Por Juan Cuevas
Si la transición a la democracia de cualquier país, es ya de por si costosa (tenemos la experiencia de la transición española), la democratización de Guinea Ecuatorial se supone tarea árdua y difícil, que requerirá de personas de una gran valía y una clara determinación , acompañada de la suficiente grandeza de miras, ya que el escenario social y político del que se ha de partir, es sencillamente desolador. Esta circunstancia, obligará por tanto, a recomponer la sociedad entera, e iniciar un proceso de reconciliación entre los propios damnificados de la dictadura y los que se aprovecharon de ella. Además, Guinea cuenta con un problema añadido: el de las diferentes etnias que coexisten en un mismo territorio, y que obligará también, a acometer un proyecto común de convivencia en el que un fang, un bubi, un anobones o un ndowe, tenga los mismos derechos y obligaciones.
Para poder llevar a cabo esta gran tarea, la transición a la democracia, con los condicionantes que hemos expuesto, es necesario sin duda, la presencia de un acreditado opositor a la dictadura, un líder que convenza a la gente. Y tras el, un partido fuerte y con gran penetración en la sociedad guineana. Desde un análisis frío y sosegado, esa persona es D. Severo Moto y el Partido del Progreso. El encarna, mejor que nadie, las cualidades necesarias para llevar a cabo el delicado proceso de transición (de concordia y reconciliación) a la democracia en Guinea Ecuatorial.
D. Severo Moto representa la rebelión (mantenida sin desmayo, durante muchos años) al régimen dictatorial de Obiang y el espíritu de independencia que anhelaban aquellos grandes hombres, implicados en el primer intento fallido de democratización de Guinea Ecuatorial, como Bonifacio Ondó , Anastasio Ndongo, Edmundo Bosio,.....Severo Moto constituye el mejor puente para unir aquel truncado pasado, con un presente (el pos-Obiang) que demanda, de forma clara, libertad y democracia.
La trayectoria humanista de D. Severo Moto se ha ido consolidando, desde los inicios, con su labor en el seno de las comunidades cristianas de Bata y Malabo. Después su forzado exilio a España y sus contactos con los movimientos democráticos occidentales, en los que se gestó el Partido del Progreso. Después sus dos posteriores visitas a Guinea Ecuatorial para llevar su mensaje político, mensaje de liberación y de democracia, que representaba el Partido del Progreso, y que prendió rápidamente en los corazones de aquel pueblo ansioso de libertad y de democracia. El fulminante éxito que tuvo el PP en la sociedad guineana, se debió fundamentalmente al mensaje directo sobre las personas, su dignificación y su necesaria incorporación a un proceso de mejora de ellos mismos y de la comunidad que les rodeaba, (Las Aulas Democráticas) llamados a convertirse en sujetos de derecho y elementos activos del desarrollo socio-económico y político de su país.
Las principales características de este opositor son: su fuerte determinación (algunos lo denominan tozudez) en favor de la libertad de su pueblo, un ideario político claro; la democracia cristiana, y una gran capacidad de entusiasmar con ese proyecto a las personas cercanas a el. D.Severo Moto no solo es un líder carismático, es algo más, supone un movimiento que ha calado en mucha gente, de fuera y dentro de Guinea, y sobre todo, un referente de democracia y un equipo de trabajo compenetrado en torno a un proyecto acabado, el del Partido del Progreso y del Gobierno en el Exilio.
Examinado los principios ideológicos y metodológicos que conforman la praxis del Partido del Progreso, encontramos un gran parecido con aquellos primeros movimientos cristianos nacidos en la Europa de principios del s XIX, que luchaban por la dignidad de los obreros sometidos a largas jornadas de trabajo. Quizá las circunstancia particualres de la dictadura que sufren los guineanos (denominada por algunos, "el Auschwitz de Africa") y los grandes valores humanos de este pueblo creyente, les permite albergar movimientos políticos, aunque de premisas institucionales homologables a los partidos occidentales, de bases humanas más profundas que estos.
La elaboración por parte del Gobierno en el Exilio, de un Vademecum en el que se detallan de forma pormenorizada todas las acciones que se llavarán a cabo, una vez en el Gobierno y los proyectos diseñados para todos los sectores: económicos, sanitarios, educativos, sociales, etc. no bastarían para desencadenar y orientar los sentimientos de un pueblo, movilizándolo para la construcción de una sociedad en la que todos puedan vivir libremente y vislumbrar un futuro de progreso para ellos y para sus hijos. La fuerza para la construcción de esta nueva sociedad democrática vendrá de los valores inquebrantables de las personas y de su compromiso con el ser humano.