jueves, 21 de julio de 2011

HERIBERTO MECO: UNA IMAGEN, CALCADA, DE OBIANG NGUEMA MBASOGO


Por Severo Moto Nsa

DON PATRICIO MECO: MARTIR DE NGOLÓ AYÓP

Su Padre, Patricio Meco, llegó una buena mañana de los '50 a la Escuela Rural de Bikaba, recién salido de la criba de la ESI (Escuela Superior Indígena) de donde emergía la sociedad intelectual, culta y preparada de "La Guinea Española", de la mano excelentes preparadores españoles de Funcionarios, Administrativos y Maestros de Enseñanza Primaria, con los que "aquella España" de los '50 preparaba, sin presiones ni complejos, el futuro de una colonia llamada a ser de todo, menos una burda y dolorosa repetición de la colonia, en versión más mugrienta, más despreciable y más retrograda, como lo es hoy Guinea Ecuatorial, en manos de Obiang Nguema.


Patricio Meco llegó a la Escuela de Bikaba (Sevilla de Niefang, Centro-Sur de Guinea Ecuatorial) para desbrozar aquella selva de incultura y abandono en la que nos movíamos los alumnos. Le caí tan bien, que, al final de sus breves años de Maestro en Bikaba, camino de su nuevo destino (Onvang- Bibará) me eligió para ser su "Niño del Maestro" y, desde esta distinción, cercano al Maestro y por lo tanto privilegiado en el camino de la preparación cultural.

Llegó a Bikaba, acompañado de una hermosa joven guineana, cuya beldad y hermosura, animaba y llenaba de orgullo a los alumnos. Su juventud y su encanto parecían pelear en una batalla imparable con el furor de sus celos, por su joven esposo. Este, Patricio Meko, como todos los Maestros, era un galán de breve estatura, tirando a rechoncho; engalanado siempre con su pantalón corto, almidonado; calcetines frisando la rodilla; andaba a pasos rítmicos y marciales; con el hombro izquierdo elevado como un reto al cielo; la mano izquierda arrebujada en el bolsillo del pantalón corto y el brazo derecho suelto, caído,  medio arqueado y balanceándose al viento en la más estricta y orgullosa imitación de cualquier colono blanco español.

Patricio Meko, como tantos otros Maestros de Primera Enseñanza, Auxiliares y Diplomados, Administrativos, Funcionarios de categoría y altura, así como hombres de negocios, catequistas y emancipados, pertenecía (¡¡desgraciadamente!!) al grupo que el régimen de Macías y Obiang Nguema bautizó con el despectivo y hostil apodo de: "esa clase de hombres". Los que por su preparación y altura intelectual, nunca conectaron ni conectarían nunca con el régimen bosquimano, caníbal, delictuoso y rastrero implantado por el tío Macías Nguema y su sobrino Obiang Nguema. El Maestro Patricio Meko, integrado en el grupo de "esa clase de hombres", fue asesinado, a sangre fría, en "Ngoló Ayóp", por expresa orden de Obiang Nguema Mbasogo.

UN MUNDO DE VIUDAS Y HUERFANOS TRAIDORES

Todavía estaban los cadáveres del Maestro Patricio Meko y otros excelsos Maestros,  funcionarios y emancipados humeando en  las fosas comunes de "Ngoló Ayóp", cuando... de pronto nos sorprendió la noticia de que su hijo Heriberto Meko, había pasado a ser uno de los más crueles asesinos, a las órdenes de Obiang Nguema, asesino de su padre.

Los historiadores de la Guinea Ecuatorial que v a dejar Obiang Nguema, a su muerte o alejamiento del poder, van a tener entre sus más espeluznantes capítulos el de los hijos (huérfanos) de padres asesinados por Obiang Nguema, como regalo y consuelo el cruel Obiang Nguema los ha encumbrado en altos puestos del poder dictatorial, para cerrarles la boca? Para consolarles; para demostrar su omnipotencia o para, simplemente, tenerlos cerca y evitar la venganza.
La misma historia, quizás en versión más miserable, sucede con las mujeres, cuyos maridos han sido encarcelados, torturados y asesinados en las mazmorras de Obiang Nguema, y ellas han pasado a formar parte del infecto “harén” del asesino Obiang Nguema. Huérfanos y viudas de padres y maridos guineanos, asesinados por Obiang Nguema han pasado a formar parte de ese especial mundo de “esclavos del silencio, que llenan los hogares del despreciado pueblo guineo. Posiblemente este sea el detalle que mejor y más claramente expresa la crueldad y falta de alma del dictador Obiang Nguema. En esa cárcel de la “esclavitud del silencio” se halla inmerso el Ministro de la Seguridad de Obiang Nguema, Heriberto Meko.

