domingo, 10 de julio de 2011

GUINEA ECUATORIAL: JUVENTUD Y DEMOCRACIA


Guinea Ecuatorial es un país joven, en el que el segmento de su población comprendido entre 15 y 25 años supone el 60 % del total de sus habitantes. Y en el que la esperanza de vida no supera los 48 años, en los hombres y los 51 en las mujeres ( la media en España es 82 años). 

A pesar de los ingentes ingresos procedentes del petróleo, sigue existiendo un alto porcentaje de niños con malnutrición, las enfermedades continúan haciendo estragos entre la población infantil y el porcentaje del PIB dedicado a la educación de sus jóvenes, no supera el 1,1 %.

No cabe duda, de que con estas características en la pirámide de edades,  sea la población infantil y juvenil el centro de atención en cualquier gobierno con una mínima sensibilidad social. En Guinea Ecuatorial, por el contrario, los jóvenes se encuentran completamente abandonados por la dictadura. Muchos de ellos no están escolarizados y vagan por las calles sin ocupación ni aliciente, y lo que es más preocupante, sin tener a la vista expectativas futuras claras.

El régimen que gobierna Guinea Ecuatorial, no es precisamente un ejemplo de democracia, transparencia y hasta de decencia para los jóvenes, sino más bien al contrario, supone un mal ejemplo de nepotismo, corrupción,  violencia y de latrocinio escandaloso. Por este motivo, la sociedad guineana necesita deshacerse rápidamente de la dictadura, abandonar el oscuro atavismo africanista impuesto por Obiang y sacar todo el cúmulo de valores humanos y culturales que se encuentras latentes en el alma de la mayoría de los  guineanos.  

El advenimiento de la democracia, con un proyecto nacional de convivencia,  en el que todos los guineanos se encuentren representados será el punto de partida para que los jóvenes puedan entrar en una nueva dinámica de compromiso, frente a su formación y a su participación en la mejora de sociedad. Dejarán de ser sujetos pasivos resignados  y se implicarán en la construcción de una nueva sociedad en la que han de caber todos.

No existirá avance sustancial en la población juvenil, si los nuevos gobiernos democráticos no invierten grandes cantidades de dinero en la calidad de la educación, desde la primaria a la universitaria; en la  mejora de la alimentación, cualitativa y cuantitativamente y en lo sanitario; y por último, dotar a todo el país de una estructura sanitaria pública de hospitales y dispensarios, junto con un plan para la erradicación de enfermedades endémicas y la atención primaria de salud a todos sus  habitantes.

Hay que llevar a cabo un plan de dinamización de la vida social con la puesta en escena de equipos multidisciplinares, repartidos por toda la geografía guineana, que impulsen entre los jóvenes acciones innovadoras de promoción de iniciativas empresariales, a través de la educación en valores, como principios de actuación prioritaria y garantía de ciudadanía y democracia participativa. 

El sentido de la vida, del mundo y de  trascendencia que empapan al hombre y a la mujer guineanos, debe ser el punto de partida para superar el trauma de la dictadura, permitir una amplia reconciliación entre individuos y grupos étnicos y buscar nuevos horizontes de convivencia, participación y reorientación de la nueva sociedad  guineana. 

Queda claro que el futuro en libertad les corresponde a los jóvenes, que interrelaccionados  con el mundo exterior, a través de las oportunidades que proporciona Internet , han de sacar a la población guineana del localismo para hacerla más universal, creando una  sociedad civil fuerte, comprometida con la democracia y con la libertad de su país.

Juan Cuevas