jueves, 21 de abril de 2011

NIGERIA






Nigeria, el gigante africano, vecino de Guinea Ecuatorial, ha vuelto a dar ejemplo de democracia y transparencia, a pesar de  su enorme complejidad; con sus más de 158 millones de habitantes y unas 3.700 etnias diferentes, distribuidas en 36 estados. Todos están de acuerdo que estas, han sido las elecciones presidenciales más limpias y justas en décadas, en un país que cuenta con un historial de tomas violentas del poder, hasta la llegada a la democracia en 1999.

El artífice, Goodluck Jonathan, un cristiano del Partido Demócrata Popular ( miembro de la Internacional Democrata de Centro, junto al Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial). Presidente de Nigeria, tras la muerte de Umara Musa Yar´Adua en Mayo pasado. Jonathan  se ha hecho con más de 22 millones de votos (70 millones de nigerianos tienen derecho a voto). El segundo en liza, ha sido el candidato mayoritario en el norte, Muhammadu Buhari, con el voto de 12 millones de nigerianos. No cabe duda, de que esta feliz circunstancia, irá conduciendo a la plena democratización del resto de países que forman el Golfo de Guinea: Camerúm, Guinea Ecuatorial, Congo, Gabón y Sao Tomé

Por otra parte, los acontecimientos del norte de Africa, han despertado las conciencias de la población, avivando las ansias de libertad con el convencimiento de que la prosperidad de los pueblos no está asegurada si no existen estados democráricos. Y en estos países africanos, donde existe tanta diversidad de etnias, sólo es posible la gobernabilidad cuando las acciones de los gobernantes se orientan hacia  la concordia, la justicia social y el sentido de unidad nacional; para encontrar un camino común en su futuro colectivo. Por ello, no podemos caer en la tentación, especialmente en Guinea Ecuatorial, de enfrentar a una etnia contra la otra, para intentar así obtener beneficio político de la situación. Esta particular forma de actuar, se parece más a los modos de la dictadura de Obiang, que a la acción reconciliadora, que todo político democrático y con una mínima idea de estado, debe procurar. 

El ejemplo nigeriano, república federal basada en el modelo de Estados Unidos, refuerza una vez
más la importancia de emular a las instituciones occidentales, de cara a su homologación en las democracias africanas nacientes. El sentido de libertad y de igualdad entre hombre y mujer, que preconiza Occidente, es el espejo en el que se deben mirar las sociedades de estos países. Porque, la verdadera democracia no requiere sólo de la existencia de partidos políticos libres y la celebración de elecciones libres. Requiere una disposición de ánimo generosa y la voluntad de cada uno de considerar a sus conciudadanos como seres fundamentalmente iguales.

No cabe duda, de que Guinea Ecuatorial se encuentra en un punto estratégico: ocupa el centro de los países del Golfo de Guinea, circundada por estados con una población superior a los 190 millones de habitantes. El afianzamiento de la democracia en el Golfo, abre las puertas de este país hacia un futuro de relaciones comerciales privilegiadas. 

De cara a unas relaciones comerciales plenas entre todos los países del Golfo, las garantías legales, comúnmente aceptadas, así como, el respeto a unas instituciones fuertes, serán sin duda, los mejores aliados de un futuro desarrollo estable y duradero en estos países. Y aquí estriba la importancia de este nuevo paso de la democracia en Nigeria: su emulación por otros pueblos colindantes, especialmente el ecuatoguineano. 

Juan Cuevas