domingo, 21 de agosto de 2011

Hablas mucho




Por Severo-Matías MOTO NSA, Presidente del Partido del Progreso y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial.

A propósito del vil asesinato, por Obiang Nguema, del gran economista guineano, mi tío, Germán N., en un control policial de la autovía de Malabo-Aeropuerto, supe que el régimen asesino de Macías Nguema y Obiang Nguema había prohibido que mi pueblo llorase a sus muertos. 


Con el cadáver de Germán, Obiang Nguema inauguró la costumbre oficial de:

1.- No entregar, inmediatamente, los cadáveres  de las muertes por "accidente", a sus familiares. (¿Qué hace Obiang Nguema con los cadáveres de sus víctimas?)

2.- No "hacer ruido", es decir no llorar, (para no hacer ruido) a los  muertos "por accidente" Mi pueblo estaba acostumbrado a llorar, casi ceremoniosamente, a grito pelado y desesperado, a sus muertos. Obiang Nguema prohibió esta costumbre, a propósito del asesinato de mi tío, German, para evitar que hubiera ruido.
La dictadura que conocí en Guinea Ecuatorial, de la mano de Macías Nguema  y Obiang Nguema, tiene,  por norma y orden de obligado cumplimiento represivo, no comentar, "no hablar", no criticar ni "hablar mal del Gobierno". Llorar por un asesinato oficial es, para  el régimen de Obiang Nguema, una manera clara de criticar o hablar mal del Gobierno. 

 En la dictadura de Macías Nguema y Obiang Nguema, este  fue siempre, y es, el más grave pecado que hombre o mujer alguna  pudo o puede cometer en Guinea Ecuatorial. El pecado que más hombres y mujeres, jóvenes, y políticos ha llevado a Black-Beach y a otras terribles cárceles, de muerte, de Guinea Ecuatorial.Salí de Guinea Ecuatorial, absolutamente convencido de que mi peor pecado, contra la tiranía y la dictadura de Obiang Nguema; y, a la vez, mi más grande acierto para mi pueblo, ha sido, es y será siempre mi preparación  para la VERDAD. Esa verdad que, dicen,  "Os hará libres".

Evés kah ke á djo'óm (Hueso que no entra en el envuelto), llaman en fang a quien  no esconde, ni se esconde, ante la verdad,

Me vi obligado a someterme a la vida y actividad política, por lo imposible que resultaba, y resulta ser libre en Guinea Ecuatorial, bajo el régimen de Macías Nguema y Obiang Nguema, arropados por un eterno poder colonial, imposible de liquidar y de reconducir hacia la democracia y las libertades de Guinea Ecuatorial. Creo que en ningún sitio del mundo, como en la Guinea Ecuatorial de Macías Nguema y Obiang Nguema es tan imprescindible hacer política sin casarse con la VERDAD. Nada distingue tanto a Obiang Nguema como la taima, la mentira, la falsedad, la doble cara, y la imposición y defensa violenta de tal estado falso  de cosas.   

"Para vivir en Guinea Ecuatorial es necesario disimular y ser falso" -me aconsejó un pariente de Obiang Nguema Mbasogo.

El régimen de Obiang Nguema  se asienta firmemente ( a golpes de violencia y maldad) sobre las arenas movedizas de la mentira, la taima y la falsedad. Es la paradigmática expresión de la cobardía y de la maldad, elevada a la máxima potencia. Una bomba explosiva que cada vez que se pretende desactivar  produce víctimas de muerte. En Guinea Ecuatorial se cuentan por centenares, las victimas que, simplemente, se han  atrevido a dudar de las mentiras de Obiang Nguema, siempre tan gordas como las de todo un Presidente de la República de Guinea Ecuatorial, acorazado por sus amigos extranjeros.

"PROHIBIDO GRITAR O LLORAR"

 Cómo recuerdo aquella truculenta escena de "Movoó", en los alrededores de la ciudad de Bata, a donde nos llevaron a los presos a trabajar en la finca de comida de "KO", una de las mujeres de Obiang Nguema...
El militar Abaga Ngomo que conducía  a los presos, ordenó que me apalearan, como era costumbre. Consciente de que yo siempre lanzaba gritos al cielo a cada golpe de porra que recibía en mis carnes,  Abaga Ngomo, puso delante de mí a un militar, con su cetme apuntándome; y a mi espalda, al esbirro que me aporreaba.

- ¡¡¡Como sueltes un  solo grito, sonará el cetme!!! - me conminó Abaga Ngomo. Llovieron sobre mi cuerpo centenares de "melongazos" (flagelo con lianas silvestres, secas e hirientes) Recuerdo que mientras me ahogaba en el forzado silencio, vi a mis compañeros presos llorando por mí.

NI EN ESPAÑA...

Pero he aquí que en mi decenario exilio en España me tropiezo con el que se ha convertido en el más grande y reiterativo insulto que me pueden dedicar mis enemigos.      

   ¡¡¡Hablas mucho!!! -me gritan, cada vez que denuncio, me quejo o grito de dolor.

Me refugié y me exilié en España para prepararme políticamente, en un mundo occidental donde yo creía firmemente que la verdad simple y desnuda hacía libres a los hombres.

- ¡¡¡Hablas mucho!!! -me mugen, en España, cada vez que denuncio, desnuda y libremente, como periodista o como político de mi país, las atrocidades que tanto los extranjeros como los propios, perpetran contra Guinea Ecuatorial.

 - ¡¡¡Hablas mucho!!! -me  relinchan, en España, cada vez  que denuncio que me tienen secuestrado el pasaporte en España;  después de haberlo paseado por Guinea Ecuatorial para asegurarle a Obiang Nguema de que nunca me dejarán volver al encuentro de mi país. 

- ¡¡¡Hablas mucho!!! -me farfullan cada vez que pretendo explicar con todos los pelos y señales la tentativa de asesinato a la que me  sometió, en Croacia, el  Ministro Moratinos, a petición de Obiang Nguema.

- ¡¡¡Hablas mucho!!! -me espetan a la cara, en España, cada vez que me quejo del trágico exilio que está agotando mis constantes vitales y las de mis compañeros del Partido del Progreso y Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial. En fin:
- ¡¡¡Hablas mucho!!! - me relinchan, balan, croan, cacarean, en España, cada vez que intento "llorar" por la tragedia que nos ha tocado a mí, a mis compañeros y a tantos otros guineos atrapados, anestesiados y reducidos al fatídico exilio, en "nuestra" España colonial.  

¡Si no lo veo y vivo en mis carnes, no lo creo!  Hasta en el exilio, en España, me prohíben "llorar por mis muertos" como nos lo prohíbe Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial.

¡PIDO PERDÓN, AMIGOS!

Pido perdón por cada vez que, agarrado a la tozuda y desnuda VERDAD de los luctuosos acontecimientos por los que hacen pasar a mi pueblo, me suba al corcel de mi pluma periodística o a la mula cansina de mi vocación política, para denunciar y "gritar-llorar" por Guinea Ecuatorial.  

¡¡¡ MADRE MÍA; NI SIQUIERA ME DEJAN  LLORAR EN ESPAÑA!!!