La saña, crueldad y vesania con que Heriberto Meko sacrifica a sus víctimas mortales guineanas para (¿”agradecer a Obiang Nguema, el haber asesinado a su padre”?), es proverbial. Tan inexplicable como diabólica.

EL EMBAJADOR DE LA MUERTE

Durante decenios, Heriberto Meko fue situado en la Embajada de Obiang Nguema en Nigeria, con dedicación, servicio y cobertura las Repúblicas de Benín, Togo y alrededores. Lugares elegidos, en su desesperación, por los guineanos que huían de Guinea Ecuatorial y se refugiaban en los países vecinos. Puede considerarse como auténtica masacre, la labor de traición, denuncias, engaño, acorralamiento, detención y entrega al sacrificio de numerosos refugiados que ha desarrollado Heriberto Meko, al servicio de quien asesinó a su padre. Cómo no hacer una referencia sintética a la última de sus más sonadas matanzas organizadas en Guinea Ecuatorial, tras haber traicionado a cuatro exiliados guineanos. Alguien (quizás el propio Obiang Nguema) ha convencido a Heriberto Meko de que fue toda la Guinea Ecuatorial, y no Obiang Nguema, la que asesinó, en Ngoló Ayóp, a su padre, Patricio Meko.

Parece que los asesinos que acumula Obiang Nguema en su entorno, (Cayo, Heriberto, Sixto, Obiang-hijo, Chico Enri, y tantos otros…) para liquidar a los rivales políticos, a los “descontentos” o simplemente para ofrecer sacrificios humanos y “alargar el poder” de Obiang Nguema, creen, a pie juntillas, que cuanto más matan, más tiempo vivirán y menos juicios les esperan. ¡Triste y vaga ilusión! Los matones y sus crímenes nuca prescriben. Y lo más importante: Ni tienen escapatoria ni les queda demasiado tiempo para seguir matando. ¡¡¡Va llegando ya el tiempo de los tribunales!!!

LAS TENTACIONES DEL DEMONIO LLEGAN A NUESTRA CASA.

Como sucede con el demonio, que pretende llevar a todo el mundo al infierno en el que habita, Heriberto se ha especializado en la conquista de nuevas “almas” alejadas del infierno del régimen de Obiang Nguema, para conseguir que todo el mundo se condene con ellos; y nadie se salve. Es el sistema que ha utilizado con los exiliados de Benin, nigeria y otros países del entorno de Guinea Ecuatorial. A unos los ha engañado simplemente para que abandonen la labor de queja, protesta y denuncia del régimen desde el exilio y regresen a engrosar las filas del infierno de Obiang Nguema. A otros, directamente los ha engañado, vendiéndolos, traicionándolos y entregándolos a Obiang Nguema para que sean sacrificados.

Destacados miembros del Partido del Progreso en el exilio, han sido “visitados” telefónicamente desde Guinea Ecuatorial, por Heriberto Meco con el mismo mensaje de siempre:

 - Vente a Guinea Ecuatorial, estáis perdiendo tiempo en España. Si vienes, el Presidente te recibirá y te dará trabajo y dinero. Además tienes aquí a tu familia…

REGINA MAÑE ELA, MUJER EMPBLEMÁTICA DEL PARTIDO DEL PROGRESO.

 Recientemente, nuestra compañera, Regina Mañe Ela, Secretaria de Acción Social del Partido del progreso y Ministra del Educación del Gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial ha sido invadida e su intimidad por la llamada telefónica inesperada de Heriberto Meco, cantándole su música infernal, a una de las figuras femeninas emblemáticas del Partido del Progreso; pariente del egregio Mártir de la independencia guineana, Acacio Mañe Ela. Nuestra compañera, como tantos otros directivos y militantes del Partido del Progreso, tentados por el demonio del abandono, ha respondido con un valiente y despectivo “Vade retro, sátanas” (Apártate, satanás)

El nerviosismo, el miedo y la preocupación se han apoderado ya de Obiang Nguema. Sus asesinos oficiales y sus seguidores ya se han contagiado igualmente del miedo y el nerviosismo. Estos, al igual que su jefe, están consumando trágicamente la representación de la gran obra literaria española: “El condenado por desconfiado…”
 No tienen tiempo ya para escuchar y confiar ni en el pueblo guineano ni en la comunidad internacional.