sábado, 30 de julio de 2011

CARTA DESDE GUINEA ECUATORIAL: A MI QUERIDO ESTUDIANTE GUINEANO EN ESPAÑA.



Mi querido estudiante: 
Quiero darte a conocer mis vivencias de aquellos primeros años en los que, yo también estudiante, conocí y viví, lo que supone la democracia y lo que es la participación política, de boca de nuestro Presidente Severo Moto. Por favor, darlo a conocer entre los militantes jóvenes y ante la gente en general, para que sepan que aquí en Guinea estamos esperando el retorno de la libertad y de la democracia y de cómo los guineanos llevamos el Partido del progreso metido en nuestro corazón y sólo esperamos, en realidad todos lo esperan, la llegada de nuestra gente del Partido del Progreso exiliada y a su líder D. Severo Moto.

Recuerdo, mi querido estudiante, como si fuera ayer, aquel 2 de mayo de 1992, estábamos esperando la llegada de D. Severo Moto al aeropuerto de Malabo, formábamos un grupo de más de 150 estudiantes al que se nos agregaron cientos de mujeres y hombres , niños y mayores, para cubrir el trayecto desde el aeropuerto hasta el Hotel Impala. Aquel trayecto se hizo largo, no podía imaginar que allí apareciera tanta gente. Todos salían de sus casas cuando oyeron que llegaba Severo Moto. En un momento se paró de pronto la comitiva y un anciano bubi dijo aquella premonición: "Escuchemé Sr. Severo, antes de que hable, le voy a decir una cosa, tu vas a tener problemas, te van a encarcelar, te intentarán matar, al final no lo van a conseguir, porque tu vas a gobernar en Guinea y nos sacarás de esta dictadura". Vi también como aquellos dos periodistas que acompañaron a D. Severo desde España, para cubrir su visita (Ana y Antonio), no podían creer lo que estaban viendo, quedaron atónitos ante aquel recibimiento tan espectacular que se le hacía a nuestro Presidente.

Severo Moto se instaló en el Hotel Impala y un grupo de más de cien estudiantes acudíamos todos los días al hotel, donde se había montado la improvisada sede del Partido, allí escuchábamos de su boca las primeras lecciones sobre el Partido del Progreso, su pensamiento político y sobre su implantación en Guinea. Después alquilamos la nueva sede del Partido en la calle Nigeria, en esta sede contábamos con grandes salones y oficinas para las reuniones y para los diferentes órganos del Partiddo.

Allí montamos las primera Aulas Democráticas, como material didáctico, utilizamos libros que nos prestaba la cercana Embajada Americano, los libros trataban temas sobre las elecciones en los países democráticos libres, sobre derechos de los ciudadanos, garantías legales de la sociedad, las diferentes corrientes políticas con sus planteamientos para los ciudadanos. Al final de cada sesión, empapelábamos las paredes con frases recortadas en papel como: "la democracia es el gobierno del pueblo", "la dictadura es la mayor tiranía", "derecho a la educación", "derecho a una sanidad pública".......

Durante los dos escasos primeros años, se produjo una auténtica revolución, la gente venía de todas partes a asistir a la Aulas Democráticas: desde Bata y Mbini, desde Cogo, Ebinayón, Ebebiyín y hasta de Anobón. Constantemente la sede del Partido estaba llena de gente de todas las edades. A las reuniones para la organización del Partido en toda Guinea, se sucedían las largas lecturas de los libros que habíamos conseguido para la biblioteca, las reuniones informarles en las haciendo grupos conversábamos sobre la situación en Guinea, etc.

Constantemente el régimen de Obiang nos estaba mandando a sus "informadores" para que le contaran que clase de "revolución" se estaba produciendo en la sede del Partido del Progreso. Y nos empezaron a hacer la vida imposible, ya con amenazas directas a los que íbamos por la Sede. Nos llegaban informaciones (de los propios militares y policías del Obiang, de que tuviéramos cuidado que el Jefe (Obiang) había decidido matar a nuestro Presidente. Desde aquel momento, todas las noches dormíamos en la sede cerca de cien jóvenes. Queríamos impedir la detención del Presidente, o ser testigos cuando viniesen a llevarse  detenido.

Aquí termino. En la próxima de contaré, querido estudiante, de como salvamos a D. Severo de una muerte segura, a manos de los esbirros de Obiang.

Ondo-Pe