apresuradamente en el coche, sigue al convoy,  adelanta y para el vehículo en el que yo iba; entonces veo como  recrimina al conductor por llevar un viajero con esa camiseta, el conductor me abronca y me echa del coche, quejándose de que le iba a buscar la ruina. Yo me bajé y eché a andar, todavía dentro del pueblo, el Delegado me invitó a montarme en su coche y yo le dije que no y salí corriendo a pié. Al llegar al otro poblado ( eran las once de la noche) unos amigos me aconsejaron que no fuera al pueblo porque me estaban esperando al pie del Monte Alén para matarme. Por la mañana me acompañaron a mi pueblo, allí me dijeron que me habían estado esperando en el bar hasta las cinco de la madrugada. Le cuento el suceso a mi padre y este me aconseja que me fuera inmediatamente porque temía por mi vida. Me voy andando hasta Niefang y entro de madrugada en la casa de un militante del Partido. A la mañana siguiente, y disfrazado de mujer,  en la parte trasera de una moto, pasé el control militar. Después desde un bario de Niefan salí hacia Bata en un coche". 

Episodios de persecución a los militantes del Partido del Progreso, y a los de otros partidos (los de la auténtica oposición) siguen existiendo en Guinea Ecuatorial, hasta tal punto que la gente, harta de ser acosada en los pequeños pueblos, dejan  casas y bienes abandonados y se marchan a la capital (allí se pueden camuflar). Después se enteran que sus propiedades, "abandonadas" han sido expropiadas por los únicos dueños de Guinea: el Presidente Vitalicio del PDGE, Obian Nguema o el Presidente de las Juventudes, también del PDGE, su hijo Teodorín. 

A todos nos ha llegando la noticias de la gira del Presidente Obiang por las diferentes ciudades de la región  Continental, para dar a conocer a los guineanos, en realidad forzar para que apoyen, el referendum con el que piensa lavar la cara al régimen, y de camino imponernos a su torcido vástago, Teodorín, como presidente de la República. Es fácil imaginar como llenan los actos de bienvenida al dictador. Os lo relato: al comunicarle la fecha de la visita de Obiang o de su Hijo, el Delegado Gubernativo, pone en marcha todo el aparato, van informando, casa por casa "invitándoles" a asistir. Cuando llega el día, les recogen en los coches y les reparten las camisetas, gorras y banderas. (En uno de estos trayectos una "simpatizante" de Obiang de 80 años, Isabel Obano, en un accidente en la carretera de Evinayóng, se fracturó las dos piernas)  Una vez terminado el acto, dejan a su suerte a los forzados asistentes, sin comida, ni transporte de regreso, así que muchos de ellos se ven obligados a ir caminando hasta sus poblados, durante varias jornadas.

Hemos visto también en la visita a Ebebiyín, la perfidia de Obiang, al permitir la intervención de Alfredo Mitogo Mitogo (UP), reprochando la actuación del presidente de su partido, al no haber participado como miembro, en la Reforma Constitucional celebrada en Anobón. Por tercera vez, el Presidente Obiang, vuelve a intrometerse en este partido y conseguir así su división.

Espero, queridos compañeros del Partido del Progreso, que estos relatos desde Guinea, contribuyan positivamente, en esta lucha de todos, por llevar la democracia y la dignidad a nuestro amado pueblo guineano.